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El PSOE volverá a las andadas

domingo 05 de febrero de 2012, 12:37h
Bueno, pues se acabó la intriga. Rubalcaba ha ganado a Chacón en buena lid aunque haya sido una victoria muy ajustada, por 22 votos. Pero en el PSOE parece que son muchos los que han respirado tranquilos porque saben que Rubalcaba representa el continuismo, el viejo y tradicional partido, lejos de la arriesgada 'aventura' en la que podría haberles embarcado Carmen Chacón de la que Ibarra dijo que era  "Zapatero con faldas" en uno de sus alardes de dudoso gusto e ingenio. La catalana ha perdido una oportunidad de oro para desbancar a un todo terreno como es Rubalcaba contra el que está claro que es dificil competir. Bien es verdad que a punto estuvo de lograrlo pero la puntilla para certificar su fracaso -además de las 'maniobras orquestales'  de Felipe y Guerra, que son el aparato en estado puro- estuvo a mi juicio en su discurso del sábado. Chacón no acertó ni con el tono ni con el fondo. Se equivocó de escenario y ofreció a los delegados un mitin con una voz entre gritona y quebrada que no le favorece nada - unas cuantas clases no le hubieran vendido mal- y  no logró metérselos en el bolsillo mientras Rubalcaba, viejo zorro, se centró en desgranar un proyecto sólido - lo de revisar el Concordato con la Iglesia fue el 'súmmun'- y a prometer el oro y el moro a unos militantes que a estas alturas parece que lo único que quieren es seguridad y arriesgar poco, lo mínimo, para poder pasar esa travesía del desierto, que quieran o no van a pasar, y a la que Chacón daba la espalda. Hasta el PP se ha alegrado del triunfo del cántabro por aquello de que "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".
 
Bien, pero a estas alturas y después de haber visto y leído todo lo que ha ocurrido durante la larga campaña entre ambos aspirantes y mucho más durante el tenso Congreso, nadie se cree que aquí se acaba la historia, que el PSOE va a hacer borrón y cuenta nueva a partir del lunes y mucho menos que el recién elegido secretario general del PSOE va a cumplir su palabra y no va a pasar "facturas" a los dirigentes regionales que no le apoyaron. La heridas no se han cerrado y si no, al tiempo. En Madrid, por ejemplo, ¿alguien se cree que Tomás Gómez no va a ser removido de su cargo en el próximo Congreso regional? Que me lo presenten.
 
¿Y en Andalucía, la federación que sale más fracturada de este 38º Congreso? Todo apunta a que Griñan, convertido ahora en Presidente del PSOE en aras de esa'integración' pedida por ambos candidatos,  tiene sus días contados como líder del PSOE-A. Los dos - Griñán y Rubalcaba- han acabado como el rosario de la aurora, al igual que le ha pasado al presidente de la Junta con el que fuera su 'padrino' político, Manuel Chaves, con el que ni se ha dirigido la palabra durante el cónclave. La fecha de caducidad la tiene escrita. Será después de las elecciones autonómicas del próximo 25 de marzo en las que Griñán va a sufrir una severa derrota, tan rotunda como la que cosechó el propio Rubalcaba el 20-N, con la diferencia de que él contaba con el respaldo de la 'vieja guardía' para continuar en la carrera - esa en la que, según dijo, sólo le quedaban unos metros por recorrer cuando en realidad eran kilómetros- y ahora es él el que tiene la 'sartén por el mango'. Y ya se sabe como se las gasta el nuevo líder sin perder, eso sí, ni su sonrisa y ni sus educadas formas. 
Eso por no hablar del PSC cuyas relaciones con el PSOE a partir de ahora se tensarán como se verá reflejado en el Congreso, en donde siempre han reivindicado tener voz propia. La derrota de Chacón dificultará las cosas. 
 
Así que las que vienen van a ser unas semanas intensas, con los congresos regionales en cascada, en las que se verá que las buenas palabras de los discursos de clausura han sido de mera cortesía, de cara a la galería. La historia del PSOE está plagada de 'vendettas' entre familias y no van a cambiar a estas alturas, sobre todo estando en la oposición que es donde hace más frío.
 
Gestionar estos años de travesía del desierto va a ser muy duro. Durísimo. Pero los socialistas no aprenden y en lugar de intentar fortalecerse para volver a intentar gobernar dentro de cuatro años se van a despellejar entre ellos y no precisamente de forma muy sutil. Eso sí, el 'jefe' nunca se manchará las manos para que parezca "un accidente". Una lástima.
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