Luis del Rivero, el hombre que quiso echar a González del BBVA

El problema de Luis del Rivero es que sigue pecando de exceso de velocidad. Lo hizo hace un par de años cuando intentó sentarse en el consejo de administración del BBVA con la intención de echar a Francisco González. Compró el 3,1% pero no supo gestionar la crisis que provocó y terminó saliendo por la puerta de atrás. Eso sí, con la maleta cargada de dinero en forma de plusvalías.

   La situación financiera de Sacyr, la  segunda constructora de España por capitalización bursátil, y cuarta del mundo, deja mucho que desear. 15.000 millones de deuda y, encima, además, exigible a corto plazo,  requieren soluciones urgentes. Y, tal y como están haciendo otras empresas en apuros, la solución pasa por vender las inversiones hechas en épocas de bonanza.

   En este sentido Sacyr tiene una "joya de la corona" en forma del 20% de Repsol. Lo que ocurre es que no están los tiempos para tirar el dinero comprando por el doble de lo que cuesta en los mercados. Y Luís del Rivero quiere eso, el doble de lo que cuesta ese 20%..

Amistades peligrosas

 
   Lo que ocurre es que los efectos colaterales de tipo político son de envergadura. El 'episodio BBVA' pesa mucho, todavía, en Moncloa, y Luis del Rivero sabe demasiado sobre ese tipo de maniobras a pesar de no pertenecer al selectivo 'clan del baloncesto', el verdadero núcleo duro del poco influenciable ZP. De ahí que este enfrentamiento entre Del Rivero y Brufau se vea con cierta preocupación en los circulos mas cercanos al Presidente, y no sólo por las relaciones de amistad que mantienen ambos personajes, sino también porque ministros como Miguel Sebastián, conocen muy bien los problemas que surgieron tras la "inversión en BBVA". Sebastián, por mucho que quiera, no puede olvidar, y, por supuesto tampoco quiere, sus diferencias con el equipo directivo del banco y más concretamente con su presidente, Francisco González, y cómo se le llegó a relacionar con la operación fallida de Del Rivero debido a tal circunstancia. De ahí que, ahora, la prudencia en el seno del gabinete de ZP se haya convertido en dogma de fé .
Abelló
   La Caixa, Gas Natural,  Torreal  y Sacyr. Las combinaciones que hagan todos estos grupos corporativos que componen el nucleo duro de Repsol será aceptadas de mejor o peor grado por Moncloa, a pesar de la amistad de Del Rivero con Zapatero. Pero éste ha aprendido la lección y no quiere verse mezclado en un asunto que puede convertirse en una patata caliente. Y más en un momento en el que el que la política económica del gobierno, y la actuación al respecto de su presidente, está cuestionada por todos los lados