“La legislatura ya está terminada”, anticipa el líder del PP

“La legislatura ya está terminada”. Así de categórico apareció Mariano Rajoy ante los periodistas en el Congreso de los Diputados, inmediatamente después de que lo hubiera hecho el presidente Zapatero. Rajoy, en este 29 aniversario de la Constitución, fue el único que habló de su reforma: “plantearé una reforma constitucional limitada”, dijo, al enumerar sus propósitos para el inmediato futuro. Una lista que era casi una oferta de cara a las elecciones.

Rajoy dijo que entre sus propósitos de año nuevo figura plantear un modelo territorial de consenso y otro consenso sobre las bases para derrotar a ETA, rechazando negociar con la banda. También aprovechó la ocasión para pedir la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca. Y se fijó igualmente en la economía: “no se puede vivir siempre de la herencia”, dijo, para subrayar que los índices negativos comienzan a aparecer.

En fin, recuperar los consensos existentes entre 1978 y 2004 es la meta de un Rajoy que, como los demás, habló de acercamiento entre fuerzas políticas, pese a que el clima existente en los salones de la Cámara Baja no era precisamente cálido. Ya lo había dicho María: no se puede repetir una legislatura tan dura y tan ruda.

Reveló Rajoy –el presidente ya lo había dicho de pasada—que mantuvo una conversación telefónica con Zapatero en la noche del miércoles, a las 21,30 exactamente. Dio con tanta precisión la hora porque a continuación añadió que la llamada, la tercera desde el pasado sábado que recibe de La Moncloa, tenía como objetivo que Zapatero le informase de la detención de los dos etarras en Francia. Una ‘noticia’ que ya estaba en todos los periódicos digitales, en los informativos de radio y en los de televisión desde las once de la mañana, es decir, más de diez horas antes. Luego, medios monclivitas precisarían que el presidente y el líder de la oposición habían hablado “de algo más”, sin precisar de qué.

En todo caso, parece altamente improbable un encuentro personal en Moncloa entre los dos principales políticos españoles. No a corto plazo, al menos, si nos atenemos a todos los indicios, entre ellos las palabras que inmediatamente antes había pronunciado Zapatero.