Ya en el primer cara a cara con el portavoz socialista,
Ángel Luna, el jefe del Consell dejó varias perlas para advertir a la bancada de la oposición que no tiene ninguna intención de tirar la toalla. "He tenido el honor de presidir durante dos legislaturas y las próximas si los valencianos quieren...", deslizó el presidente.
Pero sus reflexiones más contundentes sobre su futuro vinieron con las preguntas de la coalición de Compromís, comandada por
Enric Morera. Éste insistió una vez tras otra en preguntar al presidente sobre si dimitiría si es condenado por el juez
Flors, en caso de que se abra juicio.
El presidente no contestó de manera directa a la cuestión pero sí que dejó clara su idea de presentarse a los comicios del 22-M. "Tengo la conciencia tranquila y cada vez veo más tristeza en la bancada de la izquierda y más alegría en la del PP", proclamó.
"Voy a continuar (...) y me presentaré ante las urnas con el apoyo de mis compañeros en la Comunitat Valenciana y con el del PP de España", reiteró.
En otro momento de su cruce de intervenciones con Morera, el presidente de la Generalitat quiso explayarse con unas palabras sobre su relación con el presidente del PP,
Mariano Rajoy. Su intervención vino motivada por las acusaciones del portavoz de Compromís que ironizó reproduciendo un diálogo ficticio entre Camps y el líder de la oposición.
Camps recogió el guante: "A mi Rajoy no me llama Francisco, me llama Paco y yo le llamo presidente". A lo que añadió: "Tengo la enorme ilusión de coincidir con Rajoy como presidente". Esta declaración fue causada por las ironías de Compromís sobre las manifestaciones del
presidente del PP de Valencia, Alfonso Rus, en las que recordó que Camps propició la "peseta que faltaba para el duro" cuando Rajoy más cuestionado estaba. Morera insinuó que "la peseta que faltaba para el duro" es la financiación de los actos electorales del PP en 2008 a cargo de la trama Gürtel.
Duelo con Luna
El enfrentamiento con Ángel Luna fue calcado al que se ha venido produciendo cada jueves que hay sesión de control en los dos últimos años. El síndic del PSPV no se centró de manera directa en el caso Gürtel pero habló de los sobrecostes del proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias para relacionar el, a su juicio, "oscurantismo" del Consell con una "economía de la corrupción".
Luna volvió a denunciar que las obras de Santiago Calatrava no responden a un proyecto planificado de la Generalitat y se apoyó en un libro llamado "Arquitectura Milagrosa" para intentar demostrar sus críticas. "El precio de su megalomanía son los sufrimientos de muchas empresas que cierran por el impago de las deudas de la Generalitat", espetó al jefe del Consell.
Camps desde su escaño -tampoco este jueves se subió a la tribuna para contestar al portavoz socialista- volvió a llamar a Luna "hijo de la oscuridad", le recordó el caso de la reforma de su casa -ya archivado por el TSJCV- y agitó la bandera del valencianismo. Acusó a los socialistas de rechazar los grandes proyectos de la Comunitat Valenciana por estar apuntados al "subsidio" de Cataluña y Madrid.
Luna, en su última pregunta, planteó, ante un Camps ya crecido, la forma de cobrar de Calatrava y preguntó si recibía su remuneración en Suiza. El presidente replicó recordando que el ex presidente socialista Joan Lerma fue el primero en contratar al prestigioso arquitecto.
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