Zapatero, ¿uno de los nuestros?

Rajoy ha tenido que escuchar en el debate sobre el estado de la Nación que el Gobierno no apoya una reforma laboral, como le piden el PP y los empresarios. Zapatero se lo ha repetido una y otra vez. No a los decretazos, como aquel que le costó una huelga general a Aznar.

El presidente le ha dicho claramente al líder de la oposición que su salida de la crisis es más política social y, sobre todo, un cambio del modelo productivo. ¡Qué atrevido es ZP! La verdad es que los trabajadores (y sus representantes sindicales) podrán decir que este presidente del Gobierno es ‘uno de los nuestros’.

Es el primer presidente de esta democracia que ante una crisis no propone recortes, si no más gasto y protección. Incluso propone extender el subsidio de paro entre aquellos que hayan perdido la prestación y tengan cargas familiares. Pero algunos expertos se preguntan hasta cuándo podrá seguir el ritmo de gasto sin hipotecar las cuentas y los ratings del Reino.

Pero el conocido optimista Zapatero deja a su modelo de cambio productivo demasiadas esperanzas. Bienvenido sea un cambio de modelo que, como es más que conocido, ha sido arrastrado al barro por la construcción. Pero las medidas anunciadas por el líder socialista son insuficientes para establecer que se está produciendo una reforma estructural profunda en la economía.

Los planes del Ejecutivo tienen dos fallos. El primero, que un cambio estructural es lento y ante una crisis tan profunda puede que cuando lleguen los resultados, la economía esté tocada y hundida. Y por último, que ninguno de los anuncios del presidente se deben considerar como verdaderas reformas, si no, más bien, parches.

Tal vez debería mirar a su amigo Obama, mucho más ambicioso en sus propuestas para dar la vuelta a la economía y dar un impulso al empleo. Si el paro se sigue extendiendo, cuando pierdan el trabajo,muchos dejarán de ver al socialista como uno de los suyos.