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Referéndum por una Nueva Constitución en Bolivia

Referéndum por una Nueva Constitución en Bolivia

domingo 28 de diciembre de 2008, 15:13h
Si alguna característica puede considerarse como destacada en el gobierno de Evo Morales, es el record de consultas democráticas realizadas en la modalidad de Referéndum. No obstante y aunque pareciera se vive un proceso de profundización de la práctica y valores democráticos, esta situación obedece a un proceso de acumulación histórica, que, se presume, acabará con una nueva Constitución Política del Estado en el año 2009.  Sin embargo es importante comenzar diciendo que Bolivia ha entrado en una vorágine de cambios desde el año 2000 a la fecha.
La emergencia de la temática indígena, las contradicciones de un sistema político basado en los pactos de gobernabilidad, un modelo de economía de mercado que concentraba la riqueza sin mayores oportunidades para las grandes mayorías empobrecidas, entre otros factores, generaron un proceso dramático de transformación y cambios estructurales que innegablemente harán de Bolivia, un país distinto del que se configuró desde su fundación el año 1825.
 
Los indígenas del oriente iniciaron el proceso. Antecedentes.
En 1990 los indígenas del oriente de Bolivia lideraron una serie de protestas por la "dignidad, la tierra y el territorio" y desde allí se vinieron dando manifestaciones sociales que pedían inclusión y participación ciudadana, para el conjunto de los habitantes bolivianos que se consideran herederos de la cultura anterior a la colonia española. El llamado a la Asamblea Constituyente fue, de alguna forma, un triunfo de esa acumulación histórica.

El sistema democrático boliviano fue recuperado el año 1982 y fue un gobierno de izquierda el que tuvo que inaugurar una historia democrática contemporánea que tuvo momentos de profunda trascendencia para la vida republicana boliviana. Es bueno ilustrar que la historia de la formalidad democrática de Bolivia recién incluyó el voto universal el año 1952 (luego de la Revolución de Abril). No obstante, los posteriores eventos políticos mantuvieron al país entre endebles iniciativas electorales, golpes de Estado militares y procesos dictatoriales que hicieron del hecho democrático una práctica y valor alejado de la cotidianidad ciudadana. Con la reconquista de la democracia en 1982, recién se puede mencionar un goce pleno del derecho al voto y la participación ciudadana en las dinámicas centrales del Estado boliviano. Sin embargo, el acceso al poder estuvo circunscrito a los sectores sociales que habían configurado un sistema de partidos bastante cerrado y poco flexible para su apertura a nuevos sujetos políticos. La creación de un Sistema de medios de Comunicación privados, contribuyó también a la práctica de la personalización de la política, la espectacularización del hecho de Estado y la asunción de rasgos de acción política en los propios medios.
  
Las demandas de participación e inclusión tuvieron distintos ejes de acción social. Por una parte la demanda de la dimensión indígena tuvo su reflejó en las formas de organización y movilización social que han generado un empoderamiento paulatino de sus estructuras. Pero por otra parte, las demandas regionales enfrentadas a un Estado centralista , establecieron una demanda distinta de inclusión, basada en el eje del desarrollo regional. Los procesos de Participación Popular (municipalización de la inversión pública) y descentralización administrativa, no fueron suficientes para contentar una demanda regional que buscaba espacios de decisión y gestión de manera más local. La demanda por autonomía es el corolario en forma de consigna de una lucha histórica también por inclusión de manera y niveles regionales.



Un sistema político que colapsa

El desgaste de las formas de gobernabilidad en Bolivia basadas en los acuerdos y pactos de los partidos políticos para garantizar mayoría parlamentaria, significaron la generación de las contradicciones de un joven sistema de partidos que colapsó ante la emergencia y movilización sociales. La velocidad de respuesta de los gobiernos de turno no tuvo la misma correspondencia a una demanda que crecía en intensidad e impacto. Las figuras principales de la formalidad partidaria se enfrentaban a los “outsiders” mediáticos que generaban disturbio momentáneo en los resultados electorales y las pantallas televisivas, para posteriormente volverse parte de la misma formalidad. El ritual del voto no resolvió las temáticas pendientes que buscaban respuestas más agresivas y cuyos protagonistas se encontraban en la acción de movilización cotidiana y no precisamente en los partidos políticos. La frivolidad mediática, el marketing electoral y la personalización de la política, se impusieron momentáneamente a las realidades de demanda que configuraban un escenario distinto al de la agenda electoral.      

Las políticas de Ajuste Estructural (Modelo Neoliberal) y las de Capitalización de las empresas del Estado, generaron un fermento social que buscaba una válvula de escape urgente y necesaria en el país. El censo de 2001, estableció una configuración de país que se reconocía en su esencia indígena, urbana y postergada. Los acuerdos de 1992, que generaron los criterios de institucionalización y las reformas constitucionales para reconocer un país multiétnico y pluricultural, no tuvieron la fuerza para frenar el impulso inercial que las fuerzas sociales venían adquiriendo. El combate al narcotráfico como primer punto de la agenda con EEUU, empoderó políticamente a un sector sindical, de donde posteriormente emergió Evo Morales. Las movilizaciones indígenas del año 2000, encabezadas por Felipe Quispe (El Mallku) lanzaron una primera alerta de que el país debía cambiar en sus formas y sus fondos. De igual manera la lucha urbana comenzó a manifestar malestar social en las ciudades frente a un modelo de economía que pensaba en consumidores antes que en ciudadanos.  

La Agenda de Octubre.
Las cosas se precipitaron el año 2003. El gobierno de Sánchez de Lozada fue el último aleteo de un sistema de partidos que comenzaba su colapso mientras nuevos sujetos políticos emergían del ámbito social. Sánchez de Lozada, tuvo que renunciar a la Presidencia de la República obligado por una protesta social de carácter inédito que tuvo su epicentro en la urbe de mayor crecimiento en Bolivia: El Alto. La protesta por una eventual venta de recursos hidrocarburíferos en condiciones desfavorables al país, el cuestionamiento a las formas de distribución y costo de los servicios básicos, y la decisión de cambiar las cosas del país a través de una Asamblea Constituyente, fueron los acuerdos denominados la “agenda de octubre”, que tumbaron al gobierno y generaron un polo de referencia política y geográfica. Por su parte, la lucha regional encontró en la nueva gestión de Presidente Mesa  un espacio para desarrollar otro polo de referencia política basado en la lucha regional por la autonomía y la elección de las autoridades regionales. Mesa también inauguró el tiempo de los Referéndums haciendo una convocatoria vía Decreto  y luego se incorpora a la Constitución por una Sentencia del Tribunal Constitucional que posteriormente incluyó la viabilidad para llegar a la Asamblea Constituyente.     



Evo Presidente convoca a la Asamblea Constituyente

La vertiginosa acción de los movimientos sociales para combatir el modelo económico y el sistema político vigente, forzaron la caída del Presidente Mesa a favor del entonces Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodriguez Veltzé . El nuevo Presidente convocó a elecciones generales a finales de 2005. Un resultado inédito en la historia boliviana, posesionó a Evo Morales como presidente de la República con el 53% del respaldo electoral.  El 6 de Marzo de 2006, apenas a días de haberse instalado en el Gobierno, Evo Morales, promulgo una ley de Convocatoria a Elección de Representantes para constituir una Asamblea Constituyente. El 2 de julio se eligió democráticamente a 255 representantes para que atiendan a esta asamblea.

Bajo el criterio de que la Asamblea Constituyente es un mecanismo democrático donde puede participar la sociedad en su conjunto y el objetivo es llevar a cabo reformas a la Constitución Política, cada brazo político tuvo sus candidatos. La Asamblea fue instalada el 6 de agosto de 2006 en Sucre, destacando la mayoría del partido de gobierno que logró un 54% de la representación, pero que le hacía insuficiente su control pleno. Paralelamente a la elección de Representantes a la Asamblea, se realizó un Referéndum por la adhesión a los postulados de la Autonomía Departamental, ganando la premisa autonómica en cuatro de los nueve departamentos del país. La accidentada gestión de la Asamblea Constituyente sumó más de un año en su organización interna y discusión sobre el reglamento de debates. Con presiones externas de parte de los movimientos sociales, violencia callejera y bloqueos internos, la Asamblea tuvo su momento de mayor candencia, cuando la mayoría opositora buscó aprobar el texto Constitucional en un cuartel militar en Sucre. En jornadas de violencia intensa con saldo de tres muertos, el texto fue aprobado finalmente en Oruro, siendo desconocido por los partidos y actores opositores en Noviembre de 2007.

El año 2008 se constituye en el corolario de la acción política del gobierno de Morales, pues sin resignar la cuestionada aprobación del nuevo texto constitucional, trató de establecer un diálogo con los factores opositores de los ámbitos regionales y parlamentarios, sin mayor éxito. La reivindicación de la autonomía generó inéditas movilizaciones a favor de sus postulados y se realizaron cuatro Referéndums departamentales para la aprobación de los Estatutos del Régimen autonómico en los departamentos donde la consulta anterior había ganado el SI. Los procesos de Referéndum por Estatutos Autonómicos dan un respaldo cercano al 80% en los cuatro departamentos y el factor opositor regional genera una configuración alrededor del Consejo Nacional Democrático CONALDE, abiertamente contrario al gobierno y su proyecto constitucional . En la misma perspectiva y luego de una “poco comprensible” decisión del partido de oposición más importante en el parlamento y creyendo que el respaldo electoral a Morales había mermado, se decide convocar a un Referéndum Revocatorio para el Presidente Morales y los nueve Prefectos, idea presentada por el propio Morales, pero que luego fue “enfriada” por los mismos criterios de avance de a oposición. Sin embargo el Referéndum revocatorio se realizó el 10 de agosto mostrando un respaldo del 67% a la figura presidencial, revocando el mandato de dos prefectos opositores, el de La Paz y el de Cochabamba, que tuvo que ser asumido, pese a variadas denuncias de fraude que no fueron probadas de manera legal. El nuevo escenario político, brindó a Morales y su gobierno la fuerza suficiente para intentar desmontar la estructura opositora a través de distintas acciones. El 11 de septiembre se suscitan una serie de hechos violentos en el fronterizo departamento de Pando y el saldo son varios muertos y la dictación de un Estado de Sitio que acabó con el apresamiento del Prefecto de Pando y el inmediato nombramiento de un sustituto de parte del gobierno.



El Referéndum por la Nueva Constitución

Los sucesos de Pando y posteriores movilizaciones sociales de partidarios del gobierno, pusieron al país al borde de un enfrentamiento fratricida. La “pulseta” política se inclinó a favor del gobierno y la iniciativa parlamentaria logró pacificar al país mediante un acuerdo que incluía la modificación de aspectos nodales del texto constitucional, la convocatoria a un Referéndum para aprobar el nuevo texto y de igual manera una convocatoria a elecciones generales para el mes de diciembre de 2009. Con ellos, la estrategia de Morales podría lograr contar con su nueva constitución , prolongar su mandato hasta el 2014 y llevar adelante su propuesta de cambio en Bolivia. Tal como se había estipulado en la norma de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, el nuevo texto debía sujetarse a la aprobación del soberano a través de un Referéndum, que además debía incluir la consulta de los aspectos que hayan quedado en debate ante la Asamblea, en una idea de dirimir dichos asuntos en consulta al pueblo. Por ese motivo, el Referéndum convocado para el 25 de enero de 2009, deberá aprobar el nuevo texto constitucional y dirimir el único asunto que no logró consensuarse en el final de la Asamblea Constituyente y que tiene que ver con la propiedad de la tierra y la dimensión del latifundio en Bolivia. 

El Referéndum por la nueva constitución encarna toda la estrategia de Evo Morales y su partido para transformar al país. Sin embargo se acusa que el texto habría sido modificada estructuralmente en los acuerdos parlamentarios que pusieron fin a la crisis política de septiembre pasado. Por otra parte, se puede establecer que el texto constitucional está blindado por todos los flancos pues recoge varios aspectos de normas supranacionales en los ámbitos de Derechos Humanos, género, inclusión, medio ambiente, etc. Sin embargo para muchos analistas, la consideración de tantos aspectos no garantiza la viabilidad inmediata de la norma fundamental y que posteriormente serán necesarias muchas enmiendas para lograr aplicabilidad y viabilidad real. El tema de la autonomía fue recogido para no desconocer las consultas anteriores que la legitimaron en cuatro departamentos del país, pero esta visión ha sido neutralizada con la inclusión de las denominadas autonomías indígenas que seguramente chocarán en su aplicabilidad con los intereses municipales, locales y regionales. De igual manera, el argumento opositor menciona que la consulta tendrá vicios, debido a la conformación de la Corte Electoral, el Padrón Electoral y un registro civil sucio.

El proceso constituyente es percibido por muchos como una continuidad o la legitimación del gobierno de Morales en el sentir boliviano, sin olvidar que Morales fue elegido mayoritariamente por los ciudadanos del país. Pero también es verdad que otros sectores creen que esta asamblea fue influenciada por la experiencia "chavista" y busca consolidar los postulados del denominado “Socialismo del Siglo XXI”. Lo que es cierto, es que se van a poner sobre la mesa de la decisión nacional, la ley de leyes que marcará el futuro de Bolivia. No sería correcto pensar que la nueva constitución vaya a solucionar temas como la pobreza, pero los líderes de influencia y opinión coinciden que la norma podría ser un paso fundamental hacia la solución de esos problemas. Otros puntos de vista establecen que se está atestiguando un cambio en la madurez política latinoamericana. La gente está cansada de los gobiernos que no trajeron cambios a sus vidas y economía. Entonces cuando aparecen estas iniciativas y la gente siente que se los esta escuchando y participan, las apoyan ampliamente. Serán muchos los aspectos que serán el argumento electoral de debate previo, como la libertad religiosa, el establecimiento fe 36 nacionalidades en un solo Estado, los temas de los idiomas, la Capital de la República, la forma de propiedad y los deberes fundamentales. Sin embargo se debe tomar nota que los cambios propuestos aún se permiten ser hechos en el marco de la democracia y ésta aún es un valor fundamental de la sociedad boliviana.
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