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Euskadi: el escenario previo a unas elecciones históricas

Euskadi: el escenario previo a unas elecciones históricas

martes 16 de diciembre de 2008, 12:45h
En marzo de 2009 Euskadi se enfrentará a uno de los procesos electorales más excitantes de toda su historia. Con una ETA más debilitada que nunca, el nacionalismo soberanista, conservando aún el cartel electoral de un cada vez más ‘iluminado’ Juan José Ibarretxe, se enfrenta a una pérdida real de poder. Por primera vez, el cambio político en Euskadi parece más factible que nunca. Pero, ¿con qué fórmula acaricia el socialista Patxi López la Lehendakaritza?
    El nuevo año se iniciará en el País Vasco con una ‘foto’ para la historia: cuando el nacionalista Ibarretxe, el socialista Patxi López y el abertzale Arnaldo Otegi se sienten juntos el 8 de enero en el banquillo de los acusados por las conversaciones que mantuvieron con la ilegalizada Batasuna. Una imagen realmente alocada en la que demócratas nacionalistas y socialistas comparten espacio con los que aún jalean a ETA. ¿A quién beneficiará electoralmente esa foto? ¿Se mantendrán las expectativas electorales socialistas que les conceden sus sondeos o, por el contrario, influirá en el electorado para un vuelco nacionalista espectacular, como ocurrió en 2001?

    Para algunos analistas resulta preciso mirar hacia atrás. En las elecciones del 13 de mayo de 2001, tras la ruptura del Pacto de Estella y de la tregua de ETA, la situación política cambió bruscamente en Euskadi. Por primera vez, la izquierda y la derecha constitucionalistas presentaron una estrategia común para desbancar al PNV del poder autonómico. Así, Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros, candidatos de PP y PSE-EE respectivamente, se postularon para gobernar en coalición.

    Ese "frentismo", sin embargo, benefició al nacionalismo vasco, ya que como respuesta, PNV y EA se presentaron en coalición, ganando en las tres provincias y obteniendo 33 parlamentarios y el 42,37 % de los votos, mientras que el PP y el PSE no conseguían sobrepasarles, obteniendo menos escaños (32 entre ambos) y votos (40,6 % en total, con 22,9 % y 17,7 % respectivamente). Estos resultados propiciaron un nuevo tripartito (PNV-EA-EB) en minoría, con 36 escaños sobre 75. Ahora bien, los abertzales de Euskal Herritarrok, tras la ruptura de la tregua, sufrieron un importante castigo electoral que les hizo perder 10 escaños (de 17 a 7) y obtener los peores resultados de la historia de la izquierda abertzale.




La raíz del ‘Plan Ibarretxe’

    Resulta evidente que los vaivenes con ETA –negociaciones con el Gobierno de Aznar- beneficiaron electoralmente a un PNV y a un Gobierno vasco regido por Ibarretxe que se creció sobre sí mismo: ahí está la raíz del ‘Plan Ibarretxe’ que el Congreso de los Diputados le tumbó al lehendakari en febrero de 2005. Con ese varapalo parlamentario, con ese órdago contestado por el Gobierno central, Ibarretxe convocó elecciones para el 17 de abril de ese año, en un intento de reconvertir esos comicios en un referéndum de hecho para su plan soberanista.

    Las urnas, sin embargo, no ayudaron al nacionalismo democrático: la coalición PNV-EA bajó a 29 escaños, los socialistas rentabilizaron el tirón de Zapatero a nivel nacional y subieron a 18, el PP bajó a 15 –pero mantuvo el tirón, a pesar de todo-, EB mantuvo sus tres escaños, Aralar apareció en la escena parlamentaria vasca con uno y el PCTV/EHAK, heredero de Euskal Herritarrok, obtuvo 9 diputados, dos más que su antecesora. La pérdida de cinco escaños por Ibarretxe se interpretó entonces como un castigo del electorado a un plan descabellado, retador y excluyente urdido desde la Lehendakaritza.


Camino al palacio de Ajuria Enea

    Ahora, en marzo de 2009 el País Vasco repetirá suerte y de estos comicios dependerán muchas cosas. Según las encuestas que manejan internamente los partidos, el PSE de Patxi López tiene más fácil que nunca desplazar al nacionalismo del palacio de Ajuria Enea. La ruptura de la coalición PNV-EA atomiza el voto de Ibarretxe, pero ¿cómo responderá el abertzalismo en el supuesto de que no consigan colocar ‘listas blancas’ en estos comicios? Si la reacción es votar al PNV, o a Eusko Alkartasuna como demanda esta formación, ese 12,5 % del electorado que en 2005 votó al PCTV puede inclinar la balanza y hacer añicos el sueño socialista.

    Si, por el contrario, ese importante sector electoral se decide por la abstención o el voto nulo, a López se le pueden abrir tres posibilidades: bipartito con el PNV; tripartito con EA y EB, o gobierno en solitario con apoyo parlamentario del PP de Antonio Basagoiti. Todo depende, claro, de las urnas, pero el resultado puede ser que por primera vez después de 28 años el nacionalismo sea desplazado del poder autonómico. Algo parecido a lo que ocurrió en Cataluña.


- COMPARACIÓN DE RESULTADOS ANTERIORES (ELECCIONES 2001 Y 2005)
 






 
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