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América Latina-Unión Europea: Todo lo que nos une (3º parte)

América Latina-Unión Europea: Todo lo que nos une (3º parte)

miércoles 05 de mayo de 2010, 13:12h
Con motivo del V Congreso de Nuevo Periodismo, que se celebra entre los días 14 y 16 de mayo en Comillas, Cantabria, la revista política 'Más', hermanada con Diariocrítico, publica un especial sobre las relaciones entre España e Iberoamérica. Este ciclo continúa con el artículo que, a continuación, reproducimos para ustedes: el que ha escrito Lourdes Carmona, jefa de ediciones Diariocrítico América Latina (la Red Iberoamericana De Diarios Digitales).


2010: llegó el momento de América Latina


Lourdes Carmona


La crisis económica internacional ha dejado en evidencia las debilidades de las economías del ‘primer mundo’ y ha puesto a prueba a las economías emergentes. En esta ocasión, América Latina ha sabido sacar cabeza demostrando una resistencia renovada, ha logrado mantener sus mercados financieros al margen de la crisis internacional y, posiblemente, capitanee junto a Asia la salida de la crisis.

El futuro económico de la región es positivo y se espera una tasa de crecimiento económica del 3,1% en el 2010. Indiscutiblemente, la complejidad geográfica quedará reflejada en el ritmo de recuperación de los distintos países. Por un lado, Sudamérica verá como mejora su posición comercial gracias al aumento de la demanda externa asiática y al incremento en los precios de las materias primas. Brasil, Perú, Uruguay y Argentina crecerán entorno al 4%, mientras que Venezuela posiblemente tenga una recuperación más lenta. Chile, a pesar del terremoto, seguirá creciendo a buen ritmo y se prevé que la  inversión para la reconstrucción por los daños provoque un repunte en el segundo semestre, algo que, desafortunadamente, no va a ocurrir en Haití, otro país sacudido por un terremoto y que sus perspectivas son más bien malas. En otro lado se encuentran América Central y el Caribe, que estarán expuestos al ritmo de crecimiento de Estados Unidos, mientras México experimentará la mayor subida en la región.



En cuanto a lo comercial, las remesas serán el factor externo más importante en la recuperación, por su impacto en la demanda interna. El aumento del desempleo en las economías avanzadas ha provocado bajadas en las remesas del 15% durante el pasado año, lo que ha afectado a 4 millones de personas en toda América Latina. Pero además puede afectar a la decisión de emigrar e incluso al retorno de emigrantes a su país de origen, lo que podría suponer un exceso de oferta laboral y la disipación de una importante fuente de entrada de capital.

Como no, la inversión directa extranjera es fundamental para la región, donde se espera que continúen las inversiones extranjeras en recursos naturales en países como Brasil, Chile y Perú. Aunque a medio plazo no se confía en alcanzar los niveles de inversión precrisis, si es cierto que la entrada masiva de capitales puede presionar al tipo de cambio y pérdidas de competitividad de las exportaciones tradicionales.

Si dejamos de lado los factores externos, la recuperación económica también estará determinada por la capacidad de cada país para estimular su economía nacional. A corto plazo, los países deberán volver a una política monetaria restrictiva para no poner en peligro el objetivo de inflación e ir aumentando los tipos de interés antes de fin de año. Así, tendrán que revisar las políticas fiscales para poder mantener unas cuentas saneadas sin afectar a los programas de ayuda y de subvenciones dirigidas a paliar los efectos de la crisis en las esferas más vulnerable de la sociedad.

Países como Brasil, Chile y México capitanearán el escenario internacional que surja tras la crisis, y el resto de países se verán, en muchas ocasiones, condicionados por estos tres ‘grandes’. Sin duda, tras la recuperación económica los países emergentes e industrializados tendrán que competir por un menor volumen de capital e inversión extranjera. En este sentido, América Latina jugará un papel importante, no sólo como receptor de inversiones sino también como agente inversor en otros países a través de las grandes corporaciones latinas. Así, siendo España la segunda economía después de EEUU que más invierte en Iberoamérica, las perspectivas de negocios para los empresarios españoles en la región dependerán de su capacidad para acceder al crédito.

2010 se presenta como un año lleno de desafíos y retos, en el que la región volverá a crecer. Sólo hay que esperar que se aproveche la buena perspectiva y que el 2011 sea un buen año para América Latina.


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