Primera reunión entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, Pedro Sánchez y Pablo Casado tras las elecciones generales del 28-A. Desde la debacle electoral de su partido, Casado ha cambiado su tono y discurso, en un intento por recuperar el rumbo al centro antes de las municipales, autonómicas y europeas del 26-M. Y así se ha visto reflejado en su intervención tras la reunión con Sánchez, en la que ha asegurado que ejercerá una "oposición firme pero responsable" al Gobierno, y ha avanzado que no apoyará ni facilitará su investidura, pero entiende que hay sumas con Cs y Podemos que podrían evitar pactos con los independentistas.
Con 66 escaños, casi la mitad que los obtenidos por el PSOE de Pedro Sánchez, el líder del PP, Pablo Casado reivindica el liderazgo de la oposición pese al 'subidón' de Cs. Así lo ha manifestado tras su primera reunión con Sánchez en La Moncloa, donde se ha comprometido a ejercer una oposición firme pero responsable y le ha pedido al presidente del Gobierno que su Ejecutivo "no dependa de quienes quieren romper España".
En poco más de hora y media, Sánchez y Casado han despachado sobre la nueva legislatura, las elecciones municipales y autonómicas, así como los posibles pactos poselectorales. Sin embargo, el líder del PP se ha desvelado a despejar grandes incógnitas más allá de confirmar que no apoyará ni facilitará con su abstención la investidura de Sánchez.
"Creo que es importante que si sigue el Gobierno no queremos depender de partidos que han demostrado una gran deslealtad y han fracturado la convivencia y lealtad. No vamos a poner ningún impedimento a la investidura si no depende de los votos independentistas, pero haremos oposición firme para que no haya concesiones. Habrá que esperar a que se forme el Gobierno para hablar de pactos y ver con qué socios cuenta en la investidura", ha manifestado Casado.
Casado considera "lógico" que el PP vote en contra de la investidura de Sánchez en lugar de abstenerse y se apoya en las posibles sumas que facilitarían que siguiera en La Moncloa sin contar con los votos de ERC y PdeCAT.
"El Gobierno no contará con el apoyo ni la abstención del PP, pero eso no quiere decir que entendamos que lo mejor para España sea llegar a acuerdos con partidos que respeten el sistema constitucional y la unidad nacional".
El líder del PP considera que "hay combinaciones que evitan la repetición de elecciones, pero será el Gobierno más débil en escaños del partido que lo lidera".
Casado no ha revelado lo que le ha respondido Sánchez a su petición de no "depender de los independentistas", y ha dicho que no han hablado de pactos ni de planes, debido a la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas en las que el PP espera recuperarse del batacazo en las generales.
Sobre su relación con el presidente del Gobierno y al que se ha llegado a referir como "felón" y "partícipe en un golpe de Estado", Casado ha negado haber dirigido descalificaciones por cuestiones personales y ha limitado a la oposición política sus palabras.
"Yo no he cruzado la línea de la descalificación personal con ninguno de mis adversarios políticos y eso se ha visto en los debates y en la campaña. A veces, y yo también lo he sufrido, se sufren descalificaciones, pero se limitan a la acción de Gobierno", ha dicho para negar que haya habido reproches de algún tipo entre ambos.
Casado ha repetido en varias ocasiones que no descarta llegar a acuerdos con el Gobierno de Sánchez ya que "la confrontación política o parlamentaria no es impedimento para entendernos en cuestiones fundamentales, pero hoy no era el día para hablar de ello".
Sánchez ha tenido el gesto de recibir primero a Casado, un día antes que a Albert Rivera de Ciudadanos y que Pablo Iglesias, su potencial aliado. Desde Moncloa creen que este guiño al PP hará calmar las aguas en las relaciones mutuas y un gesto amable a Casado para que rebaje el tono en la guerra política.
El presidente del Gobierno, que no ha comparecido tras la reunión, se ha limitado a manifestar en Twitter que ha sido "un encuentro cordial", con el que inicia "una toma de contacto con el objetivo de trasladar una imagen de unión del país en los asuntos clave, reforzar la institucionalidad y normalizar las relaciones entre los líderes políticos".
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