El presidente Chávez dijo, durante la II Cumbre Extraordinaria de Países del Alba, que “hondureño que se oponga al ingreso de Honduras al Alba es un vendepatria" y señaló que a partir de hoy aumentará la solicitud de bienes y servicios desde Honduras hasta el territorio nacional.
El mandatario señaló que el rechazo de algunos sectores oligárquicos a la incorporación plena de este país centroamericano al tratado es “una campaña de los pitiyanquis, que son peores que los yanquis porque son arrastrados, y buena parte de los medios de comunicación de Latinoamérica le lamen la mano a los yanquis. Son unos lame tu sabes qué…”.
Hubo un pequeño altercado con los periodistas, porque cuando la corresponsal de VTV y Radio Nacional de Venezuela le preguntó al primer mandatario nacional sobre el “rechazo de la oligarquía” hondureña a la firma del tratado, un periodista de HRN, Tegucigalpa hizo algún comentario.
A esto el presidente se dirigió a él indicándole “cómo tú le vas a aplicar a ella una censura, déjala hablar. Estas preguntas producen censura en algunos pagados por el imperialismo”.
“Toda esa campaña es parte de la jugada del imperio de Estados Unidos para tratar de frenar lo que no van a poder frenar, es que hay una revolución en América Latina”, sentenció Chávez.
Chávez también divide a Honduras
Los hondureños iniciaron la semana en medio de una encendida controversia entre funcionarios gubernamentales y sectores sociales, sobre la adhesión del país a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que impulsa el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El presidente hondureño, Manuel Zelaya, en un mensaje de radio y televisión, llamó a la cordura a los detractores, y arremetió contra el sector privado al que responsabilizó por la pobreza que afecta al 70% de los 7,5 millones de habitantes, porque no han impulsado programas de desarrollo.
"Hago un llamado al pueblo hondureño, a todos los sectores, especialmente al sector privado, que profundamente me resiento cuando ha sacado comunicados en contra de un proyecto social y de un proyecto que no han tenido la posibilidad de conocerlo e interpretarlo", dijo el mandatario en su discurso.
"La empresa privada, a la que yo he apoyado, porque he logrado índices de crecimiento económico y reducción de la pobreza, la empresa privada en este modelo neoliberal, ha sido la más beneficiada durante décadas, pero éste es un proyecto para los pobres, apóyennos en esta lucha", demandó.
De acuerdo con Zelaya, "el ALBA representa beneficios sociales para los más pobres, los que critican es porque no lo conocen, porque tienen intereses, yo no me explico cuál es el problema de que no podemos unirnos para sacar este país adelante".
Según el gobierno hondureño, el ALBA ayudará a terminar con la dependencia energética, porque permitirá la construcción de una hidroeléctrica, reducirá el analfabetismo, ayudará a la salud y permitirá inyectar unos 400 millones de dólares a proyectos productivos.
No obstante, la filiación ha generado un fuerte rechazo entre los empresarios y políticos incluso oficialistas, porque lo consideran armamentista y nefasto, sobre todo por las represalias que pudiera adoptar Estados Unidos, duro crítico del presidente Chávez.
Para el influyente Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) el ALBA "es una alianza política y militar de carácter ideológico que conspira contra la libertad de comercio, el ejercicio de las libertades individuales y la libre determinación" de la sociedad.
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