Vale, ¿y qué más?

   'Usted es un maestro de la teoría de la confianza, pero la confianza en democracia se expresa en las urnas', le espetó Zapatero a Rajoy a modo de respuesta/resumen al hilo conductor del discurso del líder del PP, que no es la confianza en España lo que falla sino la confianza "en su administrador", Zapatero, que para Rajoy ha perdido toda credibilidad porque hoy dice una cosa y mañana otra. Si quiere hacer algo de verdad bueno para España, adelante las elecciones, concluyó. Grandes aplausos de las bancadas del PP, gran satisfacción; pero ¿y qué más? Vale que quien se examinaba era Zapatero, pero lo que la gente quería saber es que haría hoy Rajoy para atajar el paro, el déficit, la crisis, si fuera presidente

   Vale, de acuerdo con que Rajoy es un gran parlamentario y con que su discurso sonó impresionante, pero pedir elecciones ahora, con las encuestas a tortas con el PSOE, es pedir la luna, pedir por pedir. Adelantar las elecciones es una competencia constitucional exclusiva del presidente del Gobierno, y ni Zapatero está por la labor de adelantar ni la oposición para hacernos perder el tiempo ¿Qué propone Rajoy? Rajoy, no Aznar. Ellos dicen que ya lo han dicho, y es verdad, pero pregunten en la calle, a ver si alguien lo sabe. Y encima le dio al presidente el pie perfecto para cambiar el foco a las próximas elecciones catalanas y abrir campaña erigiéndose en paladín del Estatuto catalán, y prometiendo enmendar con leyes ad hoc 'el fondo' de los artículos que el Tribunal Constitucional ha declarado 'solo formalmente' inconstitucionales; en opinión de Zapatero, claro.

   Es verdad que, flor por flor, en su turno de réplica, Zapatero retó a Rajoy a otro imposible, que si tan dañino le cree para España, tome el camino que la Constitución deja a la oposición para tratar de adelantar la cita con las urnas y le presente una moción de censura. ¿Quién ganó? Para mí, Zapatero. Para mí el líder de la oposición perdió este debate cuando, en la última réplica, cuando ya no podía responder, el presidente le acusó de refugiarse en el pasado y en los logros del gobierno de Aznar porque no tiene una alternativa propia de futuro después de que, una vez más -y no se cuantas van- Rajoy no aprovechase su turno para concretar con palabras sencillas que entiendan todos los ciudadanos sus alternativas concretas a esos problemas concretos de la gente concreta, que, según dice -y yo con él- Zapatero solo sabe empeorar y es incapaz de resolver.