Es la guerra: el nombramiento del aún alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, como ministro de Justicia, ha caído como una auténtica bomba en el poder judicial. Así lo han dicho expresamente a Diariocrítico fuentes del Consejo General del Poder Judicial, que, tras un momento de estupor por este nombramiento, han reaccionado diciendo "es una declaración de guerra". La justicia tiembla desde sus cimientos.
"Es una declaración de guerra. Se puede decir que el poder judicial está ya en pie de guerra". Esta declaración se la efectuaban a Diariocrítico miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) poco después de escuchar de labios de
Mariano Rajoy la composición de su Gobierno. "Nadie se esperaba que Rajoy recompensara a
Gallardón 'colocándonoslo' precisamente en Justicia. Es la guerra", afirmaban esos medios.
Lo curioso es que este nombramiento ha sentado igualmente mal en los dos sectores del Consejo, tanto del progresista como del conservador. Ni siquiera los vocales nombrados a propuesta del PP estaban conformes con un nombramiento que a pocos ha gustado en la judicatura. Esperaban un jurista de reconocido prestigio, o, incluso, no hubiera importado tanto alguien que pudiera ser considerado como de mayor 'dureza', como
Ignacio Astarloa, o el mismo
Federico Trillo, porque todos les reconocen que "de Justicia, saben... pero ¿Gallardón".
Señalan estas fuentes que no tiene crédito alguno quien se limitó a ganar una plaza de fiscal sin ejercer siquiera, y así ha estado durante todo el resto de su vida. Por lo que se ve, a Gallardón no le van a dar ni los cien días de rigor.
Oficialmente, la valoración de la portavoz del Consejo,
Gabriela Bravo, que es fiscal, ha sido de puertas para afuera le ha dado la bienvenida al nuevo ministro y ha hecho hincapié en la oferta del Consejo para abordar la necesaria reforma de la Justicia. De puertas para adentro, ¿es otra cosa?
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