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Gabilondo remonta en el debate que confirma un posible Gobierno de izquierdas

> La candidata del PP, la gran ausente en el debate de 'El País'

lunes 20 de mayo de 2019, 19:16h
Con un formato mucho más dinámico, los cinco candidatos a la Comunidad de Madrid que acudieron a la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid pudieron confrontar ideas, interrumpirse y hasta gritarse (casi) en el debate organizado por La Ser y El País. La división en bloques, como de los partidos de la derecha entre sí, quedó evidenciada. La gran ausente fue Isabel Díaz Ayuso, del PP, representada por una silla vacía colocada al lado de Monasterio. La candidata de Vox sí consiguió hoy provocar a sus interlocutores, especialmente, en los temas de feminismo y violencia de género. También la Educación suscitó el cruce de acusaciones.
Gabilondo remonta en el debate que confirma un posible Gobierno de izquierdas
(Foto: María Alcaide)
Esta vez, sí. Esta vez, Íñigo Errejón pudo debatir. Esta vez, Ángel Gabilondo despertó y sacó su mejor humor para devolver los golpes de Ignacio Aguado. Esta vez, Isa Serra sí respondió a Rocío Monasterio. Esta vez, la candidata de Vox usó su tono más bronco para meterse en un debate en el que una silla vacía representaba la ausencia de Isabel Díaz Ayuso.

Con mucho más dinamismo que el celebrado anoche en Telemadrid (los medios públicos tienen restricciones de la Junta Electoral Central), el cruce de acusaciones se mantuvo constante. Esta vez, la división en bloques volvió a ser más clara que nunca. A un lado del ring, PSOE, Podemos y Más Madrid. Al otro, Ignacio Aguado y Rocío Monasterio, que también se atizaron entre sí. Mientras los primeros dejaron clara su intención de gobernar juntos para echar al PP de la Puerta del Sol, el líder de Ciudadanos siguió con sus ataques al PSOE intentando arañar los últimos escaños del centro. La candidata de Vox, por su parte, incidió en su defensa de voto útil y se mostró como "la única alternativa limpia (no corrupta) y no veleta que puede hacer frente a los enemigos de la libertad", es decir, a las izquierdas.

Si ayer fue la inmigración el tema estrella del partido que dirige Santiago Abascal, hoy fue el feminismo la herramienta con la que Monasterio logró colmar la paciencia del resto de contertulios. "Somos los únicos que defendemos la verdadera igualdad y no repartimos carnés de feministas o LGTBI", espetó. La líder de Podemos en la Comunidad de Madrid devolvió el gancho y aprovechó que el Manzanares pasa por Madrid para arremeter contra Ciudadanos: "Es evidente que el señor Aguado pactaría con los que identifican a las mujeres como su enemigo y quieren volver al pasado", respondió Serra a la pregunta que había lanzado Errejón al presidente de los naranjas.

Monasterio ni se inmutó. Con su permanente sonrisa, denunció que la izquierda quiere "ideologizar a los niños", aseguró que en los colegios se dan "cursillos para enseñar a cambiar la identidad sexual" y que los padres ya no pueden "leer Caperucita Roja o la Bella durmiente" a sus hijas. "Déjennos en paz", pidió tras acusar a sus adversarios de "proponer una dictadura" mientras ella, dijo, promoverá el "cheque escolar" para garantizar la libertad y que la Educación pueda ser "un ascensor social".

Esa misma expresión fue utilizada por Errejón, pero con un matiz: el de apostar por la escuela pública como garantía de equidad. Serra, por su parte, fue más allá y manifestó su intención de "revertir" los conciertos de los centros que segregan por sexo, mientras Gabilondo introdujo su propia puntilla en el asunto: "No se defiende la pública atacando al resto de modelos, sino invirtiendo en la pública", zanjó.

Como ayer, Gabilondo y Aguado se enzarzaron por la época que el primero pasó como ministro en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. "Recortó la educación pública un 46 por ciento", le acusó el candidato de Cs. "Eso es mentira", replicó el extitular de Educación en el Ejecutivo central tras recordarle, entre otras cosas, su gran inversión en becas. Fue esta una de las ocasiones en las que el candidato socialista tiró de humor para dejar KO a su rival: "Tiene usted una relación oblicua con la verdad", le espetó sin inmutarse.

"Machistas de mierda"

Gabilondo, que se acercó a los periodistas al término del debate para confesar que se había sentido mucho más cómodo con el formato mucho menos encorsetado del encuentro organizado por la Cadena Ser y El País, sacó su mejor perfil en varios momentos de la jornada. Para empezar, acusó a Monasterio de impulsar medidas "prepolíticas" en lo que a igualdad se refiere y la dejó inconsciente al no querer afear a Guillermo Fernández Vara sus palabras acusando a los líderes de Vox de ser "machistas de mierda". "Lo que dice otro no lo rectifico yo", zanjó Gabilondo. Y se quedó tan ancho.

De igual modo, el portavoz del PSOE en la Asamblea hizo gala de su inteligencia para no responder respondiendo. Preguntado sobre si pactará o no con Ciudadanos -cuestión esta planteada por Serra en varias ocasiones- , él alegó que un pacto no depende de una sola persona. "Si Ciudadanos dice que no, ya hemos acabado", bromeó. Y hasta pidió a Aguado que se tranquilizase: "Algunos están en tensión", dijo como valoración de las encuestas que le dan como ganador. Gabilondo sí se las cree, mientras el candidato naranja sigue confiando en mejorar los resultados de las elecciones generales del 28 de abril, que le ofrecían un sorpasso al PP.

Además, Gabilondo respondió a los ataques de Aguado. El líder de Cs le afeó su insistencia en defender la Sanidad y Educación públicas mientras había votado en contra de los presupuestos aprobados por el Ejecutivo de Ángel Garrido -hoy número 13 en sus listas y presente entre el público que asistió al Colegio de Arquitectos- y que aumentaban ambas partidas. El independiente que lidera las listas del PSOE respondió: "Yo estoy en contra de sus presupuestos, pero no de todos los puntos de los presupuestos", concluyó. Y apostilló más tarde: "Usted cuelga bolitas de los árboles de Navidad, yo quiero cambiar el árbol en sí, la estructura del sistema", metaforizó Gabilondo.

Por si fuera poco, el cabeza de la lista socialista remató su faena contra el portavoz de Ciudadanos en el Parlamento regional con otros dos capotazos. "Nosotros no somos el repositorio del PP, sino la alternativa", espetó. Y, con un tono más desenfadado, devolvió los ataques de Aguado con respecto a sus posibles "ministros de Economía y Educación " -en referencia a Errejón y Serra, respectivamente- así: "¿Con qué sorpresa viene usted de la mano? Igual está sentada aquí", dijo Gabilondo señalando a su izquierda, donde estaban las sillas de Monasterio y la vacía de Ayuso.

Fue la candidata de Vox quien aprovechó para defenderse. "Yo no soy ninguna sorpresa. Soy el freno de la izquierda", mitineó. Y siguió con su polémico discurso de feminismo y violencia de género. "Somos los únicos que pedimos condenar a cadena perpetua a los maltratadores", aseguró. E intentó desdibujar el discurso de Serra después de que ésta defendiera las medidas de Podemos en esta materia: "La Educación es la mejor forma de combatir la violencia de género. Las mujeres vamos a seguir avanzando", reivindicó. "Somos los únicos que defendemos penas más duras para los violadores. Vosotros, a los violadores reincidentes los queréis en la calle", espetó revolucionando el gallinero.

Enzarzados por la igualdad

Gabilondo, una vez más, se mostró combativo y afeó a Monasterio su discurso que siempre comienza por "Soy la única que...". "Hay que tener cuidado porque después del 26-M va a hacer falta que seamos varios", le recordó la imposibilidad de que haya mayorías absolutas. También la dejó en evidencia con respecto a sus intenciones de "desmontar chiringuitos" y eliminar subvenciones a asociaciones feministas y LGTBI y ONG en general. "¿Cáritas y Save The Children son chiringuitos?", le preguntó Gabilondo. "Algunos sí. Auditaremos a todos. Hay que vigilar a dónde va el dinero público", respondió ella con rotundidad tras las dudas inciales.

Según Monasterio, en Andalucía se produjo un despilfarro por parte del gobierno socialista que impidió que la mayor parte de los fondos destinados a violencia de género fueran a parar a las mujeres maltratadas. Serra ni siquiera se introdujo en el debate y, simplemente, aprovechó para impulsar su propuesta de crear una asignatura de feminismo en los colegios para "educar en valores de igualdad, que se estudie una Historia que no invisibilice a las mujeres y que termine con el acoso a los niños LGTBI", enumeró. "Vosotros, en cambio, fomentáis el odio contra las mujeres", zanjó la candidata de Podemos.

No fue la única que se enfrentó a la líder de Vox en la Comunidad. Monasterio acusó a Errejón de querer "dar lecciones" cuando "tiene las manos blanditas de no haber trabajado en su vida". Él le había recriminado antes su apuesta fiscal en la que coinciden Vox y PP: "El dinero donde mejor está es en el bolsillo de los madrileños". "¿Y qué van a hacer cuando les dé un infarto?", ironizó Errejón defendiendo la Sanidad pública y la capacidad de invertir en ella si se termina con la corrupción y la privatización. "Hay dos diferencias entre ustedes y nosotros", dijo el candidato de Más Madrid evidenciando la separación entre el bloque de la derecha y el de la izquierda. "No queremos regresar a la España de los Santos Inocentes y los señoritos a caballo. Ustedes quieren una caricatura del país de hace 50 años", lamentó. Y, en medio del tenso debate, afeó a Monasterio sus continuas interrupciones: "Para haber estudiado usted en la privada está muy mal educada", le espetó Errejón.

Así las cosas, Gabilondo logró la remontada con respecto a su perfil bajo del debate de Telemadrid. Respondió a los ataques de Monasterio y Aguado e hizo gala de un buen humor poco convencional en un hombre serio, más dado a la reflexión que al circo mediático. Su contrincante de Vox -a quien tenía justo sentada al lado- optó más por lo segundo y se dedicó a lanzar sus habituales propuestas polémicas (ayer en inmigración, hoy en igualdad) y a buscar el cuerpo a cuerpo con todos los demás: Aguado fue el menos atacado, pero Gabilondo, Serra y Errejón recibieron por igual, no sin defenderse y salir ilesos.

Por otro lado, también hubo un pequeño rifirrafe entre los líderes de Más Madrid y Ciudadanos. Aguado usó a Errejón (y a Serra, también) como modo de ataque hacia Gabilondo. También se trasladó al ámbito municipal para criticar que el tercer teniente de alcalde tenga un póster de Lenin colgado en su despacho. Además, quiso recordar que, según él, Manuela Carmena no ha cumplido muchas de las promesas que realizó al inicio de legislatura en materia de centros de mayores, polideportivos o bibliotecas.

El argumento era, por tanto, que los electores no pueden fiarse de la marca Más Madrid porque no cumple lo que promete. Hasta ahí, todo correcto. Pero luego llegaron las salidas de tono. Aguado ironizó con el beso de Errejón y Carmena "de noche en una discoteca", a lo que el candidato de la izquierda respondió con ironía. "Sea serio. Sea elegante, no herede a Esperanza Aguirre", le pidió. Gabilondo, una vez más, puso el toque de humor :"Menos mal que solo hay dos debates", bromeó tras criticar las "descalificaciones" que podrían impedir buscar "acuerdos" tras los comicios.

Fue Gabilondo, precisamente, quien pidió a Aguado que no se pusiera nervioso. No le faltaba razón. Mientras el líder socialista se mostraba tranquilo, en muchas ocasiones sentado de brazos cruzados; Serra y Errejón se concentraban en escuchar con atención a sus contertulios para luego exponer sus propuestas con calma; y Monasterio permanecía impasible, el presidente de Ciudadanos en la Comunidad se inclinaba en la silla cada vez que era interpelado. Tras su victoria de ayer en el encuentro en Telemadrid, el candidato naranja se desinfló, justo como le ocurrió a Albert Rivera en los debates previos al 28-A.

Aguado, molesto por las interrupciones

Es cierto que fue uno de los más interpelados por los moderadores -Lucía González, de El País, y Javier Casal, de la Cadena Ser- y no ocultó su molestia al pedir en varias ocasiones que no le interrumpieran y le dejaran terminar sus discursos. Sin embargo, acabó atrapado en la red y ofreció respuestas ambiguas a preguntas muy concretas:

-"¿Dispuesto a gobernar con Vox?"
- "Hablaré con todos los que tengan representación"
- "¿Cuánto se necesita para abrir el Metro 24 horas los fines de semana?"
- "Lo que sea necesario"
- "¿Qué es para usted un rico?"
-"Alguien que gana mucho dinero"

Y así durante buena parte del debate. Es cierto que luego rectificó y cuantificó en 60 millones de euros al año el coste de abrir el suburubano por la noche, pero no llegó a aclarar los umbrales de renta que distinguen a un autónomo de clase media (con quien Ciudadanos se identifica especialmente) de alguien de clase alta. Sí acertó -a diferencia de Gabilondo- el test sobre líneas de Metro, mientras que Monasterio fue quien más se acercó a la hora de cuantificar el número de pacientes que atiende un médico de familia y los minutos que pasan con cada uno de ellos (entre 40 y 50, en el primer caso; y entre 5 y 7 minutos, en el segundo).

Vox se queda solo

Paradógicamente, Vox es el único partido que no tiene programa electoral propio para la Comunidad de Madrid. Sin embargo, Monasterio fue la que más se diferenció a la hora de lanzar sus propuestas. Fue "la única" que defendió el cierre de Telemadrid (porque, a su parecer, cuesta "80 millones" que deberían destinarse a sueldos de médicos y profesores) y, aunque quiere cerrar "chiringuitos" sociales, sí es partidaria de subvencionar a entidades taurinas porque, argumentó, "los toros son parte de nuestra cultura y hay que protegerlos".

Por lo demás, todo transcurrió según lo previsto. Errejón y Serra prefieren la Educación pública frente a la concertada y desearían revertir las privatizaciones, también en Sanidad. Gabilondo rechaza atacar a la concertada, pero prioriza las inversiones en la pública. Y Monasterio y Aguado apuestan por "la libertad de elección". En Sanidad, con sus diferencias, todos apuestan por reducir las listas de espera, de igual modo que todos quieren aumentar las frecuencias de Metro, ampliar líneas y mejorar las conexiones entre municipios.

Trump y el medioambiente

El punto de inflexión en esta materia fue el medioambiental. Por un lado, Errejón comparó a Vox con Donald Trump en su negación de la necesidad de frenar la contaminación. Por otro, Monasterio volvió a bajar al barro para arremeter contra Serra y su apuesta por una "transición ecológica". "A ver si vienen de Galapagar -municipio donde está el chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero- en transporte público o se van ustedes a Bruselas y Estrasburgo en bicicleta porque el avión contamina mucho", concluyó.

Por último, el minuto de oro transcurrió sin grandes sorpresas. Errejón instó a los electores a votar "con el corazón y la cabeza" para conseguir la "posibilidad histórica" de recuperar un Gobierno de izquierdas, Gabilondo hizo lo propio hablando en términos de "gran oportunidad" para terminar con la pobreza y la desigualdad en la Comunidad y Serra se centró en el avance de las mujeres a quienes recordó que "si no hacemos política la hacen por nosotras". En el otro bando, Aguado repitió su discurso del día anterior al dar a elegir "entre dos modelos: el de la libertad o el de la imposición [...] el de la moderación o el del populismo", mientras Monasterio volvió a apelar al voto útil arremetiendo contra la corrupción y los "veletas". "Nosotros sí estamos dispuestos a dar la batalla de las ideas, no como otros que ni siquiera se presentan". Isabel Díaz Ayuso estuvo más presente de lo que mostraba su silla vacía.
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