En la actualidad los funcionarios reciben dos pagas extraordinarias al año y su importe es el de una mensualidad de sueldo completo, lo que incluye trienios, devengándose los días 1 de los meses de junio y diciembre. Pero esto no siempre fue así: la equiparación de la paga con el importe percibido en el sueldo se realizó en cuatro años, entre el último Gobierno socialista y el de Aznar. Ante sólo se consideraban las retribuciones básicas, con lo que se cobraban importes menores al salario.
Esta medida, la de considerar sólo retribuciones básicas como la base de cotización, es la que baraja el Ejecutivo de Rajoy, que también estudia la posibilidad de retocar los trienios y los complementos, algo que ya han puesto en marcha gobiernos como el de Canarias. Los trienios consisten en una cantidad que se devenga por cada tres años de servicios prestados en el cuerpo o escala. La cuantía del trienio se fija en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada año y es igual para cada grupo. En caso de cambio a cuerpo o escala de distinto grupo, la valoración económica del trienio será la correspondiente al grupo en que se complete el período. Las retribuciones complementarias definidas en el art. 23 de la Ley 30/1984 son las siguientes: complemento de destino, complemento específico, complemento de productividad y gratificaciones por servicios extraordinarios.
La prueba de estas tensiones y de la falta de decisión sobre esta exigencia la dio ayer el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta,
quien dijo que el Gobierno está "estudiando" la recomendación de
Bruselas de rebajar el sueldo a los funcionarios y señaló que
"tomará las decisiones precisas si tiene que tomarlas". Sin embargo,
apenas unas horas después el propio Beteta a través de una nota del
Ministerio de Hacienda desmentía las informaciones aparecidas en los
medios asegurando que no dijo lo que dijo... Si bien no se desmintió
categóricamente que se pueda estudiar la posibilidad de rebajar el
sueldo al funcionariado.
De producirse, esta rebaja del salario de los empleados públicos de 2012 sería la cuarta revisión, entre congelaciónes y rebajas, que se produce desde el comienzo de la democracia. Antes de Mariano Rajoy optaron por la congelación Felipe González (en 1994), José María Aznar (1997) -con Rajoy como ministro de Administraciones Públicas- y José Luis Rodríguez Zapatero (2011), quien sumó una rebaja del 5% salarial. Previamente, los funcionarios no percibieron el importe de la revisión salarial que reclamaban por la desviación de los precios registrada entre diciembre de 1991 y noviembre de 1992. Y a esto hay que añadir el aumento de retención del IRPF que el equipo de Rajoy decidió en diciembre sobre todas las nóminas como 'medida extraordinaria'.
El capítulo primero de los Presupuestos, referido al gasto en personal,
constituye la partida más abultada de las cuentas del Estado y, prácticamente,
la única donde se puede meter la tijera. El gasto en pensiones es intocable por
ley y los intereses de la deuda hay que pagarlos. Por
tanto, es el gasto en personal donde más margen se tiene para recortar.
- Beteta se corrige a sí mismo al hablar de tocar el sueldo a los funcionarios
Si (
No(
A favor (
En contra (
