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Willy Toledo, el hombre que da trabajo a miles de familias, se alegra de la muerte de Botín y de Isidoro

lunes 15 de septiembre de 2014, 09:17h
El ilustre titiretero se alegra de la muerte de Emilio Botín y de Isidoro Álvarez en su cuenta de twitter. El gran defensor de las clases oprimidas no da palo al agua pero se permite el lujo de criticar a todo aquel que sobresale. Poco o nada puede aportar él a la sociedad española más que los cuatro modelos de pañuelo palestino anudados al cuello y cuatro películas dignas de Oscar. 
Según dice la escueta nota de la wikipedia, Isidoro Álvarez con dieciocho años decidió trasladarse a Madrid para matricularse en la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense de Madrid. Cinco años más tarde, en 1957, se licenció y recibió el Premio extraordinario de Economía y Ciencias empresariales. A los 23 años, y recién licenciado, asumió un cargo directivo en la organización de la empresa familiar: El Corte Inglés. En 1959 se convirtió en Consejero de la misma y en 1966  fue nombrado vicepresidente de una de las empresas que formaban parte del grupo empresarial y consejero delegado. En 1989, tras el fallecimiento de su tío y fundador, fue nombrado presidente de la empresa. Falleció en Madrid, a causa de una insuficiencia respiratoria el 14 de septiembre de 2014.
El actor Willy Toledo, también según nota biográfica de Wikipedia dice de él que: Es hijo del doctor José Toledo González, uno de los pioneros de la cirugía torácica en España y de su esposa Teresa Monsalve Aulestiarte. Tiene tres hermanos mayores, Marta, José e Íñigo (ya empezamos bien si para dar lustre a una biografía tenemos que destacar el esfuerzo del padre, que no el suyo). Su temprano interés por la interpretación le llevó a trasladarse a Estados Unidos en 1986, donde pasó una temporada estudiando en un instituto de teatro. Años más tarde, ya de vuelta en Madrid, se inscribió en la escuela de Cristina Rota; allí coincidió con otros dos futuros actores, Ernesto Alterio y Alberto San Juan, con los que poco después fundó la compañía de teatro Animalario.  Willy alcanzó gran popularidad en España interpretando a Richard en la serie televisiva 7 vidas entre 1999 y 2002 y la incrementó en ese último año con su papel en la comedia musical El otro lado de la cama. También ha intervenido en el programa televisivo de monólogos humorísticos en vivo El Club de la comedia. El 2 de mayo de 2013 anunció a la cadena venezolana TeleSur que se iría a vivir a Cuba. Como podrán obervar, la vida de juventud de Guillermito, yéndose a estudiar teatro a los Estados Unidos, es lo que generalmente hace la clase obrera cuando decide que estudiar no es lo suyo. De hecho es lo que suelen hacer los que no tienen un chavo. Él, representante como nadie de la clase oprimida ha tenido una vida más parecida a la de Froilán que a cualquiera de las personas que defiende. Claro que levantar el puño cuando de pasta tienes pocos problemas siempre ha sido mucho más fácil que sacar una empresa de la nada y colocarla entre las 70 mejores del mundo. 
¿Por qué hablo de ambas personas que, a todas luces nada tienen que ver en mi columna de hoy? Bien, pues hablo de ambos porque el segundo se ha alegrado enormemente de la muerte del primero. Y no sólo de eso, también, de paso, de la de Emilio Botín.  En su cuenta de Twitter ha puesto, literalmente lo siguiente: 
"Tuvimos Semana Negra, Semana Trágica, Semana Santa...esta pasará a la historia como...de las explotadas, de la clase obrera como Semana Grande!!!"
Una de las cosas que nos sucederán a todos los que seguimos vivos es que, cuando nos llegue la hora de la muerte, seremos juzgados, recordados o, quizás, olvidados. ¿Qué ha hecho cada ser humano por la sociedad? ¿La ha beneficiado? ¿La ha perjudicado? Esas, imagino, son las cosas que importan cuando te vas de este mundo. Al menos es lo que debería. Luego los creyentes pensaremos más allá pero para todos, creyentes o no, la impronta que dejamos en esta vida debería ser más que importante. 
Isidoro Álvarez a quién tuve la fortuna de conocer, habrá tenido sus luces y sus sombras. Nadie puede negar que ningún ser humano sobre la tierra es perfecto. Y una gestión empresarial como la que mueve todo El Corte Inglés con todas las demás marcas, Opencor, Supercor, Sfera...me pierdo, no tiene que ser una tarea fácil. Para empezar los miles, cientos de miles de puestos de trabajo (de manera directa e indirecta) que se crean y que son, para quién desee olvidarlo, uno de los máximos impulsores de la economía de cualquier país. No soy experta en economía ni lo pretendo pero sí tengo sentido común y este me dicta que sin la labor de los empresarios ninguna economía florece. Ellos son los que generan en el empleo. Hasta el mismísimo Guillermo Toledo sabe que muchas de las obras de teatro y películas en las que ha trabajado y cobrado han salido de los huevos de un tío que ha arriesgado su capital para crear cultura. O, más allá de todo esto, también han salido muchas producciones gracias a préstamos dados por bancos como el Santander cuyo presidente fallecido la pasada semana es también otro explotador según este lumbreras de pañuelo palestino.
¿Qué ha aportado Guillermo Toledo al mundo además de provocarnos risas y no precisamente cuando actuaba? En realidad prácticamente nada. Toledo, además de dar la nota de vez en cuando para que nadie se olvide de él, lo único que hace es enredar. Pero por su país, que es España, por mucho que le reviente, no hace absolutamente nada en términos de productividad. Ninguna familia vive gracias al trabajo de Willy. Todas esas personas que tanto defiende de la opresión y que tienen que dejar de vivir en sus casas porque no las pueden pagar no tendrían esos problemas si los miembros de sus familias trabajaran en El Corte Inglés o en El Banco Santander por poner ejemplos de trabajos, según él "explotadores".
Willy Toledo debería ser más consecuente con sus ideas y si tanto le preocupa la clase obrera explotada que se monte una empresa y comience a contratar empleados, que arriesgue su capital si es que lo tiene o que se lo pida a Raúl Castro. Que trabaje duramente 18 horas para que todo funcione a la perfección y que achante cuando las cosas vengan mal dadas y tenga que apoquinar con su fortuna personal para evitar despidos masivos.
Pero al margen de ideologías que cada uno debe tener las suyas y defenderlas, vayamos con las cifras. Que son muchísimo más reales y, sobre todo, más contundentes.
Diferencias entre el "explotador" Corte Inglés y el "héroe" William Toledo
En el sector de la distribución, según la clasificación "Global Powers of Retailing 2013" realizada por Deloitte and Touche, está clasificado por volumen de ventas en tercer lugar de España por detrás de Mercadona e Inditex y en el puesto 54 del mundo. Deloite and Touche no menciona a Guillermo Toledo a pesar de que él también ha dado empleo en las producciones teatrales. 
Como empresa familiar, El Corte Inglés se encuentra en el segundo puesto de España (solo por detrás del Banco Santander y el 66 del mundo. Guillermo Toledo tampoco figura en tan ilustre lista. En lo referente al comercio electrónico, El Corte Inglés es la primera empresa en número de clientes en España, con 3,7 millones de clientes en 2011. En 2013 se registraron 3,5 millones de clientes y 137 millones de visitas. No he encontrado ningún dato sobre la facturación de Guillermo Toledo y agradecería si algún lector me los facilita. Sobre todo a cuantas familias ha dado de comer con su esfuerzo personal. Porque agitar banderas y pegar voces lo hace cualquiera y carece de mérito. Mis retoñas, de 2 y 4 años, es más, lo hacen a diario en casa sin más mérito que el que una madre babeante y, a todas luces imparcial, les concede. 
El Corte Inglés tiene en su plantilla unos 99 mil empleados, de los que el 93% tiene contrato fijo y el 71% tiene jornada completa. Su media de edad se encuentra cercana a los 39 años, con 13 de experiencia. Por sexos, hay un 37% de hombres y un 63% de mujeres, aunque en la categoría de directores y gerentes hay 235 hombres y 12 mujeres. En esto el Corte Inglés sigue la norma de lo español pero la culpa no la tiene Isidoro si no la sociedad en general. 
No he podido encontrar a cuanta gente da trabajo Guillermo Toledo pero no creo que pasen de diez personas y eso en época en la que se dedique a producir teatro, es decir, época en la que se convierte en un vil empresario explotador. 
Guilelrmo Toledo ha participado en series de televisión de la cadena Telecinco. Imagino que sabrá el ilustre e ilustrado actor que el modelo de negocio de dicha cadena se parece bastante más al del Corte Inglés que al que él pueda ejercer en sus famosísimas obras de teatro. En esta vida uno debe ser consecuente con lo que dice y hace y si, verdaderamente, tanto asco le da el sistema capitalista no sé qué ha hecho participando de series de una cadena que dudo mucho que siga un modelo comunista. 
¿Tiene El Corte Inglés sus zonas oscuras? Las tendrá. Como todas las empresas pero miren qué les digo, nadie trabaja en esa superficie explotado. Sus trabajadores cobran puntualmente a final de mes, tienen sus pagas extraordinarias y sus vacaciones. Cotizan a la Seguridad Social y cuando se retiren tendrán sus jubilaciones. Gracias a sus trabajos pueden alimentar a sus hijos, pagar sus alquileres o hipotecas y todo lo que concierne a una familia. No estamos hablando de talleres chinos clandestinos. 
Además de todo ello, como clienta fiel del Corte Inglés desde que tengo uso de razón y capacidad de gasto defiendo a capa y espada un modelo de negocio donde te tratan bien, donde te garantizan la devolución de tu dinero si no quedas satisfecho y donde sabes que lo que compras tiene calidad. No puedes decir lo mismo de una obra de teatro en la que vayas a ver a Willy. Que lo mismo si después le pides que te devuelva la pasta porque no te ha gustado, puede que te diga de qué vas capitalista de mierda.
Yo sé que las comparaciones son odiosas pero, francamente, lo que Willy Toledo ha aportado, aporta y aportará a la sociedad civil, no le llega ni a la suela de los zapatos de las cucarachas de las alcantarillas que hay debajo de cada Corte Inglés.
Desde luego defenderé hasta el final de mis días el derecho que todo ser humano tiene de expresar sus ideas por mucho que éstas no se parezcan ni por asomo con las mías o me parezcan descabelladas. Precisamente en la defensa de ese derecho ejerzo el mío y te hago la siguiente pregunta. 
Willy Toledo, ¿tú qué has hecho por la sociedad?
Y permíteme que te diga, titiritero, que jamás me alegraré de la muerte de nadie. Ni siquiera de la tuya.
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