La Iglesia española no ve con buenos ojos que haya una renta básica universal o 'ingreso mínimo vital', como ha apostado el actual gobierno por denominar a esta ayuda a los más vulnerables de la sociedad: "No sería un horizonte deseable", comentó ayer lunes el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid.
Aunque el Papa Francisco apoyó esta pasada semana sante este tipo de ayudas a los más necesitados de la sociedad, Argüello comentó: "Las ayudas a quienes lo necesitan es indispensable, pero pensar en una permanencia, que vivan de manera subsidiada, no sería un horizonte deseable para la organización del común".
Recalcó que, lo más importante, es que las personas "puedan ejercer su dignidad mediante un puesto de trabajo" y pide también ayudar a los "más necesitados en esta crisis económica" con donaciones de "generosidad y corresponsabilidad".
Por ello, se comenzará a plantear que obispos y sacerdotes puedan donar una parte de su sueldo a los más necesitados, y también, "invitar a unirse también a todos los fieles cristianos y a toda la sociedad". Lógicamente, pidió hacerlo a través de Cáritas, la sociedad de la iglesia española para ayudar a los necesitados.
Recodó también otros organismos para ofrecer dinero: una campaña de la OMP (institución del Papa que cuida de las misiones) para una solidaridad con otros países, marcar las dos X en la Declaración de la Renta para "ayudar el doble y doblar la solidaridad" y utilizar la página donoamiiglesia.es para ayudar directamente a parroquias y diócesis.
En relación a la desescalada, de cara al culto religioso, pidió que los fieles puedan ir ya a misa: "La presencia y celebración de la fe tiene mucha importancia para los cristianos. Por eso, siguiendo todas las recomendaciones, deseamos que el culto vuelva a la sociedad. Es muy importante que la eucaristía pueda celebrarse con pueblo, progresivamente”.
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