Al entrar en el pleno y observar que no tenía agua en su escaño, Esperanza Aguirre protestó enérgicamente y se levantó para dirigirse a los escaños de la izquierda para pedirles a las portavoces del PSOE, Maru Menéndez, y de Izquierda Unida, Inés Sabanés, que acordaran levantar la decisión de la Junta de dejar ‘secos’ a los diputados autonómicos.
En medio de un gran revuelo, la presidenta de la Asamblea, la popular Elvira Rodríguez, explicó que la decisión de la Junta de Portavoces deriva de que un derramamiento de agua sobre el sistema eléctrico "estropeó el sistema de megafonía y el otro día abortó el sistema de votación", por lo que se decidió que cuando alguien quiera agua deberá salir de la sala. "Me exigieron que garantizara el voto de los diputados, y este derecho no se garantiza repitiendo las votaciones, yo si quieren tener agua, fuera la hay", explicó.
Ante esta situación, la jefa del Ejecutivo salió a coger un vaso de agua –es de suponer que era agua-, que, sin embargo, no tomó ante el gran revuelo de los demás diputados, que protestaban por que fuera precisamente la presidenta de la Comunidad la que se saltara la norma acordada por los grupos parlamentarios.
La socialista Menéndez calificó de "nuevo espectáculo lamentable" lo ocurrido porque "una vez más" la jefa del Ejecutivo impone su criterio a las decisiones de la Junta de Portavoces. "Una medida absurda como dejar sin agua a los diputados, no puede ser rectificada por una decisión de la presidenta", indicó Menéndez. "Lo mío es peor porque tengo agua, pero no me la puedo beber hasta que no decida volverse atrás en este asunto", lamentó la propia Aguirre, en previsión de que no podría calmar su sed ante el debate que se avecinaba.
Finalmente, Rodríguez decidió pedir a los servicios de la cámara reponer las consabidas botellas a los diputados que así lo creyeran necesario. El agua volvió a su cauce y la sesión de control al Gobierno regional pudo comenzar… de nuevo.