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Ya mató a otra niña en 1988

Condenado a 14 años de cárcel un hombre que intentó violar a una menor en 2004

miércoles 09 de mayo de 2007, 20:16h
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 14 años y seis meses de prisión a Jesús Agustín Hernández Renes, de 52 años, por haber violado a una niña de 10 años en agosto de 2004 en Miraflores de la Sierra.
Hernández Renes fue ejecutoriamente condenado por la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria a la pena de 46 años de cárcel por haber violado y asesinado a la menor Cathaysa Rosales Vera en junio 1988, cumpliendo 16 años en prisión. En aquella ocasión la niña asesinada fue encontrada en la lavadora de la casa del acusado, y, antes de reconocer los hechos, Hernández Renes participó en la búsqueda de la fallecida junto con familiares y vecinos.

La sentencia de la Audiencia de Madrid considera probado que el el 28 de agosto de 2004 el acusado portaba un cuchillo de "26 centímetros de hoja" y agarró a la menor "del brazo mientras la amedrentaba diciéndole que como no subiera a su casa la mataba". Una vez en el interior del domicilio del procesado, dice el escrito, éste la desnudó "con ánimo lascivo", la tiró al sofá y la agredió sexualmente.

El tribunal considera el testimonio de la niña, de origen marroquí, "veraz y sincero", además de apuntar que apreció en su declaración "el desagarro que todavía padece al relatar los hechos". La víctima sufrió diversas lesiones y padece como secuela "un trastorno de estrés postraumático de intensidad grave".

El condenado sabía lo que hacía
"En lo que afecta a los componentes pedófilos y voyeurista del acusado debemos significar que su trascendencia está determinada por su capacidad de entender la ilicitud de sus actos y controlar sus impulsos", dice el tribunal, y añade que "de la prueba pericial no se desprende merma alguna de la capacidad para comprender la ilicitud del acto", por lo que le condena a 14 años y seis meses de prisión por un delito de agresión sexual.

Además, la sentencia añade que en este caso concurre el agravante de reincidencia, y que el condenado no podrá comunicarse y aproximarse a la niña a una distancia inferior a 500 metros durante un periodo de cinco años. Del mismo modo, Hernández Renes deberá indemnizar a los representantes legales de la menor con 60.600 euros por las heridas y daños morales.

Durante el juicio celebrado desde el pasado 28 marzo en la Audiencia madrileña, Renes se definió a sí mismo como "un peligro público número 1 en la calle" y aseguró que debe "estar en la cárcel". Agregó que las declaraciones acusatorias de la niña son "verdad porque los niños no mienten" y que en la calle es un "ruin".

"Poco pasó -declaró el imputado durante la vista oral-, para lo que le pudo haber pasado, porque conociéndome podría haber sido peor. Menos mal que Dios me dio lucidez y me fui, porque si no, la mato (a la niña)".

Escribió una carta al juez
Por otra parte, el encausado escribió una carta al juez tres días después de haber cometido la presunta violación de 2004 en la que pide que le castren porque es "un peligro social". La misiva solicita al Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo que ordene su ingreso en una "comunidad terapéutica o en un centro extrapenitenciario" en el que pueda curarse de su adicción al alcohol, proceso en el que pondrá su "alma y corazón para aprender a vivir como una persona".  

"Pido que se me castre, autorizo a que me operen incluso del cerebro, porque mi deseo es ser persona, algo que no he sido nunca. Jamás nadie me dio esa oportunidad (...). En todo momento pienso en beber y no puedo evitarlo, ése es mi problema, el causante de todos mis males", dice en el escrito realizado a mano. La sentencia de la Audiencia de Madrid que ahora le condena a prisión es recurrible en casación ante el Tribunal Supremo.

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