Crecido por el éxito de su consulta alternativa, en la que participaron 2,3 millones de catalanes, Artur Mas ha presentado su hoja de ruta para las próximas semanas. Un plan que pasa por tratar de convencer a Mariano Rajoy de que le permita celebrar "una consulta definitiva" dentro de la legalidad. Como siempre ocurre con Mas, ese proyecto tiene una opción B: conseguir que Oriol Junqueras acceda a formar parte de una lista conjunta -se supone que encabezada por el propio Mas- en unas hipotéticas elecciones anticipadas.
El presidente catalán ya ha puesto en marcha su nuevo plan. Lo primero que ha hecho es mandar una carta a
Rajoy. En ella le recuerda que "no se puede ignorar la realidad", o lo que es lo mismo, Mas hace saber al presidente español que una buena parte de los catalanes salió a votar el domingo y que cerrar los ojos ante ese hecho no resuelve un problema que ya es innegable. En consecuencia, el president reclama por enésima vez que se le permita celebrar una consulta independentista "a la británica".
Pero
Mas es consciente de que esa petición tiene muchas posibilidades de caer en saco roto. Así que en su carta incluye una amenaza: si no se permite ese referéndum acordado, convocará elecciones anticipadas. Pero ese plan B también tiene una pega. El presidente catalán no quiere perder su liderazgo. Si convoca una elecciones corrientes y molientes, es muy posible que las gane ERC, según vaticinan todas las encuestas.
Por eso, Mas necesita la complicidad del líder de ERC,
Oriol Junqueras, para concurrir a esos comicios en una lista conjunta encabezada por el propio Mas. Junqueras se resiste. No quiere perder la oportunidad de ganar las elecciones. Pero, además, uno y otro tienen objetivos distintos. Lo que quiere Mas es lograr que se celebre esa consulta definitiva. En cambio, Junqueras está decidido a declarar la independencia de Cataluña de forma unilateral si el bloque soberanista gana las elecciones.
El acuerdo es muy difícil y Mas lo sabe. Por eso, ha anunciado que se da un par de semanas para verse con los líderes de los partidos soberanistas y tomar decisiones. En ese paquete, ha incluido al PSC, porque votó a favor de la Ley de Consulta, y quizá también porque es consciente de que el partido de
Miquel Iceta puede ser su salvador, su nuevo socio que apoye los presupuestos y evite esos comicios anticipados, que, eso ha quedado claro, no son la opción favorita del president.
Por otra parte, Mas ha asegurado que el sistema informático de la Generalitat sufrió "un brutal ataque cibernético" el pasado fin de semana. Según ha relatado, esa agresión puso en peligro la prestación de muchos servicios básicos. El presidente catalán ha dicho que tiene algunas sospechas de quién puede ser el responsable, pero ha rechazado verbalizarlas hasta que concluya la investigación abierta por la Administración catalana para esclarecer los hechos.
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