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2008: El año de las definiciones en Bolivia

viernes 11 de enero de 2008, 22:17h

“Bolivia es un país donde pasa todo y no pasa nada” es una de las máximas que se usa siempre para explicar la crónica situación de crisis del país. Sin embargo el año 2008 se plantea como el año decisivo para el rumbo de una república que ha dejado de ser la misma desde la asunción de Evo Morales a la Presidencia. El “empate catastrófico”, categoría que Alvaro García Linera utilizó como explicación del fracaso del modelo democrático instalado desde 1982 y que se tradujo en el fin de un sistema de partidos caracterizado por el pacto y la tranza, parecía haberse resuelto si se miraban los resultados de las elecciones del año 2005, donde Evo Morales obtuvo un inédito respaldo electoral de casi el 54% de la preferencia ciudadana. Lastimosamente, y luego de dos años de gestión se ha vuelto a una nueva forma de empate que, esta vez, amenaza la propia integridad del país.

El año 2006 y coincidiendo con asunción al mando de la república boliviana, Morales había comandado una vorágine de acciones (simbólicas y discursivas) que prácticamente arrinconó la reacción opositora y llevó al espacio público nacional a una suerte de monólogo gubernamental que sacudió las anquilosadas estructuras del status quo informativo, proponiendo la oferta del “cambio”. Nacionalización, inclusión indígena o desmantelamiento del sistema neoliberal, fueron los impulsos discursivos sobre los que se sucedían diariamente acciones que comenzaban a organizar una caótica sumatoria de respuestas a demandas insatisfechas. La voluntad expresada en la palabra de Morales mostraba un ímpetu envidiable, pues era el resultado de una vitalidad política otorgada por el electorado que había depositado en él su esperanza en el cambio propuesto.

El año 2007, parecía haberse propuesto en el mismo sentido, aunque la novedad (gubernamental) se comenzaba a dimensionar en una propuesta más decidida y decisoria. Morales comenzaba a mostrar también su lado oculto inherente a la muestra de fuerza y autoridad. Si el año 2006, se había apostado por el aspecto persuasivo basado en el discurso, el año 2007 debía ser el año de la consolidación de lo prometido en decisiones y acciones. No obstante, cuando la estrategia no cuenta con los elementos de retroalimentación  sobre la incidencia de las acciones, muchas veces, esta  (la estrategia) comienza a mostrar contradicciones que es necesario corregir para no perder de vista el objetivo deseado.  Morales apostó por su legitimidad electoral (y su propia figura) como fórmula necesaria y suficiente para desarrollar sus acciones de autoridad. Confió en el respaldo internacional de su homólogo venezolano, que comenzaba también a tener un desgaste por su extremada y caprichosa visibilidad mediática (nacional e internacional).  El gobierno y su estrategia obviaron las contradicciones internas propias de un nuevo gobierno y comenzó a cometer errores, dando pie a la reacción y al argumento opositor. Finalmente la propuesta oficial subestimó al enemigo que comenzaba a configurarse y mediante una soberbia actitud respecto del otro (opositor) permitió la aparición de una respuesta opositora con la que ha llegado al grado máximo de polarización y que pone en riesgo la propia estructura e integridad del país, tal y como lo conocemos hasta ahora.    
   
La apuesta del MAS que incluyó la Reforma Estructural del país vía Asamblea Constituyente,  se vio truncada también por una hábil jugada política de los esquemas opositores. Un recurso sacado de la “galera de un mago” se constituyo en la “tranca” fundamental a la acción avasalladora del MAS y su mayoría en el conclave constitucional. La capitalidad para Sucre fue el recurso que utilizaron los agentes opositores para neutralizar el impulso masista al punto en que, entre alargamiento del plazo establecido por ley y su aprobación en diciembre pasado, el costo en violencia y legitimidad del nuevo instrumento constitucional es muy alto para el gobierno y la figura del Presidente. El intento autoritario de la estrategia gubernamental, por su parte, tuvo en Cochabamba, Sucre, Cobija y otros lugares más, la respuesta de la población y de la articulación política opositora traducida en violencia y polarización.
 
Escenarios Posibles en el ámbito político:

El recurso de cambio de estrategia, fue propuesto por el propio Presidente y está sustentado en su capital político. La propuesta de un referéndum revocatorio concentra su cálculo en el respaldo electoral y popular que asume sigue teniendo. Así el año 2008 se plantea como un año electoral, dadas las reglas del juego propuestas por Evo Morales. Se tienen en carpeta los siguientes Referéndums:

 

• Revocatorio de la Presidencia y de los Prefectos (Gobernadores Departamentales).
• Aprobación o Rechazo de la Nueva Constitución Política del Estado
• Definición de Latifundio. Situación que no pudo establecerse
• Nuevos Referéndum por autonomía regional

La estrategia electoral busca resolver el empate y la polarización política-regional, en la que se debate el país en el actual momento. No obstante los márgenes de incertidumbre continúan afectando a las formas económicas especialmente en las áreas de inversión y control inflacionario. Por su parte el año 2008, plantea también el reto de la Consolidación de los esquemas opositores que habían sido prácticamente destruidos luego de las elecciones del año 2005.

El primer escenario de enfrentamiento viene teniendo lugar en el denominado “diálogo entre prefectos y el poder ejecutivo” por la temática de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos IDH. El día 7 de enero se realizó este primer intento de acercamiento entre las autoridades nacionales y departamentales electas democráticamente. El hecho en sí mismo es un gran avance en la búsqueda de salidas democráticas basadas en el diálogo y no en la confrontación como había

En atención a una prospección sobre lo que puede pasar este año, se proponen los escenarios posibles plantados por algunos analistas políticos publicados en el Semanario Pulso.

Escenarios Posibles para Carlos Laruta:

• El analista establece que si el proceso de bifurcación entre las regiones y el gobierno se radicaliza, acentuará las líneas paralelas entre los impulsores de la Nueva Constitución (MAS) y los que promueven los Estatutos Autonómicos (sin necesariamente cambiar la actual Constitución). Así se transitaría de facto hacia un Estado Federal, con los componentes de violencia que la propia situación generaría.

• Si las posiciones tienden a una aproximación como se prevé en el diálogo iniciado el 7 de enero, seguramente que la desconfianza entre los polo sería invariable; La fragilidad del mecanismo de acercamiento se corresponde con el vacío de mediadores (como la Iglesia Católica), que hacen muy difícil la interlocución válida entre los sujetos enfrentados. Una alternativa al caso podría ser la mediación de organismos internacionales como la OEA.

• El escenario electoral es el más factible. El nacimiento traumático de la Constitución solo podría validarse con un importante respaldo electoral vía el referéndum; así la Constitución asumida como impuesta y que no representa a toda la nación, encontraría su posibilidad de validación y legitimidad necesaria para constituirse en el nuevo “contrato social” de los boliviano.  

• Finalmente el analista Escenario de la Confrontación: Violencia 

Escenarios Posibles para Rafael Archondo: Todos fruto de las contiendas electorales.

• Una victoria del MAS que estaría acompañada de la caída de los Prefectos de La Paz, Cochabamba y Pando. Manteniendo los prefectos de Oruro y Potosí como parte de su patrimonio político. Se ratificarían los prefectos de Santa Cruz, Beni, y Tarija, y se asumiría un cambio del prefecto de Chuquisaca, que renunció luego de los sucesos de fin de año en Sucre. La nueva configuración política daría paso a la aceptación del nuevo texto constitucional.
 
• Una victoria Oposición significaría el abandono del proyecto del MAS y la inminente caída Presidencial, reproduciendo y profundizando los márgenes de incertidumbre actuales. Se ratificarían los prefectos actuales, sumándose el de Chuquisaca. Podría significar el resurgimiento de los factores opositores como el ave fénix.

• Empate con buenas noticias para el MAS: Se aguardaría la acción política hasta las elecciones nacionales del 2010, con una posibilidad de tres años de maniobra a favor del MAS. Obviamente la estrategia incluiría un gestión hacia la reelección sin Evo Morales.

• Empate con buenas nuevas para la oposición: El Gobierno retrocedería en la temática de la Constitución y el avance de las demandas regionales transitaría hacia un Federalismo de facto

Previsiones de la Economía en el 2008.

Las previsiones económicas no tienen en carpeta ninguna modificación sustancial. Mientras el Gobierno tiene ambiciosas metas de expansión fiscal, reflejadas en el Presupuesto General de la Nación 2008, que incluye la modificación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, lo más probable es que veamos lo mismo que en 2007. Es decir, más gestión política que económica, pero con la misma envidiable situación en el sector externo que la observada en 2007 como telón de fondo: excelentes ingresos por concepto de exportaciones; no sólo es el ciclo del gas en particular, como se avizoraba, sino de las materias primas en general, creada por el enorme crecimiento de las economías de India y China, aunque bajo el inminente riesgo de una recesión en Estados Unidos, que elegirá al nuevo inquilino de la Casa Blanca en noviembre. Armando Mendez, ex Presidente del Banco Central afirma que “en Bolivia la política es el deporte nacional, por tanto no hay ningún indicador que vaya a mostrar un cambio de agenda que incluya una discusión de fondo sobre el rumbo económico del país en su conjunto".

Pese al duro año 2007 que polarizó al país en el eje político, la economía tuvo un comportamiento sostenido de estabilidad pese a la dramática situación de enfrentamiento político y social. Según Méndez, no habrá grandes sorpresas en 2008, a menos que se repare en los objetivos de expansión fiscal que se ha propuesto el Palacio Quemado.

Debido a los ingresos constantes por exportaciones de materias primas, que dan como resultado más de 5 mil millones de dólares en Reservas Internacionales Netas, al parecer el presidente Evo Morales se ha propuesto un año en el que esas frías cifras macroeconómicas sean notorias, como se dice en el habla popular, en los bolsillos de la gente. La tendencia hacia arriba en los precios internacionales del petróleo, del gas, de la soya y de los minerales difícilmente cambiará. De hecho, el precio petrolero ha superado la barrera de los 100 dólares. ¿Qué efectos tiene esa escalada en la economía nacional? Benéficos, porque ahora YPFB controla la exportación de crudo reconstituido a mercados ultramarinos y, además, los precios del gas, en los contratos binacionales de exportación, también suben, porque están en función de las cotizaciones internacionales de los combustibles referenciales de fórmulas que se ajustan cada trimestre.

El Gobierno ha anunciado elevadas inversiones petroleras, pero cuyos resultados serán palpables en 2009, en tanto que Brasil y Argentina comienzan a preocuparse por el abastecimiento de gas en 2008, aunque tampoco debería dormir tranquilo el Presidente de YPFB, porque el incumplimiento se traducirá, según los contratos, en fuertes multas para el Estado. No es distinta la situación de los commodities del sector agrícola. “La gran demanda de China e India eleva los precios de los productos agrícolas, entre ellos los del complejo soyero. También se debe considerar otro factor: la agroindustria da un giro hacia la sustitución de algunos alimentos por aquellos que sirven como insumo para la producción de biocombustibles, lo cual también impulsa los precios de los alimentos hacia arriba; la perspectiva de lograr mayores ganancias con sus cultivos lleva a los agroempresarios a producir con fines energéticos”, explica Méndez. En consecuencia, el que comienza será un buen año, sobre todo porque los recursos de la bonanza descrita ingresarán al circuito económico bajo el paraguas de la resucitada concepción de un Estado más controlador, planificador y más que nada listo para ejecutar el rol de empresario.

Existe toda una lista de planes gubernamentales de crear nuevos emprendimientos productivos, en el marco del control estatal. No sólo se ha anunciado la puesta en marcha de plantas separadoras de líquidos que ahora se van en la corriente de exportación de gas natural y de inversiones en petroquímica, sino también de una fábrica de papel en el Chapare y de otra de cartón; en los ´70, operó en la región de Cidras, Tarija, una factoría de papel que no funcionó por falta de celulosa, pero que costó millones de dólares al Estado; También se ha acordado la instalación de procesadoras de leche y sus derivados en distintas regiones del país. En lo que respecta a la minería, se destacan las inversiones en el reservorio de El Mutún, a cargo de la empresa india Jindal Steel & Co, pero sobre las cuales se han observado aspectos fundamentales para la viabilidad del proyecto como la onerosa subvención al gas natural o las ganancias de la compañía por la extracción de manganeso y caliza; la Comibol también emprenderá la explotación de cobre en Corocoro con una empresa coreana y de otras reservas con compañías nacionales y extranjeras. La Fuerza Aérea, como en la etapa del capitalismo de Estado, comienza a potenciar sus flotillas de aeronaves. Resta saber si las iniciativas lleguen a ser rentables o se corre el riesgo de que se conviertan nuevamente en “elefantes blancos”, costosos y con altos grados administrativos de corrupción. Por ahora, son interrogantes sin respuestas. En todo caso, se trata de la vía que ha elegido el Poder Ejecutivo para ejecutar sus objetivos de fuerte expansión fiscal.

Sin embargo, el cambio de rol para el Estado y la consecuente expansión fiscal tendrán como consecuencia un constante aumento de los precios o inflación, como sucedió a lo largo de 2007. “En 2008 habrá bienestar, pero también una mayor presión sindical por mayores salarios”, asegura Méndez. Se cerró 2007, precisamente, con una encendida polémica sobre la fiabilidad de la variación a diciembre del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estimada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El INE reportó una inflación del 0.63 por ciento en diciembre, que fue inferior al 1.25 por ciento registrado en octubre y al 1.23 por ciento de noviembre, con lo cual se consolidó una variación del IPC acumulada de 11.73 por ciento durante 2007. Las reacciones a este conservador cálculo fueron adversas. De acuerdo con la gubernamental ABI, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Roberto Mustafá, afirmó que las cifras del INE son cuestionables, porque “que se diga que la inflación solamente ha subido en 12 meses el 11.7 por ciento es colocar en duda la capacidad y transparencia el trabajo del INE”. 

El ministro de Planificación del Desarrollo, Gabriel Loza Tellería, de acuerdo con ABI, dijo, en referencia a la reacción empresarial, que la cifra oficial de la inflación es calculada por el INE. “No es mi percepción de inflación, porque si cada uno de nosotros nos dice cuánto es la inflación, ahí vamos a sacar percepciones que cada uno tiene y por eso le pido al sector privado mucho cuidado porque no puede ser una percepción individual”, agregó.

La inflación del 12 por ciento, según el analista Méndez, llegó para quedarse. “El año que comienza será bueno, porque habrá más expansión fiscal, pero el costo será la inflación”, explica.  Según este experto, “la inflación será el costo de la farra, pero la vamos a pasar bien”. Lo cual implica que el bienestar derivado de la expansión fiscal creará una “situación artificial”, de mayor gasto y bonanza, pero con un precio fijo: 12 por ciento. Es posible que los bolivianos experimenten las ventajas del Estado de Bienestar en el corto plazo, pero tendrán que pagar la cuenta en el mediano y en el largo plazo.

No habrá tampoco déficit fiscal, pues los ingresos por exportaciones de materias primas, por remesas y por el IDH, fundamentalmente, anticipan otro año de superávit.

El gobierno a través del ministro de Hacienda, Luis Arce, anticipa un crecimiento que bordeará el 5.7 por ciento. El analista Armando Morales considera que si se toma en cuenta la expansión fiscal proyectada por el Poder Ejecutivo se tendrá un crecimiento mayor al cuatro por ciento. Como en todo ejercicio fiscal, hay ajustes que se deben realizar al final de cada gestión. No obstante, el reto supremo es mostrar el resultado de las previsiones económicas en el bolsillo de la gente. El MAS sabe que los dos primeros años en los que se ha priorizado la gestión política, gracias a su capital político logrado, deben aterrizar en una muestra de gestión económica que se sienta en las calles y en el cotidiano de la gente. No hacerlo, se constituye en una amenaza invisible que puede poner en riesgo toda su propuesta de cambio manejada en los ámbitos discursivos y simbólicos.  

La Paz, enero de 2008.

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