¿Por qué no son creíbles los Presupuestos Generales de 2011? Conozca las claves...

La ministra de Economía, Elena Salgado, ha indicado que los datos que maneja el Gobierno apuntan a una recuperación "gradual" en 2011, que superará el ritmo de crecimiento de la zona euro en el año 2013, una argumentación que ha usado para defender sus presupuestos este martes en el Congreso.

Salgado ha dedicado su comparecencia a asegurar que las previsiones que ha incluido el Gobierno en el cuadro macroeconómico sobre el que se basan los Presupuestos del año que viene son "realistas", aunque no ha descartado la posibilidad de tomar nuevas medidas si es necesario para cumplir con la consolidación fiscal. Hasta el propio comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, reconocía el  pasado marzo que las previsiones macro de sus colegas de partido pecan de “cierto optimismo”, sobre todo a partir de 2011.

Y es que las dudas sobre la economía española son tantas como la divergencia de previsiones:la economía española crecerá un 0,5% en 2011, según la agencia de calificación Moody's, cuyas previsiones empeoran las del Ejecutivo (+1,3%), así como las del FMI, la Comisión Europea y el Banco de España, pero coinciden con la de Banif (Santander) y mejoran ligeramente la de Funcas (+0,4%).

El Estado fija unas previsiones de ingresos, básicamente impuestos, basados en la proyección del crecimiento de la economía del próximo año, que se basa tanto en el crecimiento de la demanda interna como en las exportaciones españolas. El Ejecutivo cree que el consumo de los españoles va a tener un mejor comportamiento, además de suponer que las exportaciones se comportarán mejor gracias a la recuperación de la economía europea, sobre todo Alemania y Francia. Al tiempo, parte de los gastos previstos por el Ejecutivo de Zapatero se van para pagar desempleo e intereses de la deuda generada por los préstamos que España ha tenido que pedir para seguir financiando la economía.

Botella medio o medio vacía

Y es en este escenario donde se puede ver la botella medio llena o medio vacía. ¿Quién cree que el consumo va a crecer cuando familias, empresas y bancos superan el cien por cien de  endeudamiento sobre su renta? ¿O, cómo vamos a recuperar la competitividad de las exportaciones si hay dudas sobre la recuperación europea y el euro no para de crecer en fortaleza frente al dólar, y de paso encarecer las exportaciones? Todo ello redundará lógicamente en menores ingresos para las empresas y familias, y lógicamente menor capacidad de pago de impuestos y menor renta disponible para gastar.

Aún hay más: todos los expertos coinciden en que el paro va a seguir creciendo el próximo año, incluido el propio Gobierno. Es decir, que el presupuesto para pagar desempleo posiblemente haya que aumentarlo; y se descuenta una subida de tipos de interés que encarecerá aún más el pago de intereses de la deuda pública.

Por si fuera poco, el Instituto de Estudios Económicos (IEE), ha alertado del "claro riesgo" de insostenibilidad para reconducir el déficit al 6% del PIB, al asegurar que el ajuste es contable y no real, pues el Gobierno reconoce como ingresos unos 27.000 millones de euros que las comunidades autónomas deberán devolver por la nueva ley de financiación.

Despilfarro autonómico

Así cobra más importancia el informe el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, para quien el "verdadero problema presupuestario" está en las administraciones territoriales, sobre todo en la autonómica, donde se tiene que acabar con el "despilfarro injustificado".

En su opinión, la visión económica poco realista que domina los presupuestos pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de ingresos del Estado, lo que acarrearía una nueva crisis de confianza en los mercados, que obligaría a tomar "sobre la marcha" medidas de ajuste adicionales, más duras que si se anticipasen ahora.

Según muestran los Presupuestos Generales del Estado, las autonomías no acompañarán al Gobierno en su esfuerzo presupuestario y eso, tal y como dijo Gregorio Izquierdo,del IEE,  “es una señal muy peligrosa”. Y es que, mientras que el Estado reducirá su déficit para 2011 desde un 5,7% del PIB hasta un 1,9%, las autonomías van a experimentar un incremento en este apartado de 0,2 puntos porcentuales, hasta el 3,3% del PIB; y los ayuntamientos, de igual manera, lo abultarán otras dos décimas, hasta el 0,8% del producto nacional.

Estas tres credenciales: maquillaje de sus previsiones macroeconómicas, la rebaja del gasto de personal que no ha tenido relevancia, y la ausencia de austeridad de las autonomías, son las que nos pueden pasar una amarga factura dentro y fuera de España en lo que queda de año, y el que viene.