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'Como un viento helado': cuando nada es lo que parece
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(Foto: Mikel Blasco)

'Como un viento helado': cuando nada es lo que parece

miércoles 18 de septiembre de 2019, 17:45h

La fuerza del teatro reside en su proximidad, en su descarnada exhibición frente a los atónitos ojos del espectador. Los personajes sudan, respiran, huelen a miedo, a huida, a desesperación y sus gritos (reales o metafóricos, da lo mismo), se clavan en el cerebro y en el alma de quien quiere escucharlos. Más aún si, como es el caso de ‘Como un viento helado’, obra escrita por Rafael Herrero y dirigida por Fernando Bernués, lleva a las tablas del escenario -en este caso la Sala Jardiel Poncela del madrileño Teatro Fernán Gómez-, un tema tan oculto, tan tenebroso y tan punzante como los abusos sexuales en el seno de las familias.

Según datos de Save the Children, apenas sí se denuncia un 15 por ciento de los abusos a menores. La ley del silencio parece dominar entre quienes han tenido la desgracia de sufrirlos. Y lo que aún es más grave, no tanto por revivirlos a la hora de denunciarlos, sino por la profunda huella que deja en su personalidad, hasta el punto de atenazarlos, de dejarlos inertes, fríos, ante unos hechos tan tenebrosos como despreciables. La situación les lleva, incluso, a considerarse sucios y, en cierto modo, con algún grado de culpabilidad por no haber sabido reaccionar en su momento contundentemente frente a ellos…

Dos chicas y un chico (genial la actuación de Tania Fornieles, Nerea Elizalde y Koldo Olabarri), sin relación aparente alguna, comparten una misma situación ante la vida: incomodidad, desorientación, impotencia y rabia. El común denominador es la dura realidad, que les golpea tanto social como personalmente. En los tres se atisba la angustia, el silencio, la desconfianza, el miedo al otro y a sí mismo, la desorientación y, en definitiva, la absoluta falta de salidas a la situación que vive cada uno. Pero el azar, el destino o lo que diablos sea los va a unir a los tres ante una tesitura aún más difícil que, sin embargo, les obligará a actuar en uno u otro sentido…

El texto de Rafael Herrero es directo, acerado, cortante y desnuda sin tapujos una realidad incómoda y lacerante. La dirección de escena de Fernando Bernués es implacable, efectiva. La videoescena que puede verse gran parte del tiempo en los paneles frontales presenta diversos aspectos del entorno que envuelve a los personajes (una gran ciudad, Madrid, con su trasiego permanente, coches, sonidos de sirenas, ciudadanos que deambulan permanentemente sin un aparente destino…); un apartamento funcional como tantos que hoy comparten los jóvenes mileuristas, con apenas los muebles mínimos, la barandilla que lleva a la azotea… Y tres actores que bordan sus personajes a las órdenes de Bernués: la dura, la malota Marta (Tania Fornieles), la dulce y armoniosa, pero endeble Ana (Nerea Elizalde) y el inestable, nervioso e inseguro Dani (Koldo Olabarri), se van creciendo a medida que avanza la función y construyen un thriller realista, creíble y contundente, de esos que te atenazan el corazón y te dejan ahí, atado a la butaca, durante varios minutos, sin fuerza para abandonar la sala, y con las imágenes de lo vivido durante casi noventa minutos rondándote por la cabeza durante horas y horas más.

Desde el mismo comienzo, con la interpretación del tema Maldita dulzura, de Vetusta Morla, el montaje es crecientemente sobrecogedor, contundente, definitivo y te marca a fuego el NO a cualquier tipo de abusos sexuales, y menos aún a menores.

Imprescindible para todos y, quizás, más aún para quienes han sido objeto de ese tipo de abusos y aún no han dado el paso de proclamarlos públicamente, caiga quien caiga.

Tras ‘Como un viento helado’, también en el Fernán Gómez, esperamos impacientes dos propuestas más de la compañía donostiarra Tanttaka Teatroa sobre otras formas de abusos a menores en La casa de la llave (del 25 de septiembre al 6 de octubre) y Soka (del 9 al 27 de octubre). Perdérselas sería casi un delito que debiera incluirse en el futuro y unificado Código Penal.

‘Como un viento helado’

Texto: Rafael Herrero

Dirección: Fernando Bernués

Reparto: Nerea Elizalde, Tania Fornieles y Koldo Olabarri

Ayudante de dirección: Lais Bernués

Vestuario: Ana Turrillas

Iluminación: Xabier Lozano

Audiovisuales y técnica: Acrónica Producciones / Edi Naudo

Fotografía: Mikel Blasco

Producción: Ane Antoñanbzas /Nagore Plazaola
Distribución: SEDA

Teatro Fernán Gómez, Madrid

Hasta el 22 de septiembre de 2019

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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