A esa reunión del 14 de diciembre habrían asistido ‘Josu Ternera’, uno de los jefes de la cúpula etarra, su hijo, Arkartz Urruticoechea, miembro de ETA y encargado de las labores de enlace con la juventud abertzale, y Joseba Álvarez, uno de los portavoces de la ilegalizada Batasuna. Tanto el hijo de Ternera como Álvarez son, en estos momentos, referentes entre los jóvenes batasunos. Por parte del Gobierno habría acudido a la cita el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, y un mediador enviado desde Madrid.
La presencia de Álvarez en esa reunión se explica, según fuentes abertzales, por el temario del encuentro, que, previsiblemente, debe desarrollar la mesa de partidos vascos.
No hubo ‘negociación’ en agosto, pero sí ‘encuentros'
Por otra parte, el polémico encuentro oficial entre la banda etarra y los mediadores del Gobierno previsto para agosto pasado no se llegó a producir en esas fechas porque el Ejecutivo “no dio señales de vida”, después de un contacto informal a principios de ese mes.
Un mes y medio después de que el pasado 20 de junio el presidente Rodríguez Zapatero anunciara la apertura oficial del diálogo con ETA, tres representantes por parte de la banda y tres por parte del Ejecutivo se reunieron a comienzos de agosto en un país europeo. Al encuentro asistieron por parte de la organización terrorista ‘Josu Ternera’ y su hijo, Arkartz, así como Joseba Álvarez, uno de los portavoces de la ilegalizada Batasuna. Por parte socialista asistió Jesús Eguiguren. Es decir, serían los mismos que protagonizarían –según las citadas fuentes- el encuentro de diciembre, además del ‘mediador’ enviado desde Madrid.
Tanto los mediadores de ETA como los del Gobierno pretendían en ese encuentro cerrar la fecha de la primera reunión oficial y el temario de la misma. Sin embargo, los representantes de la banda trasladaron a los gubernamentales la necesidad de que la mesa de partidos políticos abordara el desarrollo del derecho a la autodeterminación, mediante la reforma del Estatuto de Guernica, y la cuestión de la territorialidad, es decir, Navarra.
Los interlocutores del Ejecutivo les comunicaron en ese tenso y denso contacto la imposibilidad de ceder en estos dos campos. Y justificaron su negativa por la “falta de madurez de la sociedad” para avanzar en estas materias. A cambio, esbozaron una salida a este escollo en la negociación. Más tarde, en septiembre, lo desarrollaron los socialistas vascos en sus reuniones con dirigentes de Batasuna y del PNV para preparar la puesta en marcha de la mesa de partidos.
Posteriormente, en el encuentro ya ‘formal’ del 14 de diciembre se habría fijado una metodología y una cronología y se habría aceptado la posibilidad de que el Gobierno haga un gesto de ‘buena voluntad’, trasladando a partir de enero algunos presos a cárceles vascas. Ese ‘gesto’ se adoptaría, al parecer, a partir de un documento reivindicativo que presentaron los abertzales sobre la situación de los presos terroristas y las actuaciones jurídico-policiales que se están llevando a cabo por Francia y España, tal y como les informamos en su día.