El policía que se encontraba en el control de pasaportes del aeropuerto de Lanzarote pidió el pasaporte a Aminnatou Haidar cuando fue devuelta por Marruecos, pero ya estaba alertado de que la activista saharaui había sido expulsada de Marruecos sin documentación: la policía alauita le había retirado el pasaporte y, por lo tanto, llegaba a suelo español sin ningún tipo de documentación.
El policía del control de Lanzarote se limitó a poner el hecho en conocimiento de su superior, el comisario del aeropuerto, quien, según medios policiales consultados por Diariocrítico, hizo una llamada a Madrid solicitando instrucciones sobre Haidar. Así consta, según nos dicen, en el Libro de Telefonemas del aeropuerto, en el que debe figurar quién hace la llamada, a qué hora, con quién habla y qué se transmite en esa conversación.
Según estas fuentes policiales, Madrid -sin determinar qué persona o cargo del Ministerio o de la Comisaría General de Extranjería- le dijo al comisario que dejara pasar a la activista saharaui. Desde ese momento, el control quedó abierto para Aminnatou Haidar, limitándose la policía a seguir órdenes.
Franquear el control sin documentos
Esos, según las fuentes de Diariocrítico, fueron los pasos que se dieron en la fatídica metedura de pata de franquear el control a la saharaui indocumentada, y, por ello, las acusaciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su vicepresidenta primera, María Fernández de la Vega, de que la decisión de dejarla entrar fue policial ha sentado como un tiro en los sindicatos policiales.
Consultados al respecto, José María Benito, responsable de Comunicación del Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, ha calificado de "desfachatez" las manifestaciones de Zapatero y de De la Vega, acusándoles de "falta de sentido común y de rigor por culpar a otros de los errores cometidos por uno mismo". Benito ha añadido a Diariocrítico que "Haidar entró por una decisión política y no policial".
Este periódico ha podido conocer también una anécdota que demuestra hasta qué punto se desarrolló la actuación policial en esta historia. Según fuentes policiales, cuando el Gobierno quiso enviar a Haidar de vuelta a El Aaiún, acompañada del jefe de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, el policía del control se negó a franquearle el paso, dado que no portaba el pasaporte. Ante la negativa del policía, la Subdelegación del Gobierno en Canarias tuvo que retirarle del servicio y poner a otro que se plegara a dejarla salir.
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