Ha sido una tarde dura para el Gobierno y para el Grupo Parlamentario que lo sustenta. Por un lado, la falta de acuerdo con las fuerzas nacionalistas catalanas ha propiciado que la propuesta sobre el Estatuto de Cataluña pactada entre el PSOE y su filiar catalana PSC haya sido ampliamente derrotada en el Congreso de los Diputados. Lo fue por el voto negativo de casi todos los grupos políticos: PP, CiU, ERC, PNV, Nafarroa Bai y UPyD sumaron 174 votos en contra del texto, que sólo contó con los 169 votos favorables del grupo socialista y 4 abstenciones. Se hizo evidente que la división de los partidos catalanes impidió traer al Congreso el ‘texto de mínimos’ –así lo calificó Joan Herrera- que sí lograron aprobar en el Parlament de Cataluña.
Ése fue el primer varapalo político, pero el segundo, no menos importante, también estaba cantando: la práctica totalidad de los grupos políticos llegaban poco antes de las 16.00 horas a un acuerdo para aceptar una enmienda transaccional sobre el ‘pensionazo’, exigiendo al Gobierno que diera marcha atrás en la congelación de las pensiones en 2011.
La enmienda exigía lo siguiente: “Eliminar las medidas en materia de pensiones incluidas en el Real Decreto ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público, y restituir la garantía del mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones de los españoles en 2011, especialmente relevante en tiempos de crisis económica. A tal fin, el Gobierno adoptará las medidas alternativas de ahorro económico que permitan atender los objetivos de reducción del déficit público sin merma de la capacidad económica de los pensionistas españoles”.
Sometida la propuesta transaccional a votación –pese a las objeciones iniciales del secretario general del Grupo Socialista,
Eduardo Madina- arrojó un resultado que no dejaba dudas sobre la soledad del grupo que apoya al Gobierno: 178 votos a favor de la resolución frente a 163 en contra –los del Grupo Socialista, con 6 diputados ausentes- y 3 abstenciones. Lo peor fue que esa transacciones se hacía sobre la base de otras resoluciones similares de los grupos políticos, pero como no afectaba a las mismas, se votaron también, y también fueron aprobadas, incluyendo una del Partido Popular al respecto.
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El Congreso no quiere hablar del burka
Por lo demás, el Grupo Socialista consiguió aprobar todas sus demás propuestas presentadas, salvo la ya comentada del Estatut; pero tampoco los grupos nacionalistas consiguieron aprobar sus propuestas sobre la sentencia del Tribunal Constitucional, el Estatut y la nueva situación en Cataluña al no recibir el apoyo del PSOE. De las 15 propuestas presentadas, los socialistas sacaron 14 adelante.
El Grupo Popular consiguió colar 6 de sus 15 propuestas, entre ellas la ya comentada de pensiones, pero el Pleno del Congreso le tiró abajo la que pedía una regulación del burka en España, y ello que admitió una enmienda transaccional de los nacionalistas de CiU. El Grupo de Durán i Lleida, por el contrario, logró colar una más que el PP, es decir, siete, pero le tiraron abajo la del Estatut y otras solicitando al Gobierno una rebaja de la presión fiscal a los autónomos, una propuesta que obtuvo empate en primera votación y que hubo que proceder a desempatar.
Peor lo tuvo el grupo ERC-IU-ICV, que sólo consiguió aprobar 3 propuestas, aunque una de ellas fue la relativa a conceder una nueva prórroga a los parados de larga duración para seguir percibiendo los 426 euros de subsidio. El PNV, por su parte, sólo consiguió el apoyo socialista para aprobar 2 de sus 15 propuestas.
Por lo demás, a
Rosa Díez, de UPyD, no se le admitió nada;
Francisco Jorquera, del BNG, antiguo ‘socio geométrico-variable’ en Galicia, le aprobaron tres de cuatro, y a
Ana Oramas, de Coalición Canaria, que habitualmente apoya al Gobierno, le aprobaron un ‘pleno’: cuatro de cuatro.
Duras críticas a Zapatero
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Previamente, el debate no dejó lugar a dudas: las críticas fueron unánimes hacia la gestión de
Zapatero, lo que anunciaba un fuerte varapalo en las votaciones. No ahorraron críticas ni
Uxue Barkos (Na-Bai),
Carlos Salvador (UPN) ni mucho menos
Rosa Díez (UPyD), quien llegó a recriminar al propio Zapatero el hecho de que buscara fórmulas para saltarse la sentencia del Constitucional sobre el Estatut de Cataluña y pidiendo que se anularan todas aquellas leyes elaboradas por el Parlament catalán desarrollando aspectos del Estatut que habían sido considerados inconstitucionales.
José Luis Perestelo, de Coalición Canaria, pidió al Gobierno que no tocara el Pacto de Toledo –pensiones- y
Joan Tardá, por ERC, hizo una auténtica declaración de guerra “no acatando la humillante sentencia del Tribunal Constitucional”. Tardá, que dijo que Zapatero “afronta una doble crisis económica y constitucional que quiere resolver con tijeretazos”, pidió también que no se recorten las pensiones, pero con el siguiente argumento: “Si la mitad de la juventud está en paro, ¿cómo quieren [los socialistas] que trabajen más los más mayores?”.
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Joan Herrera, de ICV, sacó “tarjeta roja” al Gobierno por su “insensibilidad” con los pensionistas, y le advirtió que “va a abrir las puertas [del Gobierno] a la derecha haciendo el trabajo sucio de la derecha”.
Aitor Esteban, del PNV,
acusó a socialistas de ofrecer pactos con “mercancía averiada” y les dijo que si quieren pactar con ellos los Presupuestos Generales del Estado para 2011 “tienen que mostrar mucha más voluntad de la que han hecho gala hoy… El PNV no hace juegos florales”. Mientras que
Sánchez Llibre puso el acento en medidas económicas –que no le admitieron, como la citada petición de rebaja de presión fiscal o supresión del impuesto de sucesiones- y en el Esatatut de Cataluña.
Soraya Sáenz de Santamaría, del PP, por su parte, realizó un ‘debate de la Nación bis’, recordando lo que el propio
Rajoy ya le dijo a Zapatero una semana antes. “Estamos en medio del pantano”, dijo de forma muy gráfica la portavoz popular, “pero [Zapatero] no tiene ni idea de cómo salir de él”. Defendió que se prohibiera el burka, dijo que “el Gobierno no tiene proyecto político, le falta sentido de Estado y no tiene credibilidad” y finalizó con un “en España no hay Gobierno, pero hay alternativa”.
El socialista Eduardo Madina cerró el turno de intervenciones con una crítica acerada contra el PP, al que le pidió que “no nos busquen en el lado oscuro”, parafraseando ‘La guerra de las galaxias’.
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