Con todo el peso de la ley. En una sentencia histórica el juez del Tribunal Superior de Los Ángeles (EEUU), William Pounders, condeno a once cadenas perpetuas al inmigrante latino Juan Manuel Álvarez. Este sujeto causo un accidente mortal que involucró a tres trenes en 2005.
Álvarez, de 29 años, situó su automóvil todoterreno en las vías del tren para quitarse la vida, según su relato, y aunque posteriormente cambió de idea fue incapaz de retirar su vehículo, que abandonó antes de impactar con un ferrocarril.
Esta primera colisión provocó una reacción en cadena de choques en las que fallecieron 11 personas y más de 180 resultaron heridas.
La acusación argumentó que Álvarez mintió sobre sus intenciones suicidas y, en realidad, trataba de llamar la atención de su mujer, de la que estaba separado. La defensa, por su parte, presentó a su cliente hispano como a un enfermo mental que sufrió abusos en su infancia y terminó por convertirse en un adicto a las drogas.