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Francia vive un Primero de Mayo bajo la influencia de la campaña presidencial

jueves 03 de mayo de 2007, 18:36h
Unas 250 manifestaciones se registraron este martes en todo el territorio francés con motivo de la celebración de la fiesta del Primero de Mayo, pero fue la multitudinaria marcha de París la que más subrayó el contexto electoral presidencial que expirará en cuatro días. Sin embargo, la manifestación convocada por cuatro sindicatos y que comenzó a media tarde quedó eclipsada en cierta medida por la movilización que protagonizó este medio día en las calles de la capital gala la formación de extrema derecha, el Frente Nacional.

En una fiesta del Primero Mayo en la que los sindicatos trataron mayoritariamente de no implicarse en exceso en la campaña electoral, una de de las cuatro manifestaciones desarrolladas hoy en París tuvo un verdadero carácter "anti-Sarkozy", pues se pudieron leer y escuchar lemas como  "Sarkozy candidato de lo peor", "STOP Sarkozy" o "Sarkozy divide y manipula". Para los medios galos, la manifestación fue tan contraria a la figura del candidato que todos los sondeos de opinión dan por vencedor el próximo 6 de mayo que varios reporteros franceses hablaron del hecho que esta tarde se celebró en París una fiesta "anti-Sarkozy" más que una fiesta del Día Internacional del Trabajo.

Convocada a iniciativa de diferentes partidos de izquierda, pero sobre todo, de varias organizaciones sindicales entre las que cabe destacar la Confederación General del Trabajo (CGT) junto a la Federación Sindical Unitaria (FSU), la Unión Sindical Solidaria (USS) y la Unión Nacional de los Estudiantes Franceses (Unef), en la manifestación de esta tarde se pudieron escuchar y leer mensajes contra Sarkozy, el candidato presidencial del partido gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Oficialmente, ninguna organización de trabajadores ha dado una consigna de voto a sus afiliado, aunque Bernard Thibault, secretario general de la CGT, aseguró esta mañana en la cadena de televisión francesa i-Télé que le parecía "gravísimo" que "un candidato afirme que una de sus primeras medidas urgentes sea cambiar el derecho de huelga y la representación sindical en la empresa" tal y como promete en su programa presidencial Sarkozy.

"Si se atacan las libertades sindicales, es que se nos prepara un gobierno que tiene la intención de ser particularmente brutal en la manera y en el contenido de las reformas que se preparan", predijo Thibault evocando una eventual presidencia de Nicolas Sarkozy en el plató de i-Télé.

Ya en las calles de París, durante el recorrido que hicieron las miles de personas que se manifestaron bajo las banderas de la CGT, FSU, USS y Unef, el mismo Thibault retomaba sus crítica contra Sarkozy, quien el pasado domingo dijo querer acabar con el "nihilismo y el relativismo moral" del que se empapó la sociedad francesa durante el Mayo del 68.

"Antes de 1968 el hecho sindical no estaba reconocido en la empresa", explicó Thibault a la radio gala France-Info mientras desfilaba y alertaba nuevamente sobre la necesidad de "contradecir a quienes pretenden restringir las libertades sindicales".

LA UNEF, CON SÉGOLÈNE ROYAL

Con el mismo tono se pronunció Bruno Julliard, presidente de la (Unef), organización que sí ha llamado a votar a favor de Ségolène Royal, la candidata del Partido Socialista francés. "En la Unef no es una tradición hacer un llamamiento para batir a un candidato y votar por un aspirante", dijo Julliard a la radio France-Info mientras avanzaba en la manifestación.

Según Julliard, con un Sarkozy presidente "los derechos sociales corren peligro y, sobre todo, los estudiantes y la universidad pública". Esos temores justifican el posicionamiento de la organización sindical que preside Julliard, un sidicato con una considerable capacidad de movilización.

El año pasado, bajo la dirección de su actual presidente, la Unef obligó con dos meses de protestas al Gobierno de Dominique de Villepin y al presidente francés, Jacques Chirac, a abrogar el Contrato de Primer Empleo que propuso el gabinete del primer ministro para acabar con el elevado nivel de paro --cerca del 20 por ciento-- entre los jóvenes.

SARKOZY RINDE UN HOMENAJE A LOS TRABAJADORES

Por su parte, Nicolas Sarkozy, se desplazó hoy hasta el departamento de Finisterre, en la región francesa de Bretaña, donde visitó el Centro Regional Operacional de Vigilancia y Salvamento (CROSS, por sus siglas en francés) para rendir homenaje a "los trabajadores" que incluso en días como hoy cumplen con su deber.

"Quisiera rendir un homenaje a esa Francia que trabaja duro, incluso los días festivos", declaró Sarkozy tras haber hecho alusión a la labor de los hombres y mujeres que trabajan en el mar para "velar por la seguridad de los franceses y de todos los que cruzan nuestras costas".

El homenaje a los trabajadores de los días festivos de Sarkozy no fue la única declaración relevante del ex ministro francés del Interior y ahora aspirante favorito en la carrera hacia el Elíseo. De hecho, Sarkozy volvió a manifestarse sobre mayo del 68, mes en el que la movilización social paralizó Francia y que, según dijo, produjo un balance que "no es positivo".

En declaraciones a France 2, Sarkozy aseguró esta mañana que "entre la escuela de Jules Ferry que quería la escuela de la República y del respeto y los 'sesentayochistas' que querían disfrutar sin límite, yo elijo Jules Ferry". Durante el programa, emitido en la mañana de hoy, Sarkozy también dio cuenta de su voluntad de reformar el diálogo social, la representación sindical en las empresas y el derecho a la huelga.

LE PEN INVITA UNA ABSTENCIÓN MASIVA

En este contexto de movilización social, el Primero de Mayo fue el día en que el la ultraderecha francesa que orbita en torno a la formación política Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, recibió una consigna de voto. "Invito a los electores que han confiado en mí a no otorgar su voto ni a Royal ni a Sarkozy", declaró Le Pen, proponiendo a sus electores a una "abstención masiva", tras recorrer las calles de París acompañado de varios miles de ultraderechistas.

El electorado de Le Pen es el cuarto más grande, pues representa al 10,44 por ciento del electorado galo, es decir, unos 3,8 millones de votos, según los resultados de la primera vuelta de la elección presidencial celebrada el pasado 22 de abril.

Consciente de la importancia de ese diez por ciento, Sarkozy, a quien se ha atribuido el hecho que el apoyo a Le Pen haya descendido en más de 6 puntos porcentuales respecto a 2002, le tendió la mano en France 2.

"Yo digo a aquellos que han votado por el FN como a aquellos que han votado a otros candidatos, que deseo unir una inmensa mayoría porque quiero aportar respuestas precisas a los franceses, les quiero proteger contra las deslocalizaciones, quiero controlar la inmigración, quiero pasar a una nueva etapa y ofrecerles la seguridad a la que tienen derecho", declaró esta mañana.

 

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