Estados Unidos es una nación de inmigrantes, pero el país debe tener control sobre sus fronteras, consideró el miércoles el presidente Barack Obama.
Durante un encuentro comunitario en el sur de California, Obama dijo que la inmigración es un tema que desata reacciones viscerales y que no puede abordarse por partes. Añadió que quiere trabajar con los dirigentes del Congreso y con el gobierno de México para presentar un plan amplio.
El mandatario opinó que es importante que los inmigrantes que llegaron sin documentos al país hace años tengan una vía para adquirir la ciudadanía, de modo que puedan unirse a los sindicatos y recibir protección contra los empleadores que tratan de explotarlos.
Dijo que esos indocumentados podrían obtener la ciudadanía estadounidense si pagan una multa y aprenden inglés.
Obama dijo que los residentes que han echado raíces en el país deberían tener la posibilidad de salir de las sombras.
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