A estos dos líderes con importante pasado, bien anclados en el presente y con buen futuro aunque les separe su adscripción política, uno socialista y el otro popular, les unen muchas cosas.
Los dos estuvieron a punto de ser presidente,
Almunia un poco más cerca y Rato todavía lo puede llegar a ser.
Ambos han desempeñado puestos internacionales de importante relevancia internacional.
Rato pego la espantada de presidente del Fondo Monetario Internacional, pero sin que ello le haya pasado factura y ahora es recibido con gran apoyo popular como nuevo presidente de la Caja de Ahorro de Madrid, la cuarta entidad financiera del país.
Almunia, Comisario de Economía y Asuntos Monetario de la Unión Europea hasta hace unos días y ahora vicepresidente de la competencia se mantiene solido en su imagen y recupera la que pudo perder en su derrota electoral contra Aznar y su pérdida del liderazgo del PSOE. Desde Bruselas ha recuperado su fuerza política. Los dos viajan hacia el centro, uno desde la izquierda moderada y el otro desde la derecha igualmente moderada.
Imparten doctrinas económicas desde la máxima ortodoxia internacional, defensores de la economía de mercado, del liberalismo siendo escuchados con respeto internacionalmente.
El futuro de
Joaquín Almunia va más en la línea de
Javier Solana, consolidando su buena imagen en la Unión Europea con el apoyo generalizado de los socialistas desde Europa, firme desde su partido el PSOE y con buena aceptación entre los populares, para terminar por resituarse más bien en el mundo económico internacional, sin que se espere su vuelta política a España.
En este sentido es más complicado analizar el futuro de Rodrigo Rato, de momento está claro su paso por la Caja de Ahorro de Madrid evidenciando que se queda en España, desde nuestro país se le abren todas las posibilidades políticas. Es más que probable que el candidato del partido popular a las próximas elecciones generales previstas, sino son adelantadas, para marzo de 2012, sea
Mariano Rajoy.
Actualmente las encuestas le dan una significativa diferencia a su favor, con ligera tendencia al alza, lo que sin duda consolida su posición. El panorama electoral a corto plazo, elecciones Catalanas en un año y municipales y autonómicas en 13 regiones en año y medio, van en este mismo sentido, ya que sus resultados más bien fortalecerán al PP, lo que redundara en beneficio del actual presidente.
En sentido contrario, si por cualquier motivo Mariano Rajoy perdiera el liderazgo, Rodrigo Rato sería sin duda una de las más importantes alternativas de sustitución .En el caso de que la sustitución se produjera por otro, igual que en el más probable caso de que Mariano Rajoy sea el candidato, si este ganara, el ex vicepresidente económico del gobierno de
Aznar jugaría un papel estelar dentro de la estructura Político - Económica del estado español.
Las otras alternativas a sustituir a Mariano Rajoy, serian
Alberto Ruiz Gallardón y
Alberto Núñez Feijóo.
El alcalde de Madrid, que tiene el lastre de su continua pelea con la presidenta de la comunidad de Madrid
Esperanza Aguirre, es el que más apoyo electoral tiene, pero sin duda tendrá que hacer un esfuerzo por reencontrarse con su partido, línea en la que ha avanzado de manera importante, a excepción de la ya mencionada guerra abierta sin cuartel e inentendible desde el partido popular y desde la sociedad en general.
El actual presidente de la Xunta de Galicia si optara a liderar el partido popular debería dejar su cargo autonómico por lo que pondría en riesgo la continuidad de la gobernación del PP en Galicia, un alto coste que no parece que su partido esté dispuesto a pagar. Recordemos que el centro derecha español ha recuperado la presidencia del gobierno autonómico gallego recientemente, hace menos de un año.
Con estos dos últimos políticos y con Mariano Rajoy, Rodrigo Rato sería aceptado por todas las partes nuevamente como Ministro de Economía y Vicepresidente Económico o en cualquier otro puesto de alto poder político y económico.
Los dos proceden del equipo de gobierno de dos importantes presidentes españoles
Felipe González y
José Maria Aznar, han sobrevivido los cambios políticos , no han pasado a engrosar la larga lista del cementerio de elefantes y están disponibles, como casi desde el primer día, para jugar importantes papeles institucionales.
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Además ambos podrían proyectar su actividad profesional en todo el arco de actividades, bien como políticos de batalla, aunque en este caso Almunia menos, como políticos de consenso institucional en organismos nacionales e internacionales , en organismos económicos institucionales, dentro de las finanzas o fuera de ellas, en la iniciativa privada.
Hemos vivido en España, estos últimos años un excesivo enconamiento entre los dos principales partidos, que a juicio de la mayoría de la población y de los líderes sociales nos está causando un importante daño. Es por ello que personas como estas en un momento de grave crisis económica, con mayor incidencia en España que en otros países, y con problemas de desarrollo político, sobre todo en el ámbito de la política autonómica, estas personas son más necesarias que nunca y sin duda en alguna medida nos ayudaran a superar, o al menos a paliar, parte de nuestros problemas.
En este papel de políticos relevantes de la vida de nuestra reciente historia democrática, deberíamos rescatar otras figuras que convergieran en esta misma línea como son los ex presidentes de gobierno Felipe Gonzalez y José Maria Aznar.
Necesitamos hombres de consenso, recuperar el espíritu de la transición económica y en momentos difíciles de nuestro país, utilizar todos nuestros mecanismos.
De momento Joaquín Almunia tiene mucho que hacer en la Unión Europea, también en un momento complicado, aunque afortunadamente parece que en relación a la crisis económica, Europa empieza a despegarse de los gravísimos problemas financieros que han asolado al mundo y de forma prioritaria a los países ricos.
También Rodrigo Rato tiene que afrontar desde el epicentro de la crisis en el sector financiero español, como liderar el reflotamiento de nuestro sistema Bancario y sobre todo de las cajas en situación más delicada que la banca privada.
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