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Rajoy y su Gobierno, en caída libre en la valoración de los españoles

La oposición le prepara una 'primavera caliente' a un PP que ya ha perdido gran parte de su apoyo social

La oposición le prepara una 'primavera caliente' a un PP que ya ha perdido gran parte de su apoyo social

lunes 13 de enero de 2014, 11:16h
Lejos de notar una recuperación, aunque fuera leve, los españoles sienten la asfixia por las políticas económicas 'antisociales' de Rajoy, creen que son los ciudadanos de a pie los que están pagando la crisis y 'financiando' a los banqueros -una gran paradoja- y notan que la vida en España la ha convertido el Gobierno del PP en un auténtico infierno en la tierra. Eso, al menos, es lo que cree la oposición de izquierdas, que está diseñando una estrategia política de cara a los comicios europeos de mayo que augura una primavera muy caliente. Y eso también es lo que teme el PP: que todo se le venga encima de golpe y sufra el 25 de mayo el primer gran descalabro electoral, o, lo que es lo mismo, el principio del fin del final de la etapa Rajoy.
Hace unos días, el PSOE lanzó un documento en el que, sin alharacas, se limitaba a recoger cómo se había iniciado para los españoles de a pie el año 2014. Era una sucesión de datos, y por tanto incuestionables, sobre cómo afectaban al grueso del cuerpo social las medidas lanzadas en última instancia por el Gobierno de Mariano Rajoy: desde el re-re-re-recopago hospitalario, farmacéutico y de ambulancias hasta la subida de la luz y lo chusco y tabernario que resultó la realización de la subasta y su posterior anulación por el ministro José Manuel Soria.

Desde el PSOE, por ejemplo, se analizaba este hecho: el año 2014 ha empezado con una importante subida de la luz y con el ministro de Industria asumiendo tan contento que nadie tiene culpa de nada, tras haber acusado de manipulación a las eléctricas en la subasta que elevaba el precio de la electricidad un 11% y tras haber anulado esa subasta. Un hecho sin precedentes y de una gravedad inusitada, protagonizado por un ministro que ahora quiere echar tierra sobre el asunto, cuando muchos hogares ya no pueden pagar la calefacción para mitigar los rigores de este invierno.

Entienden en la oposición que el asunto de la re-re-resubida de la luz es un lastre que hunde un poco más al Gobierno, sobre todo por las manipulaciones y mentiras que ha habido en todo este asunto: "Si la CNMC dice que no ha habido manipulación y el ministro dijo que sí la había y que por eso debía anularse -como de hecho se anuló-, alguna responsabilidad tendría que asumir ahora el ministro ¿no? Eso, en la práctica, supone que con igual sueldo que el año pasado, el trabajador cobre menos salario este año, por la mayor retención que le hacen para la Seguridad Social", dicen en el PSOE.

Rebaja encubierta de salarios... para pagar al Gobierno

Parecidos argumentos se utilizan en Izquierda Unida, en los sindicatos y, en general, en toda la oposición a la política de este gobierno. Argumentan los interlocutores políticos y sociales que 2014 se ha iniciado, además, con una medida que, en la práctica, se traduce en una nueva bajada de salarios para los trabajadores con menos ingresos (a los que cotizan por el máximo no les afecta); es decir, una de esas medidas de las que la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría no informa en la rueda del Consejo de Ministros y de las que solo nos enteramos cuando se publican en el BOE y nos la aplican.

Pero la realidad es que en 2014 las empresas y los trabajadores van a pagar más a la Seguridad Social, porque el Gobierno ha aprobado un Decreto que obliga a cotizar íntegramente por conceptos salariales que hasta ahora estaban total o parcialmente exentos de hacerlo. Entre ellos, las ayudas por transporte, los vales de comida o los seguros de vida que hacen las empresas a sus trabajadores.

El re-re-re-recopago sanitario... y la incipiente rebelión de los barones

Paralelamente a todo esto, el pasado viernes se conocía que el Consejo de Estado le había dicho al Gobierno en un informe que el copago de ambulancias que está imponiendo a enfermos crónicos no cumple ninguno de los dos objetivos que el Ejecutivo de Rajoy adujo para aplicarlo: ni está produciendo ahorro ni racionaliza el servicio. Y que, por tanto, debería replantearse esta medida.

Ese informe llegaba en un momento en el que las decisiones del Gobierno empiezan a ser tan contestadas en su propio partido que algunos se niegan a aplicarlas, en un gesto de clara rebelión a Rajoy. Por ejemplo, en el copago hospitalario, en la oposición se valora a la hora de establecer una estrategia política que hasta la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, haya anunciado que se niega a cobrar el copago hospitalario impuesto por el Gobierno del Estado. Hasta ella prefiere pagarlo de los Presupuestos de la Junta de Castilla-La Mancha (que es también dinero de los ciudadanos) que asumir el desgaste político de su cobro directo a los enfermos. Y de la misma manera, el presidente de Castilla y León, también del PP, ha dicho que no va a aplicar este copago en su comunidad autónoma.

La sanidad será, por tanto, una importante arma arrojadiza contra el PP en los comicios europeos y más a largo plazo en los autonómicos y locales de 2015. Un tema al que IU y PSOE, junto a organizaciones feministas, van a unir la polémica reforma del aborto de Ruiz-Gallardón: "El lío y la pelea interna que Rajoy ha montado en el PP con esta innecesaria y retrógrada reforma es ya tan pública y notoria que está empezando a pasarle una factura demasiado alta: Feijoó, Fabra, Monago, Ignacio Diego, Alfonso Alonso, Rodríguez Salmones....", recuerdan en el PSOE.

Hurgando en la herida interna de los populares

Por ahí, precisamente, por las heridas internas abiertas entre 'barones' del PP es por donde la oposición ve una brecha políticamente aprovechable. Por ejemplo, en la pelea que en Madrid, una importantísima plaza fuerte, mantiene el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el presidente autonómico, Ignacio González. González está ya muy tocado por el tema de la privatización de la Sanidad, donde está perdiendo la batalla ante los tribunales, y desde luego por su ático en Marbella. Por eso, esta guerra con Montoro no sólo le perjudica personalmente, sino también al conjunto del partido en la Comunidad de Madrid.

Piensan en el PSOE que el público enfrentamiento entre ambos ha subido el tono con el reproche de Montoro a González de que su Ministerio no es la ventanilla para hacerle candidato a la reelección de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y también se aprovecha desde la oposición la brecha que parece abrirse también en Madrid entre Esperanza Aguirre -que domina el 'aparato' del PP madrileño- y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con la posición tenue que Aguirre cree que éste mantiene respecto a los presos de ETA.

Aprovechar la pérdida del apoyo social... y electoral

En este sentido, desde la oposición se valora que lo que está ocurriendo en Burgos con la remodelación de un barrio no es más que la expresión de que la gente de a pie no aguanta más y que cualquier chispa puede dar lugar a una explosión. Es decir, que hay mucha ira contenida que puede explotar en cualquier momento.

Se escudan para ello en los resultados de diversas encuestas, como el último barómetro del CIS,q ue revelaba la pasada semana que continuaba creciendo la preocupación de los ciudadanos por la corrupción (es ya el segundo problema más señalado, tras el paro y por delante incluso de los problemas económicos). Pero un día antes, un diario de ámbito nacional (El Mundo), publicaba otra encuesta que reflejaba, entre otras, estas conclusiones: el 84% de los ciudadanos creen que el PP ha mantenido una contabilidad B y el 87%, que el PP recibía dinero negro de los adjudicatarios de obra pública.

Esa encuesta arrojaba también otros resultados: que el 75% de los propios votantes del PP piensa que el partido se financió con las adjudicaciones de obras y que los votantes del PP que niegan la financiación ilegal no llegan ni al 10%. Además, el 85% cree que el PP pagó sobresueldos en dinero negro, y el 66% que Rajoy fue uno de los que cobró esos sobresueldos, incluso cuando fue ministro del Gobierno de Aznar.

 
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