Jordi Evole, remedio en tiempos de crisis del periodismo

Fantástica exclusiva la del 'follonero' Jordi Evole al congregar en un local público barcelonés nada menos que al president de la Generalitat catalana, Artur Mas, y al ex presidente del Gobierno y ex secretario general del PSOE más longevo, Felipe González. Un ejercicio de periodismo digno de elogio en unos tiempos en los que el director del segundo periódico más influyente de España ha sido cesado sin que hayan mediado, a nuestro juicio, las suficientes explicaciones. Porque no pueden alegarse pérdidas económicas para despedir al director periodístico, cuando, en buena lógica, a quien habría que defenestrar sería al responsable económico o administrativo. La salida de Pedro J. Ramírez de El Mundo -sin reacción alguna ni en el Gobierno ni en la oposición-- es, a nuestro juicio, una mala noticia, porque desestabiliza un periódico, El Mundo, con desequilibrios informativos indudables, pero que nos ha revelado muchas cosas que, de no haber existido ese diario, desconoceríamos. Y vaya con este comentario nuestro apoyo al sucesor de Ramírez, un buen periodista como Casimiro García Abadillo.

Por eso, por la atonía desesperante del panorama informativo, de la que sin duda todos somos algo culpables, resulta especialmente refrescante un espectáculo como el que anoche nos trasmitía la Sexta de la mano de Evole/Mas/González. Porque los dos últimos también deben tener su porcentaje en la atribución de los méritos en un país en el que los políticos parecen refractarios al diálogo. No se trata aquí de entrar en el análisis profundo de lo que se dijo, y se silenció, en tres cuartos de hora de apasionante, civilizado, encuentro. Imposible, no obstante, silenciar que el ex presidente socialista, muy ducho en la esgrima política, ganó de manera evidente a los puntos a un Mas empeñado en sus recetas y sin nada que añadir a lo que tantas veces ha planteado.

Lo que más sorprende tras la lección de ecuanimidad y falta de ego de Evole es que hayan de ser Mas y Felipe González, y no Mas y Rajoy, o Mas y Rubalcaba, quienes dialoguen, y con un sosiego mayor que el que pueden propiciar unas cámaras de televisión. Como sorprende que sea la presidenta andaluza y emergente figura del PSOE, Susana Díaz, quien se encuentre hoy con el presidente de la Generalitat y no su teórico jefe político, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se limitó, como respuesta a los ataques de Rajoy, a lanzar una proclama en Twitter y a cumplir una prevista aparición, esta mañana, en los 'desayunos' de TVE. Que es también un ejercicio diferente de periodismo, más gastado que la fórmula de la Sexta/Evole, pero sin duda útil para contar con opiniones que, de otra manera, seguiríamos sin conocer. Y, claro, siempre es conveniente subrayar los pocos rayos de sol que alumbran las tinieblas periodísticas en este país nuestro.