El miércoles, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también abogó por el "diálogo sin condiciones" entre las partes en pugna en Venezuela y por una "solución pacífica" que tiene que "desembocar en la democracia". Además se mostró abierto a desarrollar algún tipo de mediación entre el régimen de Maduro y la oposición si así se lo solicitan ambas partes.
En cuanto a la relación bilateral entre España y México, López Obrador declaró que la relación entre ambos países "va más allá" de las "postura específicas sobre el caso de Venezuela". Por su parte, Sánchez celebró que ambos países tengan ahora "gobiernos progresistas" que luchan contra las desigualdades y se comprometió a seguir "impulsando" la inversión española en México.
Por su parte, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, defendió en el Congreso que España "no quiere un cambio de régimen en Venezuela" ni "colocar en el gobierno a unos o a otros", sino que los venezolanos "puedan expresar libremente quién quieren que les gobierne". Además recalcó que se trabajará para una salida "pacífica y democrática" y se desmarcó de la postura de EEUU. "EEUU ha dicho que todas las soluciones están sobre la mesa. Nosotros no. Trabajamos para que no haya una salida militar", afirmó.
En la prensa se ve así: el diario EL PAÍS refleja que "Sánchez se acerca al grupo de países americanos más críticos con Maduro", el llamando Grupo de Lima, en el que están Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Chile y México. EL MUNDOtitula en portada: "Sánchez reconocerá a Guaidó para que pilote 'la transición'". Según el diario, un grupo de trabajo de la UE le asesorará en la celebración de las elecciones. ABC indica que Obrador "rechaza la propuesta española de participar en un grupo de contacto internacional para Venezuela". Para EL PERIÓDICO, "Sánchez rebaja el tono con Maduro y pide diálogo". LA VANGUARDIA indica que "España dice que no busca cambiar el régimen en Venezuela, sino elecciones".