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Las contradicciones de Pablo Iglesias le delatan y la consulta le sacude en la cara
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(Foto: Dani Gago/Podemos)

Las contradicciones de Pablo Iglesias le delatan y la consulta le sacude en la cara

viernes 19 de julio de 2019, 08:26h

Las contradicciones del líder de Podemos, Pablo Iglesias, le delatan en los últimos tiempos en los que se está negociando el apoyo del partido morado a la investidura de Pedro Sánchez. Además, por si esto no fuera poco, los resultados de la consulta no son tan positivos como se quieren vender y le sacuden en la cara a los dirigentes de la formación.

Entre las contradicciones de Iglesias está el hecho de haberse postulado como vicepresidente del Gobierno central, cuando es algo que hasta ahora no ha desmentido, dándolo por cierto. Es algo que ya pidió en 2016 y que provocó que Sánchez se echase atrás ante la fuerte ofensiva de la izquierda por intentar controlar un posible Ejecutivo de coalición. Además, en el pasado, Iglesias llegó a ofrecer su retirada para no obstaculizar el pacto con el PSOE.

Así de contundente fue Iglesias: "Si mi presencia en un Gobierno de Sánchez es un obstáculo, renuncio a estar en él". Esto lo dijo en marzo de 2016, cuando vio que no tenía posibilidades de formarse gobierno y ofreció su cabeza para poder seguir adelante. Sin embargo, en otras entrevistas recientes, también insinuó que él no iba a poner problemas para que se configurase un gabinete mientras que miembros de Podemos estuvieran en él.

Además, ha habido un extraño juego de ocultaciones y mentiras en los medios con este asunto. Sánchez llegó a desmentir categóricamente en una entrevista reciente que Iglesias exigiera el puesto de vicepresidente para dar su apoyo al PSOE. Iglesias, poco después, en otra entrevista, torció el gesto y se le notó claramente sorprendido por este tema. Ahora sabemos por qué: Sánchez finalmente confesó en la entrevista de ayer en 'La Sexta' que Iglesias sí solicitó el puesto y que hasta ahora no lo había revelado porque eran "conversaciones privadas". Aspecto que le dio igual ayer y pasó a contarlo a toda la ciudadanía. Otro palo en las ruedas de la negociación.

Tampoco tiene sentido la postura de Podemos, que cambia en función del rival, copiando la estrategia del PSOE que tanto critica. Primero se quería presencia sí o sí en el Gobierno, pero sin especificar los puestos. Cuando se rechazó que la presencia fuera secundaria con cargos intermedios en la Administració, Sánchez dio un paso adelante y ofrecio asientos en el Consejo de Ministros mientras fueran menores. De hecho, Iglesias, en otra contradicción, se comprometió a que fueran de perfil técnico y no de Estado.

Ayer el PSOE, que ya no apuesta por un pacto, terminó de filtrar que Podemoes había exigido una vicepresidencia y al menos los ministerios de Trabajo y Hacienda. Aunque no eran los ministerios de Interior, Exteriores, Defensa o Economía, intocables a criterio del PSOE, tampoco estos puestos serían admisibles. También pidió llevar la comunicación del Gobierno, algo inaceptable para los socialistas.

De hecho, nada de esto se contradice con el resultado de las consulta de Podemos a sus bases, cuyos resultado hemos conocido ayer jueves: los inscritos de esta formación quieren un gobierno de coalición como condición para dar sus votos al PSOE en la investidura de Sánchez, y eso es algo que ya han concedido los socialistas, ofreciendo algunos ministeriores de rango inferior.

La consulta, no tan positiva como se vende

Haber ganado la consulta con el 70% de los votos a favor de la postura de la dirección no es una victoria tan abrumadora como pudiera parecer. Iglesias controla el aparato del partido y siempre ha solido ganar estas consultas con cerca del 90% de los apoyos.

Que un 30%, casi una tercera parte de los inscritos de Podemos, le dijeran con sus votos que ceda ante el PSOE y dé pie a un gobierno sin tantas exigencias como pedir ministerios, dice mucho del hartazgo de las bases del partido hacia las pretensiones insaciables de Iglesias y su entorno más fiel, representado ahora por Irene Montero, Pablo Echenique o Noelia Vera, entre otros.

Además, la consulta no ha podido ser más pobre: sólo un 27% de participación, apenas siendo la quinta con más actividad de todas las convocadas por Podemos. Si apenas hay medio millón de inscritos, estaríamos hablando de que apenas unas 150.000 personas han decidido el futuro de un gobierno nacional.

Si bien Unidas Podemos, sumando los votos de su coalición catalana En Comú Podem, llega a 3,7 millones de votos, los inscritos apenas son más de medio millón, con lo que no representa demasiado a los votantes del partido en las pasadas elecciones y no incluye, además, a los que votaron más inclinados hacia las posturas de Izquierda Unida o Equo, entre otras formaciones políticas integradas en la coalición.

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