El gobierno "de Rubalcaba"

Por empezar con un buen deseo, ojalá sea verdad que la "prioridad" que según ha dicho el propio Presidente Zapatero persigue esta "importante remodelación del Gobierno" es "completar las reformas necesarias para la recuperación de la economía y del empleo", porque sin eso, no es que el PSOE tenga todas las papeletas para darse un buen batacazo electoral en 2012, como dicen las encuestas, sino que lo importante, nuestro país, seguirá sumido en la profunda depresión que hoy le aqueja ante la falta de un horizonte despejado, o con al menos algún claro, en la tragedia creciente del paro. Ojalá el perfil indiscutiblemente político y de gestión del nuevo gabinete colabore a infundir "la confianza" que, según Zapatero, transmitirá dentro y fuera de España la "estabilidad política" que le han dado los pactos no solo presupuestarios con el PNV y Coalición Canaria.

   Digo y repito que ojalá porque, aunque las primeras impresiones a veces son engañosas, también son las más sinceras, y mi primera impresión al saber de la remodelación que no para de dar de hablar desde ayer fue que la campaña electoral de 2012 ya ha empezado. Grandes cambios de política no se yo si vamos a ver, no hay margen económico, pero que propaganda vamos a tragar por un tubo, seguro. Zapatero, en mi opinión, se ha agarrado al más experimentado político y mejor comunicador que tiene a su alcance, Rubalcaba, como el náufrago a la tabla que flota junto a él en la mar.

   No tiene por qué ser incompatible lo uno con lo otro, gobernar con 'vender' lo mejor posible la acción del Gobierno, y esa es mi esperanza. La pedagogía política es fundamental en un régimen de opinión pública como la democracia, pero si sustituye o enmascara la acción de gobernar es una impostura. Los aspectos del cambio que más subrayó Zapatero  priman la comunicación sobre la acción, habló de un nuevo gobierno "renovado políticamente", con "gran capacidad de comunicación para explicar a la sociedad qué estamos haciendo*" Habrá que estar muy atentos a que no nos 'vendan' como llena una cáscara vacía. Pero hoy, primer día del Gobierno 'de Rubalcaba', quiero creer que la decencia - la búsqueda del bien de los españoles - pesará más en la balanza  del presidente Zapatero que su futuro personal