Es poco probable que la guerra arancelaria global se vaya a aplacar pronto. Se verán episodios de mayor y menor tensión pero, hoy por hoy, hablar de acuerdos es una entelequia. Lógicamente, las conversaciones entre los bloques no sólo continúan sino que se abren puertas a futuros nuevos acuerdos. Es lo que van a hacer China y Reino Unido. La próxima semana celebrarán una ronda de conversaciones sobre sus vínculos económicos y financieros, en un momento en el que Reino Unido está tratando de desarrollar lazos comerciales y de inversión más profundos a nivel mundial mientras se prepara para abandonar la UE.
Mientras tanto, el presidente Trump continúa haciendo ruido con sus tweets. Ayer, acusó a Europa de devaluar el euro: "El euro y otras monedas se devalúan frente al dólar, lo que pone a los Estados Unidos en una gran desventaja", y volvió a atacar a la FED: ¡No tienen ni idea!".
El BCE no puede devaluar su divisa, pero si está dispuesto a aplicar cualquiera de sus instrumentos para apuntalar la confianza y el crecimiento de la zona euro, tal y como señaló ayer el responsable del banco central finlandés, posible sucesor del actual presidente, quien la pasada semana afirmó que el banco central estaba listo para considerar un amplio rango de medidas a fin de acelerar la inflación, que no ha alcanzado el objetivo oficial desde el 2013.