ZP niega las informaciones sobre contactos con ETA, pero dice que el Gobierno “tiene que estar informado” sobre la banda

El presidente del Gobierno rompió, al fin, su silencio sobre este tema. Hubo de esperar al último fin de semana de la campaña y no lo hizo en el curso de su mitin sevillano, sino en el citado almuerzo posterior. Obviamente era una comparecencia obligada: el ruido acerca de los contactos, presuntos o reales, del Gobierno con ETA y Batasuna era atronador.

Porque no solamente era lo contado por el diario Gara, de indudables simpatías abertzales, sino también por la muy seria agencia Europa Press, por la especialista del diario El Mundo en estos temas y por el diario ABC, habitualmente con buena información en este terreno: los tres últimos señalaron que el último contacto con ETA se produjo en abril, en Bruselas, y que el Gobierno intentó frenar cualquier atentado antes de las elecciones. “No puedo desmentir a cada publicación por lo publicado, pero, con todo el respeto a los medios, es un dislate”.


Antes de marzo de 2006, “nunca jamás”

Era mucho desmentir, pero Zapatero lo hizo, y con firmeza. “Dar credibilidad a todo eso es muy grave”, dijo. No ha habido diálogo en los últimos meses, aunque es cierto que, cuando ETA anunció la tregua, hace un año (marzo 2006), él autorizó unos contactos que se interrumpieron a raíz del atentado en Barajas el pasado 30 de diciembre, con dos muertos sobre la mesa. “Antes, nunca jamás hubo contactos”. Sin embargo, tras la serie de desmentidos, ZP pronunció una frase enigmática: “Es evidente que, siendo el Gobierno, tenemos la obligación de tener información sobre ETA en cada momento. Como presidente del Gobierno pido prudencia, porque la lucha antiterrorista es y va a ser muy difícil”. Luego, también algo enigmáticamente, agregó que “mucha gente quiere y trabaja por el fin de ETA. Ojalá, cuando eso termine, podamos conocerlo todo”.

Y ya no hubo manera de sacarle de ahí, porque se escudó, ante las insistentes preguntas de los informadores, en llamadas a la prudencia, tanto de los medios como, especialmente, de la oposición. No es un secreto que Zapatero está muy irritado con el PP por la utilización que Rajoy hace en sus mítines (como el de Zaragoza este domingo) de lo publicado por Gara. También se le preguntó, obviamente, acerca de las listas de Acción Nacionalista Vasca; la solución salomónica de los tribunales, permitiendo la concurrencia alas elecciones de la mitad de estas candidaturas, consideradas desde la oposición como ‘amparadas’ por Batasuna, “obviamente no ha gustado a la izquierda abertzale: pensar otra cosa es no ver la realidad”.


Apoyo a Miguel Sebastián

Naturalmente, tampoco faltaron preguntas sobre el ya famoso ‘cara a cara’ entre Miguel Sebastián y Alberto Ruiz Gallardón, un debate televisivo entre ambos candidatos a la alcaldía de Madrid en el que Sebastián, esgrimiendo la portada de una revista con la fotografía de Montserrat Corulla -implicada en la ‘operación Malaya’ y relacionada sentimentalmente en el pasado con el alcalde madrileño- , pregunto al edil si tenía vinculaciones con la trama de corrupción marbellí.

Utilizando un tono mesurado, Zapatero insistió en que la pregunta de su ex colaborador en La Moncloa “era sobre corrupción, no personal”. Negó haber sabido con antelación que se iba a plantear el tema en el debate, aunque admitió que los responsables de la campaña del PSOE sí lo sabían.