La "vergonzosa e inhumana" colocación de cuchillas para impedir la entrada de inmigrantes

Carlés ha señalado que esta decisión constituye una "clara falta de respeto hacia los derechos humanos por el egoísmo de Europa", y ha asegurado que esto no va a solucionar ningún problema "porque la gente que se muere de hambre en su país o que es perseguida, seguirá pasando pero lo harán heridos y maltrechos".

   El también responsable de Pastoral en la Diócesis Sigüenza-Guadalajara tiene claro que esta no es la solución, "pues van a seguir intentándolo. Esto no se le ocurre ni a quien asó la manteca", ha insistido. A su juicio, "no se pueden poner vallas al campo", convencido de que las personas que lo pasan mal en sus países de origen tienen que seguir intentando salir de ellos en busca de una vida mejor. Por ello, ha pedido al Gobierno que piense más en la puesta en marcha de programas de desarrollo y apoyo a estos países.

   "Me indigna, es una auténtica vergüenza. Hemos renunciado a la cooperación internacional porque estamos en crisis y somos un continente egoísta", ha apuntado Carlés, que ha apuntado que aunque la situación en España es mala, si viene gente es porque en los suyos lo están pasando peor.

   Unos han retornado a sus países y otros no lo han hecho y se encuentran en proyectos de personas sin hogar "algo que es un fracaso de todos", ha puntualizado Carlés.

   En Castilla-La Mancha la población inmigrante alcanza aproximadamente el 10 por ciento, porcentaje que años atrás se acercaba casi al 20 por ciento y que en los últimos años se ha reducido casi a la mitad a consecuencia de la crisis de España, especialmente desde el año 2008 en adelante.

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