www.diariocritico.com

Congreso del PP en Valencia

Rajoy contesta a Aznar que se puede dialogar con los nacionalistas aunque no sobre la soberanía

· “No prescindiremos de nadie, porque no nos sobra nadie”
· “La unidad es un valor superior que debemos salvaguardar en cualquier circunstancia

sábado 21 de junio de 2008, 20:41h
Tono mitinero como si iniciara una campaña electoral. Rajoy se ha crecido ante el plenario del XVI Congreso del PP sabiéndose abrumadoramente ganador y ha desarrollado en su discurso todo un programa de intenciones de lo que será el PP en estos próximos cuatro años; hasta el siguiente Congreso, al menos. Ha hablado de unidad interna, de fortaleza, de principios, de diálogos y de pactos; de ensanchar el abanico de su oferta, de que no hay enemigos internos, sino compañeros. Ha explicado que se presenta a la reelección porque “tengo la firme convicción de conducir este partido para ganar las elecciones y gobernar en España. Sé que podemos hacerlo. No vengo con las manos vacías”. Mención especial ha tenido para Ángel Acebes y para “los compañeros del País Vasco.
Rajoy contesta a Aznar que se puede dialogar con los nacionalistas aunque no sobre la soberanía
El plato fuerte del XVI Congreso Nacional del PP llegó con la intervención de Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia del partido. Rajoy intervino después de que José María Aznar, en un discurso políticamente ambivalente, ‘dictara’ su peculiar visión de lo que debe ser el PP y el centrismo. Rajoy le ha contestado a él y a los llamados ‘críticos’ exponiéndoles lo que va a ser el PP bajo su mandato en los próximos cuatro años.

Ante un plenario absorto, Rajoy ha hablado primero de la unidad, como “un valor superior que debemos salvaguardar en cualquier circunstancia”. Es sabido que los periodos congresuales son ‘animados’ y que “eso es normal y es bueno”. Pero se acabó: a partir de ahora, unidad y cohesión. “Conmigo, este partido permanecerá solidamente unido. No prescindiremos de nadie, porque no nos sobra nadie. Sabremos integrar a quien tenga algo positivo que integrar a la tarea común”.

Segundo, la razón por la que se presenta: “Tengo la firme convicción de conducir este partido a ganar las elecciones y gobernar en España. Sé que podemos hacerlo. No vengo con las manos vacías”. Mucha insistencia en que “vamos a ganarlas porque algo hemos aprendido”, algo como que “no hemos de cambiar el rumbo, pero debemos hacer las cosas mucho mejor”. En definitiva, que “me presento para que no se interrumpa la tarea política que debe conducirnos a la conquista del Gobierno”.


‘Convicciones’ para el centrismo


Las líneas básicas que Rajoy ha expuesto en el plenario son, en realidad, generalidades, pero muy bien traídas en este momento oportuno: que España es una sola Nación; que si alguien quiere que se divida en 17 naciones “que no cuente conmigo”; que hay que combatir y derrotar cualquier forma de terrorismo; que las víctimas de ese terrorismo tienen que ser una referencia y el PP tiene que estar a su lado… y otras cuestiones similares y archirepetidas en su discurso cotidiano.

Pero también ha explicado que su línea es firme y que no va a cambiar: “Están son algunas de mis convicciones: no van a cambiar, no vamos a cambiarlas”, aunque no ha sido fácil defenderlas “frente al sectarismo y la demagogia” del resto de los partidos políticos que hicieron cuña contra el PP por sostener, por ejemplo, su postura contra ETA y la negociación que llevo el Gobierno, o por defender la solidaridad del agua. “Para eso estamos aquí: para dar las batallas que no son fáciles, las otras las da cualquiera”.

Ha templado gaitas asegurando que cambian los principios del PP, pero “¿significa esto que no vamos a poder ganar nunca?”. “En absoluto”, les ha dicho, porque hace un año ganaron las municipales y autonómicas en toda España: y porque “somos un partido de Gobierno”. Ahora bien, les ha advertido que hay que corregir los errores cometidos, y que deben “sembrar mejor: nos ha faltado eficacia en la difusión de nuestras ideas”, por lo que “vamos a dedicar mucho más esfuerzo a la comunicación con los ciudadanos, para que nos escuchen y para que nos entiendan bien”. Alguien ha entendido una crítica a la labor de la Secretaría de Comunicación el ‘crítico’ Gabriel Elorriaga, a quien ha sacado de su nueva Ejecutiva.


Ensanchar el ‘abanico de la oferta’
No hay falta ni cambio de principios, pero es necesario “ensanchar el abanico de su oferta”; es decir, que “ni somos monotemáticos ni vamos a parecerlo y no van a faltar asuntos para hacerlo”. Una reflexión muy seria en estos momentos y que anticipa un gran cambio en la forma y el fondo de hacer oposición a Rodríguez Zapatero.

Otra advertencia más de Rajoy, también en clave interna, como, en realidad, todo su discurso de este sábado: “Debemos estar dispuestos a dialogar con todos”. El razonamiento es absolutamente lógico; el PP ha sido fuerte en la anterior legislatura, pero “ahora nos toca ser hábiles, y la primera habilidad de la política es el diálogo” con los que son “diferentes o contrarios”. Así, y es un aviso a ‘navegantes’ como Jaime Mayor Oreja y otros, si el Gobierno de Zapatero rectifica con respecto a ETA, “tenemos que estar detrás”. Rajoy quiere pactos de Estado contra el terrorismo, y también en política de agua, exterior y en reforma constitucional. Aquí hizo una pregunta retórica: "¿Está esto reñido con una política de oposición firme? De ninguna manera”.


Diálogo con los nacionalistas, pese a Aznar

Desde esta nueva óptica Rajoy plantea un diálogo con las fuerzas nacionalistas –lo que más temía María San Gil y otros-, pero no en la igualdad de los españoles ni en la unidad de España, cosas que “están obligados a respetar [los nacionalistas] como nosotros, les guste o no”. Es la respuesta contundente al discurso de Aznar en la mañana de este mismo sábado, porque “hay materias en las que se puede hablar. Lo que estoy diciendo es de puro sentido común”.

La fórmula ‘marianista’ para el ‘nuevo’ PP pasa porque hay que ser grandes, un partido “unido y solidario, coherente con sus principios y con España, un partido nacional no de 17 naciones, un partido para España, un partido con el mismo mensaje en todos los rincones de nuestra patria y un partido con vocación de centro”.

El centrismo, para Rajoy, no es una doctrina política, sino “una voluntad”; la de sintonizar con los deseos del pueblo español, “que es moderado y rechaza todo extremismo”. La mayoría de los españoles, según él, habitan en ese centro al que votan gentes “de muy diversa condición” y que todas deben de sentirse en esa casa común.


La hora de los agradecimientos. Acebes y los vascos


Y, claro, el final apoteósico para los ausentes o los que se van, especialmente para el cesante Ángel Acebes, para quien tuvo unas palabras del mayor reconocimiento humano y profesional: “Quiero agradecer su lealtad, su esfuerzo, sus aportaciones y su generosidad. Angel se ha dejado la piel trabajando por este partido; se la ha dejado ahora y se la viene dejando muchos años. Pocas personas como él han sido tratadas tan injustamente por sus adversarios y pocas personas como él merecen tanto nuestro aplauso”. Hubo, claro, ovación.

La otra mención fue para “nuestros compañeros del País Vasco”.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios