Bono se compromete a presidir el Congreso con "humildad" y atendiendo a las minorías

Aseguró que intentará ganar la confianza de quienes no le han votado y garantizó que atenderá a todos "por igual", especialmente "a las minorías" porque "nadie es más que nadie". También pidió a los diputados que tomen "ejemplo de la sociedad española", con sus "múltiples identidades", y que la imiten "en lo que tiene de tolerante, de respetuosa y de educada".

Bono comenzó el discurso con el que se estrenó en su nuevo cargo agradeciendo, en nombre de toda la Mesa, la confianza que sus compañeros han depositado en ellos para dirigir la Cámara. También mostró su gratitud hacia los diputados que le han respaldado para ser presidente y recalcó que aquellas papeletas que no contenían su nombre le sirven de motivación "para intentar ganar la confianza" de los que hoy no le han dado su apoyo.

"Quizá el mejor modo de agradecer la elección sea cumplir con rigor nuestro deber", señaló, para agregar a continuación que "el deber del presidente empieza por serlo de todos, cualquiera que haya sido la confianza que le han otorgado y en atender con solicitud a todos por igual, especialmente a las minorías". "En ser justo es en lo que comprometo el honor que hoy me otorgan", apostilló.

En este sentido, destacó que asume la Presidencia con el "respeto" que le merece la soberanía nacional, "cuyo titular el es pueblo español", y con el que siente por desconocer el "oficio". Asumiendo su condición de "lego entre muchos expertos" se mostró dispuesto a iniciar el aprendizaje de su nueva tarea, pero reclamó a los diputados "indulgencia" con los "errores" que pueda cometer y "ayuda" para el desarrollo de su cargo, "al menos en los primeros tiempos".

La conducta por encima del carné

Además, se comprometió a acompañar a la Cámara en sus avatares desde el convencimiento de que en el Congreso "nadie es más que nadie" y de que cada uno tiene "el mismo valor que su vecino o su adversario". "Esa es la regla principal. El carné de un partido no añade nada a quien lo tiene, es la conducta de la persona la que honra o deshonra el carné que posee. La diversidad y la diferencia entre nosotros, como entre los españoles, es un hecho, pero la igualdad es el derecho principal", apostilló.

Tras esta breve declaración de principios, Bono rindió homenaje a quienes le precedieron en la Presidencia del Congreso. En concreto, explicó que le anima el "ejemplo" de Manuel Marín, al que felicitó su los esfuerzos que realizó al frente de la Cámara en la anterior legislatura, y que espera poder imitar a Landelino Lavilla, con el compartió la Mesa del Congreso como secretario cuarto, entre 1979 y 1982.

Bono confesó que no se atrevía a pedir a los diputados que tengan una "conducta ejemplar", pero sí les solicitó que tomen "ejemplo de la sociedad española" con sus "múltiples identidades" y que es "permisiva, solidaria y generosa". "Imitemos a la sociedad que representamos, tratemos de igualarla en lo que tiene de tolerante, de respetuosa y de educada, que es mucho. Hagamos que esta Cámara cada se parezca más a los españoles y que ellos nunca tengan motivos para sentir rechazo de la conducta de sus diputados", aseveró.

En esta línea, sentenció que "el tumulto nunca conduce al progreso" y que el mejor camino para progresar es "el de la moderación y la palabra como única vía respetable para dirimir discrepancias".

Homenaje a Guerra y Cisneros

Bono, que ha sido uno de los pocos presidentes de los últimos años que no se ha marcado como objetivo reformar el Reglamento del Congreso, también tuvo un recuerdo para todos los diputados fallecidos que personalizó en Gabriel Cisneros, uno de los 'padres' de la Constitución que murió el pasado verano, y al que alabó por ser un "ejemplo como parlamentario y como persona". Esta mención fue respondida con aplausos en el hemiciclo, como ocurrió justo cuando aludió a Alfonso Guerra.

Pocas horas después de que el cabeza de lista del PSOE por Sevilla insistiera en que él habría propuesto otro candidato para presidir el Congreso, Bono recordó que Guerra es el único diputado que tiene un escaño desde 1977, y le definió como la "expresión más simbólica" de la "experiencia viva" de todos los que han pasado por el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. "Don Alfonso Guerra, que tanto contribuyó al feliz alumbramiento de la libertad", enfatizó, mientras el sevillano le miraba sonriente desde su escaño.