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Los 10 mejores discos de 2019
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Los 10 mejores discos de 2019

miércoles 11 de diciembre de 2019, 09:45h
Como cada año con el fin del año llega el tiempo de las listas y los repasos. Desde Diariocrítico volvemos a apuntar a una afición en la que nunca están todos los que son pero en la que sí son todos los que están, o al menos se intenta. Tras repasar las mejores canciones llega el turno de los discos, en un año en el que las artistas femeninas acaparan casi al completo nuestra lista, incluidos los tres primeros puestos. (Vea aquí los mejores discos de 2018 / 2017 / 2016 / 2015 / 2014 / 2013 / 2012 / 2011 / 2010)

10. Sharon Van Etten - Remind Me Tomorrow

Llevábamos sin canciones nuevas de Sharon Van Etten desde la publicación de su EP 'I Don't Want to Let You Down' de 2015. Desde entonces había aparecido en 'The OA', se había pasado por el Roadhouse de 'Twin Peaks' y había sido madre. Cuando a finales del año pasado apareció el primer adelanto de este disco, 'Comeback Kid', muchos nos sorprendimos con su sonido ochentero, recordando al 'Kids In America' de Kim Wilde pero es que Van Etten ha decidido que, tras alcanzar la perfección del sonido clásico con 'Are We There' no se quería repetir y ha buscado nuevas sonoridades para 'Remind Me Tomorrow', eso la ha llevado a dejar de construir sus canciones sobre la guitarra y poner sobre la mesa nuevas influencias como Suicide o Portishead. Pero, más allá de como estén recubiertas, las canciones siguen llevando la firma de una de las mejores compositoras de esta década, como se puede comprobar en gemas como 'Seventeen', 'Malibu', 'You Shadow' o 'I Told You Everything'.

9. Tyler The Creator - Igor

Tyler Okonma ha pasado de aterrorizar al mundo con 'Yonkers' a enseñar su corazón con 'Igor'. Si alguien nos llega a decir que el tipo al que le fue prohibida la entrada en Reino Unido por sus comentario homófobos va a publicar una canción, y un video, como 'A boy is a gun' en 2019 no nos lo hubiéramos creído, pero 'Flower Boy' ya fue una gran antesala para este disco en el que el rap se funde con el neo soul y el r&b de la vieja escuela.

8. Nick Cave & The Bad Seeds - Ghosteen

'Skeleton Tree' ya preparó el camino, pero la muerte de su hijo era tan reciente que todavía no estaba procesada del todo, ahora Cave vuelve, con Warren Ellis como fiel escudero, con un disco enorme en el que intenta exorcizar lo imposible y lo hace abriéndose como nunca, buscando y encontrando una luz que le guíe. Aquí las canciones no son sino pretextos para que este chamán cure sus heridas y lo haga cantando como nunca.

7. Little Simz - Grey Area

Tras dos discos, y elogios de gente como Kendrick Lamar o Dizzee Rascal, ya sabíamos que Sembi Abisola Abiola Ajikawo, o lo que es lo mismo, Little Simz era una de las mejores (¿la mejor?) MC's del Reino Unido pero es que este 'Grey Area' la eleva dentro del juego a la categoría de gran artista en general. Simz sigue recitando cosas como "They will never wanna admit I’m the best here / For the mere fact that I’ve got ovaries / It’s a woman world so to speak" o "I'm Jay-Z on a bad day, Shakespeare on my worst days" pero es que ahora lo acompaña de una producción a la altura de su confianza. El disco se abre con un bajo distorsionado absolutamente hipnótico al que se le dan pinceladas con una flauta jazzy, mientras su 'flow' fluye como si fuera "Picasso con un bolígrafo", recordando al mejor Tricky. Sin casi respiro entra el potente riff de 'Boss', casi punk rap, luego hay un cambio hacia la maravillosa musicalidad 'neo-soul' de 'Selfish', una de las mejores canciones del año. Y así seguimos durante 35 minutos que pasan volando entre guiños al dub, el drum'n'bass y colaboraciones tan interesantes como la de Michael Kiwanuka en el cierre con 'Flowers'.

6. Big Thief – UFOF

Big Thief ha sido, sin duda, el grupo del año, los de Adrianne Lenker han sacado dos grandes discos en este 2019, el segundo, 'Two Hands', podría aparecer en este listado sin probemas, pero es el primero el que me sigue pareciendo el mejor del lote, una joya principalmente acústica en la que destacan sus arreglos y la sensación de una banda alcanzando el cénit de su arte.

5. Angel Olsen – All Mirrors

Hasta ahora Olsen nos había enseñado principalmente dos caras, una acústica en modo cantautora y otra eléctrica en la que parecía Patsy Cline encabezando a las Arañas de Marte, pero con este 'All Mirrors' ha encontrado un fondo distinto con el que destacar, todavía más, su melodramática voz. Se trata de once canciones con grandes arreglos de orquesta que lo mismo te retrotraen al Tin Pan Alley que a una olvidada banda sonora. El resultado es su obra más cohesionada y pura.

4. Michael Kiwanuka – Kiwanuka

Recién salido del horno, hace menos de una semana que ha aparecido en el mercado el nuevo disco de Michael Kiwanuka y todavía ando noqueado ante su belleza. Puede que el único problema de este discazo sea su sonido retro y sus referentes claros, Bill Withers, Isaac Hayes, Curtis Mayfield... ¿Pero qué distingue a este disco de otros revivalistas? Pues que las canciones son fantásticas, la producción de Danger Mouse e Inflo es una maravilla y la forma en la que está interpretado es increíble, haciendo de este disco no solo una mera copia de aquello a lo que aspira, sino en algunos sentidos una cumbre del soul psicodélico, un disco que suena atemporal. Y, siento decirlo, pero Bill Withers nunca sacó un disco tan redondo como este.

3. Billie Eilish - When We Fall Asleep, Where Do We All Go? (2019)

Cuando Thom Yorke dice que "eres lo único jodidamente interesante a día de hoy", Dave Grohl te compara con Nirvana y Jack White te ruega para que grabes un disco en directo en su sello es que tienes que tener algo, si además todavía no has cumplido los 18 años, entonces es que eres un puto fenómeno. Eso es lo que es esta chica, un fenómeno que ha cogido las riendas del pop y ha demostrado que los nacidos en el Siglo XXI no son unos analfabetos musicales carentes de todo gusto. Su disco de debut es una maravilla en el que combina con facilidad los temazos más infecciosos como 'Bad Guy', 'You Should See Me in a Crown', 'All the Good Girls Go to Hell' o 'Bury A Freind' con las baladas más emocionantes como 'Xanny', 'Wish You Were Gay' o 'I Love You', todo unido por la espartana y feísta producción de su hermano Finneas (con un ojo puesto en el 'Yeezus' de Kanye West)

2. Weyes Blood - Titanic Rising

'Titanic Rising' es una obra de arte de pop barroco, con canciones llenas de capas de cuerdas, sintetizadores y diversos instrumentos, en las que brilla la voz de una Natalie Merring que ha conseguido graduarse 'cum laude' con su cuarto trabajo. Aunque con un ojo puesto en el sonido Laurel Canyon de principios de los 70, el disco tiene un claro elemento de atemporalidad, en las tres primeras canciones parece evocar consecutivamente los trabajos en solitario de los tres Beatles más creativos en sus primeros discos en solitario de principios de los 70. 'A Lot's Gonna Change' comienza como si fuera la BSO de una película de los 80 pero entonces entra un piano que recuerda al Lennon de 'Imagine', con un exquisito trabajo de cuerdas apoyando la grave voz de Merring. 'Andromeda' le sigue, ahora apoyada en una guitarra acústica, con capas de cuerdas y voces, y una guitarra con 'slide' que recuerda claramente a George Harrison. Luego llega la perfección pop de 'Everyday', con una melodía digna del mismísimo Paul McCartney. Pero el disco va mucho más allá de sus influencias (que son mucho más variadas de las expuestas aquí) y cuenta con una increíble producción a cargo de Jonathan Rado de Foxygen. Es un disco ambicioso y complejo que suena como un regalo a los oídos. Si esta fuese la música que la orquesta tocara mientras se hundía el Titanic, hubieran sobrado los botes salvavidas.

1. Lana del Rey – Norman Fucking Rockwell!

Lizzy Grant rompe la cuarta pared entre Lana del Rey, el personaje, y ella misma y entrega el siguiente gran disco americano, algo de cuyo potencial ya se podía ver desde que lanzara 'Video Games'. Se puede ver el disco como su carta de amor a California y Los Ángeles, destilando lo mejor de su esencia, con ecos de las mujeres de Laurel Canyon, los Beach Boys o Neil Young. A la primera escucha me pareció que era demasiado largo, a la segunda que no encajaba la versión de Sublime, a la tercera ya estaba convencido que, como a los grandes discos, no le sobraba ni una coma, desde entonces no ha hecho sino mejorar.

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