Este digital ha podido confirmar, a través de diversas fuentes socialistas, que la Comisión de Ética y Garantías reunida este jueves decidió devolver el voto a los afiliados. La Comisión, tal y como deseaban los hombres fuertes de la cúpula socialista, estimó que el hecho de que la agrupación lleve dos años cerrada es "excepcional", por lo que finalmente se apostó por devolver a sus componentes el derecho "básico" al voto en este proceso interno.
Ahora bien, la decisión, que todavía no ha sido comunicada a los interesados por fuentes oficiales, no fue fácil. La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, transmitió su rotundo desacuerdo a Ferraz porque la citada Comisión de Ética y Garantías se reuniese mientras ella se encuentra de viaje en Cuba. En esta línea, varios de los componentes de la mesa se mostraron reticentes a respaldar una decisión polémica que podría entenderse como una maniobra explícita de apoyo a Trinidad Jiménez y una ruptura de la neutralidad del aparato federal en las primarias madrileñas.
La mayoría de los 700 afiliados de Móstoles dará su apoyo y su aval a la ministra de Sanidad. Ahora bien no todos votarán. La Comisión, a tenor de los informes recabados por Matilde Fernández como responsable de la reorganización de la agrupación, ha propuesto la depuración de prácticamente un 10% del censo mostoleño. La utilización de este censo para fines poco claros y la inclusión en el de personas cuya vinculación o actividad en el PSOE local era más que dudosa fue una de las razones por la que se propuso el cierre de la agrupación, según afirmaron fuentes socialistas.
"Pucherazo" o "justicia"
La devolución del voto supone para los afiliados mostoleños una acto de "justicia" respecto a su situación. Los militantes consultados por Madridiario, admitiendo la situación convulsa que vivía la agrupación antes de su cierre, subrayan que fue la propia dirección regional con Tomás Gómez al mando quien terminó por defenestrarla. La imposición de Paz Martín como portavoz y la "desastrosa" gestión que le atribuyen a ésta (que perdió incluso una demanda contra el alcalde, Esteban Parro, al que acusó de maltrato) hizo, a su juicio, que los socialistas madrileños perdiesen toda posibilidad de plantar cara al PP. La disolución de la agrupación, recalcan, fue la puntilla que Gómez habría ejecutado con el fin de no permitir unas primarias internas en las que su protegida habría perdido la portavocía frente al diputado Javier Gómez.
La situación en cambio es "insostenible" para Tomás Gómez y su equipo. Permitir el voto a Móstoles supone un "pucherazo" en toda regla, aseguran, que pone en cuestión la transparencia y la legitimidad de las primarias socialistas. De hecho recalcan que Ferraz ya tenía tomada esta decisión antes incluso de reunir a la Comisión de Ética. Prueba de ello, advierten, es que miembros del PSOE mostoleño fueron advertidos de que ya podían empezar a recoger avales para Trinidad Jiménez cuando la reunión del órgano apenas había comenzado.
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