Mucho ruido y pocas nueces

El presidente del Gobierno y su ministra de Economía y Hacienda llevan varias semanas agitando el árbol fiscal. El movimiento auguraba una cuantiosa recogida de frutos, nada menos que el 1,5% del PIB o, lo que es lo mismo, 15.000 millones de euros. Agita que te agita, todos los días en los medios de comunicación. Con esta recolección adicional vía impuestos, el Gobierno quiere mantener el loable gasto social en tiempos de crisis.

Pues la recogida no parece tan abundante. De momento, Salgado ha anunciado en los Presupuestos para 2010 que, con la subida de impuestos, el impacto recaudatorio de las nuevas medidas sean de 10.900 millones. 5.700 prevenientes de la supresión de la reducción de los 400 euros, 5.150 millones por la subida de los tipos del IVA y 800 por el aumento de la tributación del ahorro (a los que se debe descontar 700 millones de la bajada en el impuesto de sociedades). ¿No iban a ser 15.000 millones? ¿Por qué el Gobierno se empeña en desmentirse a sí mismo? ¿O es que las modificaciones fiscales ‘verdes’ en la futura ley de economía sostenible darán muchos más frutos? No lo sabemos, porque Salgado se ha negado a avanzar su contenido, tal vez porque el estadio es demasiado incipiente.

Pero lo más curioso es que, para 2010, el aumento del IVA (aplicable desde el 1 de julio) sólo contribuirá en 3.000 millones adicionales a los ingresos fiscales. Bastantes recursos en condiciones normales. Insuficientes para mantener el elevado ritmo de gasto social (pensemos que sólo en prestaciones por desempleo se gastarán más de 30.000 millones en 2009). Pero el Gobierno los considera suficientes, ya que confiando en sus previsiones macroeconómicas esperan una recuperación a partir del segundo semestre de 2010, aún cuando se está demostrando que el resurgir está siendo más lento de lo previsto.

El Ejecutivo también se deberá plantear si es bueno agitar tanto el árbol fiscal en television y anunciar una subida del IVA con 10 meses de anticipación. Como impuesto que afecta a la demanda, se corre el riesgo de una anticipación en la subida de precios.

Lo que verdaderamente no tiene sentido es que Zapatero y Salgado se hayan presentado como los Robin Hood fiscales. Tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta presentaba la subida de impuestos como solidaria, porque ascendía más el tipo del ahorro a aquellos contribuyentes que paguen más de 6.000 euros como renta de capital. No está mal que los que más tienen contribuyan con un tipo más elevado, pero no nos engañemos, esta medida es anecdótica en los ingresos adicionales. El botín proviene del IVA, que todos pagamos por igual y que afecta a cada bien que compramos en el día a día.

Todo cambio fiscal tiene sus repercusiones en la economía. Ahora está por ver cuáles serán esos efectos en el medio plazo. Parece que el Gobierno ha presentado una reforma tímida, sin grandes cambios, ajustándose a las posibilidades reales para evitar consecuencias inesperadas. Las modificaciones más profundas (si las hay), las que puedan estimular la actividad económica habrá que esperarlas en la ley de economía sostenible, cuando se hable de nuevas tasas, de penalizaciones y de beneficios fiscales.