El PSOE ha pasado a una fase más optimista respecto a sus negociaciones con Esquerra Republicana (ERC) y ya estaría planificando un debate de investidura para el 27 y 28 de diciembre, donde se espera ganar en segunda votación el día 30. Al no contar con mayoría absoluta, será necesariamente en esa segunda cita.
El cambio de mentalidad y animosidad procedería del estado de dichas negociaciones con los republicanos, que pasarían por una fase más productiva y de diálogo, algo que ha ido filtrando la formación socialista a otros interlocutores, tal y como reveló, por ejemplo, ayer martes, el representante en Madrid de Compromís, Joan Baldoví. Tras reunirse con Adriana Lastra, portavoz parlamentaria del PSOE, consideró en declaraciones a la prensa que "puede haber gobierno y creo que vamos en la buena dirección", dijo a 'La Sexta'.
En realidad fue una de las condiciones de ERC no hablar de las negociaciones ni valorar en la prensa de manera pública el estado de las mismas, pero poco a poco el PSOE, ante la enorme presión social y política que sufre, está comentando poco a poco cómo marchan estas conversaciones con los independentistas, que finalmente se ha convertido en el partido llave para el gobierno.
Ya totalmente descartado un pacto con PP o Ciudadanos para lograr una abstención técnica que suponga no depender de fuerzas nacionalistas, el PSOE se ha volcado en sus contactos con ERC. Ayer Pedro Sánchez llamaba a Quim Torra dentro de su ronda de llamadas a presidentes autonómicos, una coartada clara para poder justificar su conversación con el president catalán. La llamada no fue bien e incluso luego el líder de la Generalitat reprochó a Sánchez que anunciase en redes sociales que había propuesto a los presidentes una conferencia anual en el Senado, cuando por teléfono no se lo había comentado horas antes.
Pese a todo, ERC parece haber dado su brazo a torcer y facilitará el gobierno socialista a cambio de una mesa de diálogo, donde se exigirá que el derecho de autodeterminación de los catalanes sea uno de los temas a tratar, una línea roja hace meses para el PSOE pero que ahora no estará sobre la mesa.
La prioridad desde el 10 de noviembre para Sánchez estaba clara: ser presiente cuanto antes, sin que peligrase la alianza con Unidas Podemos, aprobada 2 días después. Esas prisas para empezar el año 2020 ya desde Moncloa como presidente electo y aprobado por las Cortes es algo que dedujeron varios presidentes autonómicos con los que charló Sánchez, aventurándose algunos de ellos a que el pacto con ERC estaba ya casi finalizado. Esta semana podría cerrarse y anunciarse el debate de investidura para la próxima.
Si (
No(
