El orden de los apellidos no altera el producto

viernes 05 de noviembre de 2010, 10:02h

Nos enseñaban desde pequeños en el colegio que "el orden de los factores no altera el producto". Ahora resulta que se va a montar la de sanquintín porque el Gobierno proponga que nuestros críos 'sufran' un horripilante y traumático cambio de orden de sus apellidos, paterno y materno, en los casos de disputa.

Patético. Pero no tanto que el Gobierno impulse esta reforma de la norma de los años 90, la cual, sinceramente, tendría que pasar absolutamente desapercibida. Dicen en el PP que se trata de una de sus habituales "cortinas de humo" para dejar de hablar del paro, de la crisis... Pues al final quienes le hacen publicidad a esa supuesta campaña de desvío de atención de los temas más serios de la sociedad son ellos.

¿Qué importa el orden de los apellidos en una sociedad tecnificada en la que realmente somos un número, el de nuestro DNI? ¿Acaso discutiremos y debatiremos también si un día nos cambian el 4 o el 6 del número por un 7 o un 9? El orden de los apellidos, perdonen, no altera el producto que es la persona. Ni el poeta Lorca era el

poeta Federico García, ni el futbolista Hierro era el futbolista Fernando Ruiz, ni el político Zapatero es el político José Luis Rodríguez. Las personas al final elegimos el apellido que nos apetece para firmar o emplear en un campo público. Yo, fíjense, el primero. Porque sí, porque me da la real gana y porque no tenemos que dar explicaciones a nadie si usamos el apellido materno, el paterno o un apodo.

Y para los que ven polémica y persecución feminista en todo lo que mueve la izquierda, deberían al menos documentarse un poco, ya que cuando dicen que esto es propio de países de segunda, olvidan que, por ejemplo en Alemania, directamente, se decide por sorteo, con una moneda al aire como quien dice, el orden de los apellidos. Sin ir muy lejos, en nuestra vecina Portugal, es el apellido materno el que figura antes del paterno, aunque se herede siempre el del padre. Y no creo que nadie critique a los lusos por ello. En Inglaterra decide la madre. En Francia e Italia no, decide el padre.

Pero dar la importancia a esta pequeña reforma, así como a la tradición, es tan absurda como la obsesión anti-izquierdosa que algunos mantienen, como el director de 'La Gaceta', quien este viernes editorializaba en su periódico asegurando que quien vea machismo en la necesidad de que el apellido paterno siempre prevalezca es un "perfecto gilipollas". "¿Por qué tenemos que aguantar a tanto imbécil?", añade Dávila. Por la misma razón que tenemos que aguantarle a usted, con absoluta libertad de comprar su periódico o usarlo en el excusado. Para leerlo, claro. No sean malpensados...

Pablo M. Beleña
Director Diariocrítico.com