Las tres decepciones del PP que llevan a pensar en una cuarta: el rescate de España

Sobre todo son importantes porque fallar a esas promesas electorales ha dado lugar a la desconfianza plena en Mariano Rajoy y sus ministros en el escenario europeo e internacional. Cuando ahora el ministro de Economía dice que España no va a ser rescatada, con esa contundencia, apenas es creíble.

De hecho, circulan las quinielas y las apuestas por cuándo llegará ese rescate europeo. Algunos piensan que en septiembre, a la vuelta del verano, cuando además, Grecia haya marcado ya un paso importante en la zona euro, porque el país heleno podría salir de la moneda única, el euro, al no poder asumir los costes económicos, políticos y sociales de un segundo rescate europeo.

Pero volviendo a las promesas rotas, Rajoy ha fallado a unas cuantas. La más conocida, la de la subida de impuestos, no sólo el IVA. Apenas semanas después de operar como presidente del Gobierno, falló a la promesa electoral, recogida en el programa del PP, de no subir impuestos. El IRPF subió para todos los trabajadores. En este mes de julio, el día 13 concretamente, se aprobaba la subida del IVA, del 18 al 21%, más la pérdida de la condición de IVA reducido a muchos productos protegidos para el gran consumidor. Era la bandera del partido de Rajoy en campaña: no más impuestos, no más subidas.

Esa falta a la promesa electoral es más o menos entendible, por la coyuntura económica sufrida. Pero Rajoy también prometió, rotundamente, que la banca española no necesitaba un rescate ni una inyección. Dijo que estaba saneada. Al poco tiempo quebró Bankia, se desvelaron más miserias en el sector financiero y, finalmente, en junio, llegó el rescate bancario, anunciado como un fondo para inyectar liquidez al sector de la banca española. Es estima que España pedirá un total de unos 65.000 millones de euros para salvar a entidades como Bankia, Novacaixagalicia, Banco de Valencia, Catalunya Caixa...

Pero la hemeroteca no perdona. Como ya informamos, Mariano Rajoy defendía en el año 2009 en el programa 'Tengo una pregunta para usted' que no quería modificar la ley del aborto vigente por entonces, como sí pretendía hacer ese año Zapatero y su gobierno socialista. Sin embargo, cuando ha tenido ocasión, el PP no sólo retrotrae avances respecto a la era del PSOE en el Gobierno entre 2004 y 2011, sino que regresa a principios de 1985. "La ley que existe respeta el derecho a la vida con algunas excepciones", respondía Rajoy. Sin embargo, no cumple esa promesa.

Sin embargo, más grave y con más impacto social han sido sus promesas incumplidas en los campos del empleo, la sanidad y la educación. Rajoy prometió que no se recortaría en partidas sanitarias ni educativas, pero finalmente se estima que habrá 10.000 millones a nivel estatal de recorte. Además, la reforma laboral ha tocado puntos no contemplados en el programa y, finalmente, el PP se había comprometido a no afectar a la situación actual de los funcionarios. Tras las presiones europeas por acudir al rescate de la banca, Rajoy impuso condiciones duras como la ampliación de horarios y la retirada de la paga de navidad. Por supuesto, sus salarios siguen congelados y se espera que en algunos meses se proceda a incumplir otra promesa: la de no tocar los sueldos para recortarlos.

De ahí llegamos al punto álgido de toda esta historia... ¿es creíble el Gobierno tanto a nivel interno como exterior cuando ahora se compromete a determinadas decisiones? Poco. En el plano internacional se reprocha a Rajoy la poca fuerza de su palabra, y cuando está en boca de todos la posibilidad de que España tenga que ser finalmente rescatada, las negaciones de Luis de Guindos y otros miembros del Ejecutivo apenas tienen ya poder de convicción.

Las tres grandes decepciones (rescate bancario, subida de impuestos y recortes no contemplados) llevan a pensar que la cuarta promesa tampoco se cumplirá: la de no acudir al rescate total de España y por tanto, a su intervención por la troika europea.


Pero se seguirá adelante

No obstante, para el PP todo sigue igual, sin angustias. La cúpula del PP se reunió esta semana en  Génova con los líderes autonómicos del partido para imponer una línea de acción y un discurso común: todos los recortes y cambios de guión se deben a necesidades de urgencia, no a cambios de criterio ni a faltas a las promesas electorales.

La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, apunta la necesidad de que el PP al completo se movilice para defender en toda España el último paquete de ajustes. Además, el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, defendió que, pese a las críticas, su formación "está cumpliendo su programa electoral, que es sacar a España de la crisis". En otro momento, apuntó que "el PP puede cambiarlo todo menos la terrible herencia recibida".


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