Con facturas o sin facturas, se tiene que ir

Hay colegas de la mañana que consideran que “el jefe del CNI demuestra en el Congreso con facturas que no malgastó dinero público”. De acuerdo: Don Alberto Saiz llevó unas facturas a la Cámara Baja, donde compareció en sesión secreta -aunque poco secreto hubo, como era de esperar-, llevó unos papeles que aún no hemos visto, respondió que todo era mentira, una especie de ‘vendetta’ de algunos agentes, fuése y no hubo nada. Nosotros respetamos la presunción de inocencia -los papeles hay que mirarlos despacio-, pero:

-Pero, se hayan pagado con dinero privado o público las excursiones pesqueras y cinegéticas, el malestar en el Centro sigue.

-Pero el clima de rebelión interna amenaza con lastrar el buen funcionamiento nada menos que de unos servicios de los que tanto depende la seguridad interna y externa de los españoles.

-Pero algunos servicios extranjeros han comenzado a restringir las dosis y calidad de la información que envían a sus colegas españoles.

-Pero los servicios secretos españoles están expuestos a un descrédito nacional e internacional del que da idea el tono de broma -Mortadelo y Filemón- con el que son tratados en muchos medios de comunicación.

-Pero Don Alberto Saiz se ha atrincherado en el Centro con un puñado de dirigentes de su confianza, frente a numerosos críticos, a los que vigila.

-Pero la permanencia en el Centro de Don Alberto Saiz ha abierto una peligrosa grieta interna en el Gobierno.

-Pero, al margen de excursiones pesqueras, automóviles blindados o buceadores en piscinas, es cierto que la cúpula antiterrorista del Centro ha dimitido.

Lo sentimos, pero seguimos pensando que, aunque haya habido -que habrá que demostrarlo- exageraciones periodísticas, Don Alberto Saiz tiene que emprender ya una retirada honorable. Antes de que sea demasiado tarde. Por el bien de esos ‘servicios’ que deben ser cualquier cosa menos fuente de escándalo y de especulaciones en los medios.