El expresidente del Gobierno José María Aznar ha cargado duramente este
miércoles contra la "deslealtad", el "chantaje" y las "amenazas" del
presidente de la Generalitat, Artur Mas, por pretender ahora "romper los
términos del acuerdo democrático para buscar la secesión y el
conflicto". Por eso, ha dicho que "quizás" ha llegado el momento de
abordar una reforma del modelo de Estado que permita tener un Estado
"más ordenado, más eficiente, más justo" y que "reafirme los principios
de la España constitucional".
"España no se va a romper. Y añado, para los que juegan
irresponsablemente con las cosas importantes, que España sólo podría
romperse si Cataluña sufriera antes su propia ruptura como sociedad,
como cultura y como tradición. Cataluña no podrá permanecer unida si no
permanece española. Quien piense que sólo está en juego la unidad de
España se equivoca. Antes de eso, está en juego la integridad de
Cataluña", ha proclamado
Aznar.
El exjefe de Ejecutivo ha lanzando este duro discurso durante la
entrega del Premio FAES de la Libertad 2012 al Nobel de Literatura Mario
Vargas Llosa, un acto al que ha asistido el jefe del Ejecutivo,
Mariano
Rajoy y varios exministros de Aznar como
Ángel Acebes,
Eduardo Zaplana y
Pío Cabanillas, así como los exsecretarios de Estado
Ignacio Astarloa y
Gabriel Elorriaga.
También han acudido la expresidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, y su sucesor, Ignacio González; la alcaldesa de
Madrid,
Ana Botella; la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rud; el
portavoz de Exteriores del PP en el Congreso,
José Maria Beneyto; los
diputados
Pablo Casado y
Cayetana Álvarez de Toledo; y la presidenta de
la AVT,
Ángeles Pedraza.
Reivindica la TransiciónAznar ha abierto su intervención reivindicando el pacto
constitucional que se plasmó en la Transición democrática, especialmente
cuando, según ha dicho, "se quiere extender la falsedad de un supuesto
fracaso histórico de España y se hace de esta falsedad la coartada para
la ruptura". A su entender, el acuerdo democrático entre españoles
significó la integración "respetuosa" y el "anhelo de convivencia"
frente a "las tensiones de disgregación" y la "ebullición fraticida".
A renglón seguido, ha recordado tres cosas "esenciales" a su
juicio acerca de la experiencia histórica de España, empezando por
subrayar que una de las doce estrellas bordadas en la bandera de Europa
es española, y no "por causalidad" sino porque los españoles supieron
"conquistar" su libertad, en 1977 celebraron sus primeras elecciones
democráticas, hicieron una Constitución "de todos" y, en 1986, pasaron a
formar parte de la UE.
Y ha aprovechado para resaltar que es una idea "desmentida" por
los hechos la de que existe un "acoplamiento natural entre el
nacionalismo y el europeísmo" cuando son "conceptos opuestos". El
acoplamiento, ha proseguido, se produjo hace mucho y fue entre el
europeísmo y el constitucionalismo español.
Romper con la Constitución"La Constitución fue nuestra puerta de entrada a Europa. Romper
con la Constitución es, para quien lo haga, la puerta de salida de
Europa", ha proclamado, para añadir que el problema del nacionalismo no
es solo con España ni es solo con la Constitución española, sino que "su
problema es con el Estado de Derecho, con la sociedad abierta, con la
diversidad, con la globalización".
En segundo lugar, el expresidente del Gobierno ha querido
desbaratar la "trampa dialéctica" que, en su opinión, consiste en
afirmar que la Constitución es un texto escrito a "capricho" de quienes
la defienden. "Se falsifica la historia a conciencia para tratar de
sostener ese engaño, con el agravante de que se falsea una historia que
los nacionalistas conocen bien porque han sido parte de ella, y parte
importante, además", ha exclamado.
Por eso, ha dicho que lo "mínimo" que se podía esperar a cambio
del pacto histórico "complejo y costoso", era "lealtad al consenso".
Pero se ha quejado por haber obtenido "deslealtad con la democracia y
con la ley". "Llámese deslizamiento, o centrifugación, o
desarticulación", ha enfatizado, para afirmar rotundo que bajo "amenazas
de todo tipo" el nacionalismo pretende ahora "romper los términos del
acuerdo democrático para buscar la secesión y el conflicto".
"Se amenaza con internacionalizar un conflicto"Es más, ha denunciado que "se amenace con internacionalizar un
supuesto conflicto, llevándolo a no sé sabe qué instancia internacional"
y que se "chantajee con la utilización de un cuerpo armado autonómico
en un proceso secesionista", así como que se insista en "contraponer la
legalidad constitucional a la democracia". "Y todo esto lo hacen quienes
exigen ser reconocidos como moderados", ha exclamado, para añadir que
él no participó en la Guerra de Sucesión junto a leales a Felipe V.
Tras asegurar que la deslealtad debe pagarla "quien es desleal",
el expresidente del Gobierno ha asegurado que es "indispensable
reconstruir desde su base un proyecto nacional real" que devuelva el
país al camino del progreso. Según ha añadido, hay que reformar el
modelo de Estado para "reafirmar lo principios de la España
constitucional".
Para Aznar. España no es una nación "identitaria o nacionalista"
sino una nación "plural, compleja e incluyente", con una voluntad
permanente de "integrar a todos". En su opinión ese esfuerzo integrador
tiene que ser un factor de fortaleza y de confianza, "no un factor de
debilidad ni un motivo de frustración". Por ello ha indicado que es
necesario "terminar con el debilitamiento y con la frustración".
"Asumir las exigencias recíprocas del consenso y de la
convivencia, sí, asumir el precio de la deslealtad, no. La deslealtad
debe pagarla quien es deleal", ha recalcado, para pedir -Rajoy le
escuchaba en primera fila-- reconstruir "desde su base un proyecto
nacional real" que devuelva al camino del progreso y "un proyecto
político, que es donde se apoya todo lo demás".
Tras insistir en que hay que reformar el modelo para reafirmar
los principios de la España constitucional, Aznar ha subrayado que la
soberanía sigue residiendo en el pueblo español, del que "emanan y
emanarán siempre y en todo caso los poderes del Estado. "N podemos
hacer dejación de España. No debemos hacerla", ha enfatizado.
Vargas Llosa, contra el nacionalismoAl recibir el premio de manos de Aznar, el escritor Mario Vargas
Llosa ha hecho un duro discurso contra el nacionalismo, que ha definido
como "una ideología autoritaria y reñida con la libertad". "El
nacionalismo no está hecho de ideas y de razón sino fundamentalmente de
pasiones y de instintos", ha proclamado.
Tras asegurar que el nacionalismo es el mayor problema de España y
la "cultura de los incultos", Vargas Llosa ha subrayado que se trata de
una "amenaza" que no debe permanecer. "Preservemos esta unidad
irrompible con su diversidad y, sobre todo, haciendo que nunca más en la
historia futura de España esas dos palabra que ahora están unidas,
España y la libertad, vuelvan a separarse. Que ellas sigan siendo el
adverso y el reverso de una sola moneda", ha concluido.
Al término del acto, Vargas Llosa ha estado conversando con
Esperanza Aguirre, que ha dicho compartir los argumentos del escritor
sobre el nacionalismo.
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