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La presidencia española de la UE marcará la agenda del Gobierno

El negro horizonte de Zapatero en su reválida de septiembre

El negro horizonte de Zapatero en su reválida de septiembre

lunes 31 de agosto de 2009, 11:52h
Si el final de este curso político ha sido trepidante para José Luis Rodríguez Zapatero, con un sinfín de problemas derivados de la crisis económica,  la reentré política que se inicia ahora se presenta con varios frentes abiertos muy difíciles de sortear para el presidente del Gobierno. Algunos de estos asuntos que le aguardan encima de la mesa son los mismos que intentó solucionar, sin éxito, antes de irse de vacaciones, como es el pacto con los agentes sociales, que se quedó en stand bye  a la espera de que el tenso ambiente entre las tres partes – gobierno, sindicatos y empresarios- se relajara durante el mes de agosto. La anunciada subida de impuestos a las rentas de capital no va a facilitar las cosas, desde luego. Pero hay más asuntos que le pueden complicar un horizonte político que se prometía más tranquilo justo cuando España está a punto de ocupar a primeros de año la presidencia de la Unión Europea, como el repunte de la gripe A, la sentencia del Estatut o la búsqueda de una nueva estabilidad parlamentaria para poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2010.

Por el momento, lo único que tiene en su haber el presidente del Gobierno es el modelo de financiación autonómica que logró cerrar en julio, pese a la oposición de las comunidades gobernadas por el PP, y que ha dejado satisfecho al resto de las autonomías, especialmente a Cataluña. Sin embargo, la sombra de una sentencia adversa del recurso presentado por el PP al Estatut de Cataluña amenaza con empañar las relaciones con ERC e IC -e incluso con el propio PSC-, poniendo en peligro el apoyo de estos grupos a los PGE, que parecía ya asegurado. Tampoco va a ser fácil para Zapatero atraer a los nacionalistas de CiU con un panorama de confrontación si no logra cerrar el frente de la temida sentencia, adversa para los intereses de Cataluña.



Falta le va a hacer pues a Zapatero venir con las pilas bien cargadas porque le espera un duro trimestre. Ya no solo por la negociación de los PGE, sino porque la crisis económica, a pesar de su sempiterno optimismo, no parece que  vaya a comenzar a despejarse. De brotes verdes, nada. Nueva subida del paro tras el balsámico paréntesis veraniego y con el doble del déficit presupuestado, lo más complicado va a ser que el presidente pueda seguir repartiendo dinero y sacando la chequera para arreglarlo todo. De hecho, con el panorama que tiene por delante, está por ver si Zapatero se atreverá a anunciar, -como era su intención-  una nueva subida de las pensiones mínimas durante el emblemático acto que todos los años celebra a principios de septiembre en la localidad minera asturleonesa de Rodiezmo y con el que da por inaugurado el curso político.


Las primeras leyes a debate


El primer proyecto de ley que entrará a debate en el Congreso es el de la Economía Sostenible, cuyo texto fue  objeto de estudio en el Consejo de Ministros que celebró el Gobierno a mediados de agosto, y que será el preludio para ver si le salen las cuentas al Ejecutivo de cara a salvar los PGE.  Paralelamente, Zapatero intentará retomar el diálogo social y recomponer sus maltrechas relaciones con la patronal, a la que acusó sin miramientos de ser los culpables de no haber podido cerrar este verano el acuerdo, señalando a los dirigentes del PP como artífices de la intransigencia empresarial.

Con todo, los próximos tres meses van a estar centrados en el trámite parlamentario de los PGE de 2010, primero con la discusión en Comisión de todas las partidas de las cuentas de cada ministerio, y sus comparecencias respectivas, después su debate y votación en el pleno del Congreso, luego del Senado y, finalmente, su ratificación definitiva por la Cámara Baja si hubiera lugar a ello. El Gobierno, pese a todo, confía en salvar todos los obstáculos para su aprobación. De hecho recuerdan que ya logró salvar el primer escollo el pasado mes de junio viendo aprobado el techo del gasto gracias a la abstención de CiU, que pese a su oposición al modelo de financiación, ha sacado a Zapatero de varios apuros antes del verano, como tener que acudir a la Cámara para debatir sobre la crisis económica en un pleno extraordinario que se hubiera celebrado a finales de julio.

El presidente intentará, por otro lado, tender puentes con el PNV una vez que los nacionalistas vascos han hecho amagos en Euskadi de acercamiento y de curar las heridas abiertas tras el pacto alcanzado entre el PSE y el PP para que gobierne Paxti López, desbancándoles del poder en el que llevaban más de tres décadas.


Pendientes de Cataluña y Valencia



En este mes de septiembre el Congreso deberá debatir y votar también la reforma de financiación autonómica cerrada ya en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, una vez que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, logre ajustar las cifras a repartir con todas las CCAA, algo que va a costar lo suyo.  El debate será interesante puesto que el PP aquí va a mostrarse muy duro por las concesiones que Zapatero ha hecho a Cataluña, cuyas elecciones, por cierto, están a la vuelta de la esquina. Teóricamente se celebran  en otoño de 2010 pero podría haber adelanto si Montilla ve que las cosas empeoran. Sea como sea, lo que es seguro es que habrá un larga y tensa  precampaña que tensará más la cuerda con los partidos de la oposición, un clima que repercutirá en Madrid a nivel parlamentario.

Pero no solo las elecciones catalanas están en el horizonte político. Tampoco se descarta un adelanto electoral en Valencia por parte de Francisco Camps, una vez que Rajoy le ha apuntalado en el cargo y ha adelantado que volerá a ser el candidato sin esperar a ver si el recurso presentado por los socialistas valencianos ante el Supremo prospera y la causa contra él se reabre.

 

La ley del aborto, el debate más polémico

En septiembre también volverá a debate otro engorroso asunto, quizás el más polémico de todos, como es la reforma de la ley de la interrupción voluntaria del embarazo, que ha logrado crear división incluso dentro del propio PSOE. El Gobierno se encontró a finales de julio con el primer varapalo al comprobar que el Consejo General del Poder Judicial no llegaba a un acuerdo a la hora de votar el informe preceptivo pedido por el Ejecutivo, que, de todas formas, no era vinculante. El empate de la  votación ha desembocado en  la renuncia del órgano de los jueces a dar su parecer en este espinoso asunto.  Sin embargo, la ley, si no hay sorpresas, saldrá adelante gracias a apoyo de ERC, CiU y PNV, aunque puede que algo más ‘suavizada’ en lo que se refiere a que las menores de 16 puedan abortar sin la autorización o el conocimiento de padres o tutores.

 

 Al margen de lo ya referido hay otras leyes sin fecha concreta pero a las puertas de que entren también en el Congreso, como las reformas de  Ley de Extranjería  que se debatirá previsiblemente en octubre; la ley de Libertad Religiosa, que acentuará la laicidad del estado pero sin tocar la ‘bicha’, es decir, la financiación de la Iglesia; y la ley Igualdad de Trato y en contra de la discriminación, uno de los compromisos adquiridos por el líder del PSOE en el que pondrá especial empeño en que vea la luz verde.
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