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Melisa Rodríguez (C's): "Nos sentaremos con PP y PSOE, pero que no vengan con híbridos extraños"

jueves 08 de septiembre de 2016, 12:55h
Melisa Rodríguez (C's): 'Nos sentaremos con PP y PSOE, pero que no vengan con híbridos extraños'
(Foto: Ciudadanos)
Melisa Rodríguez, la nueva portavoz parlamentaria de Ciudadanos, recibe a Diariocrítico en la cafetería del Congreso, que a esa hora permanece medio vacía a pesar de que se aproximan las horas del mediodía. Asidua a las tertulias políticas, la diputada habla con un tono enérgico, especialmente cuando señala la responsabilidad de PP y PSOE por el bloqueo político o cuando argumenta en contra de los posibles escenarios que pueda intentar Pedro Sánchez como alternativa. Sin embargo, concluye la entrevista con una sonrisa y con un mensaje optimista: no cree que se produzcan terceras elecciones.

La legislatura que se abrió después de la repetición electoral supuso un paso adelante para Melisa Rodríguez. La diputada de Ciudadanos fue nombrada portavoz adjunta del grupo parlamentario y entró a formar parte del equipo negociador que se encargó de llegar a un pacto con el PP. Nacida en Londres hace 30 años, Rodríguez se crió en la isla canaria de La Palma. Su primer paso en la política fue en realidad en las elecciones autonómicas de 2015, donde se presentó como candidata a la presidencia del Gobierno de Canarias, pero entonces Ciudadanos no conseguió representación.

Desde que el 20-D se presentara al Congreso por la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Rodríguez ha ido adquiriendo relevancia en el partido a nivel nacional, primero desde los platós de televisión, y ahora desde el Congreso.

Empezando por lo más reciente, el nombramiento y posterior renuncia de José Manuel Soria para un cargo en el Banco Mundial. ¿Este hecho de forma aislada ha disminuído en algo la posibilidad de que acabéis apoyando al PP en una investidura?

Bueno, el acuerdo con el PP tenía fecha de caducidad, que se cumplió el pasado viernes. Lo que está claro es que en el caso de que Mariano Rajoy venga con una candidatura viable -y cuando Albert Rivera dice viable quiere decir con los apoyos suficientes para que salga adelante-, entonces tendrá que ser el Comité Ejecutivo de Ciudadanos quien tendrá que decidir si sigue vigente o no. Por supuesto, los 150 compromisos nosotros lo vamos a seguir defendiendo.

Sobre la postulación del señor Soria y su posterior renuncia, yo creo que la renuncia viene a decir que algo está cambiando, que los dedazos ya no pueden ser asumibles y que era una vergüenza a todas luces. Ateniéndonos a las declaraciones del señor Montoro -que dijo que ningún ministro de este país podía tener nada que ver con un paraíso fiscal-, pues tampoco nadie que pueda representar a este país en el Banco Mundial. Y máxime cuando podría intervenir en el desarrollo de distintos procedimientos o litigios internacionales que se han interpuesto por las políticas energéticas que él ha hecho en los últimos cuatro años. Hay 29 casos en tribunales internacionales en los que su posición en el Banco Mundial podría influir.

Nos parecía del todo improcedente y de todo inadecuado. Nosotros no decimos que el señor Soria no se reincorpore a su vida de funcionario o al trabajo, por supuesto tendrá que continuar con su vida, pero no en un puesto que represente a este país y no en un puesto de ese calado. Y además con un concurso que es como las típicas oposiciones que se convocan en agosto, cuando no es un mes hábil, y en las que el temario está adaptado a un perfil concreto.

Si el ministro Luis de Guindos viene finalmente al Congreso, pero no os convencen sus explicaciones, ¿qué haréis?

Tendrá que venir y explicarlo. Nosotro preferimos, antes de hacer una petición formal, que fuera el Gobierno quien diese el paso adelante para comparecer. En este caso ha sido así. Pero que lo tiene que explicar, lo tiene que explicar, no sólo hacia el resto de parlamentarios sino hacia los ciudadanos. Estas actitudes y estos dedazos son intolerables aunque se intenten disfrazar de concurso y no están permitidos, por los menos en la visión que tiene Ciudadanos de la política. En el acuerdo ya aparece el fin de las puertas giratorias, ya aparecen distintas medidas en materia de regeneración. Tenía que venir (De Guindos) pero es que ni siquiera tenía que haber una postulación.

A día de hoy, ¿cuál es el nivel de optimismo (o pesimismo) de Ciudadanos sobre la formación de un Gobierno?

Nosotros estamos con el marco mental de que no va a haber elecciones, en el marco de la negociación. Pero además por algo muy básico, si nosotros no pensamos en el hoy, ¿cómo vamos a pretender que llegue el mañana? Es como si uno pretende hacer una vivienda sin cimientos, pues se va a acabar cayendo.

Pensar en unas terceras elecciones es faltarle el respeto a los ciudadanos. Y no pude haber ningún candidato que quiera presidir este país que esté pensando en terceras elecciones, porque entonces no estaría a la altura. Igual que no estaría a la altura alguien que lo que quiere es bloquearlo sistemáticamente. Y en esto le podemos echar la culpa a los dos grandes partidos. Porque tanto el PP hizo de tapón en la pasada legislatura como el PSOE está haciendo de tapón ahora. Al final no son tan diferentes.

Si el PSOE lo que quiere es gobernar, puede gobernar desde la oposición. Es una oposición con capacidad legislativa, con una mayoría amplia que puede legislar inclusive en contra de la voluntad del propio Gobierno en minoría. Pero yo ya no sé si el problema es realmente querer cambiar las cosas, como dicen en los medios de comunicación, o si el problema es el título de presidente. Si el PSOE estuviera pensando en que este país avance, puede liderar la oposición con capacidad legislativa por primera vez en la historia de la democracia reciente. Y podría hacer todos los cambios que quiera desde la oposición, y, para todo lo que sea cambios para mejor, seguramente nos encontraremos en el mismo camino.

El problema es que yo creo que ya es un tema personal y que no se trata de cambiar para mejor este país sino de quién es presidente y quién es ministro.

Melisa Rodríguez, Albert Rivera y Juan Carlos Girauta en una reunión del grupo parlamentario/Foto: Ciudadanos

Comentaba antes que el acuerdo con el PP ha decaído, de momento. En el caso de que el PSOE acabe postulando a Pedro Sánchez ¿quién cree Ciudadanos que debería tener la oportunidad de presentarse a una nueva investidura, el PP o el PSOE?

Para nosotros el 'plan a' era un Gobierno con los partidos constitucionalistas, es decir, nosotros con el PSOE y el PP. Pero como la vieja política no se quiere sentar a hablar al final nos quedamos con el 'plan b', que es un Gobierno en minoría del PP con una oposición fuerte, constructiva y con capacidad legislativa. Es el único que tiene un número de escaños considerable y el que los ciudadanos dijeron que había ganado las elecciones. Es la única opción que contemplamos, no es la que nos hubiera gustado.

Pero si tanto Sánchez como Rajoy han fracasado en sendas investiduras, ¿por qué el turno le sigue correspondiendo al PP, según Ciudadanos?

No es que le corresponda, es que es quien ha ganado las elecciones y quien tiene más escaños, porque si un Gobierno con 137 es complicado, imagínese uno con 85. Por esa regla de tres, Podemos también puede decidir gobernar con 71 escaños, o nosotros con 32. Tenemos que ser razonables, esto no se trata de experimentos. Esto es algo serio, ahora vienen unos presupuestos y hay muchísimos temas por delante. Estamos dando una imagen lamentable ante nuestros socios internacionales.

Ya se acabaron los experimentos de laboratorio, los circos y la política espectáculo que se hizo en la pasada legislatura. Estamos aquí para desbloquear este país, humildemente. Y la única opción viable que ve Ciudadanos es esa, aunque no es la que nos gustaría. Nos encantaría haber ganado nosotros las elecciones y que fuera nuestro candidato el que se presentase, pero los ciudadanos no lo decidieron así. A partir de ahí, será el señor Mariano Rajoy o Pedro Sánchez el que tendrán que moverse para buscar los apoyos suficientes.

Lo que está claro es que hubo una votación de 170 (síes) y 180 (noes). A lo mejor esa candidatura alternativa que dicen de 180 puede ser. Pero, ¿a qué precio? ¿Con los independentistas? ¿Con los que le han chantajeado en el hemiciclo diciéndole que tendrán su apoyo si les dan el referéndum de autodeterminación? No sé yo. Hay mucha demagogia también con el tema del secesionismo catalán. Todos se alzan para decir 'no' a la independencia, pero cuando hay que votar que se le de un grupo ilegal a Convergència Democràtica de Catalunya, tanto Podemos, como el PSOE, como el PP se ponen de perfil y el único que vota que 'no' es Ciudadanos. Un 'no' basado en la legalidad y que evita subvencionar con dinero de un Estado en el que no creen a un movimineto independentista. Yo creo que hay que ser bastante coherentes con qué es lo que se está haciendo.

A nosotros nos encantaría que hubiera suficiente altura de miras y suficiente altura de Estado para que el PP, el PSOE y nosotros nos sentásemos en la misma mesa a sacar un Gobierno común adelante.

¿Qué cree que puede hacer el PP para convencer al PSOE de una abstención o un apoyo?

Por lo pronto, sentarse a hablar y dejar los prejuicios, dejar las guerrilas del 'y tú más', del rojo y el azul, a un lado. Porque en el debate de investidura lo que se vio claramente es que quien tenía que seducir al otro para recabar apoyos lo que empezó a hacer fueron unos discursos de confrontación, y el otro igual. Eso no nos lleva a ningún lado.

Yo creo que hay una cosa que la vieja política todavía no sabe que es que ya no estamos en decretazos ni en mayorías absolutas impositivas. Ahora hay que sentarse, hay que hablar y también hay que dulcificar el tono cuando toca negociar porque los apoyos no vienen solos, no caen del cielo. Y esto no se trata de seguir en el día de la marmota repitiendo las elecciones hasta que el resultado nos guste. Se trata de darles soluciones a los ciudadanos, no de darles problemas. Y ya los ciudadanos están hasta aquí de nosotros.

Conseguimos algo insólito en las elecciones del pasado 20 de diciembre, que fue que los ciudadanos se reenganchasen a la política, que estuviesen interesados por los debates, que estuviesen interesados por qué es lo que está pasando en este país. Y a la misma velocidad que lo conseguimos lo perdimos por no ser capaces de llegar a un acuerdo y por ir a segundas elecciones. Ir a terceras elecciones sería reirse de los ciudadanos. Por eso nosotros hemos decidido no irnos de vacaciones y quedarnos a dar soluciones, no problemas. Nos hubiese encantado la solución 'a', pero es lo que tenemos. Y si se hubiese sentado en la mesa de negociación el PSOE, nuestros 32 más sus 85, hubiésemos podido pedirle muchos más compromisos al PP. Pero prefirieron estar de vacaciones en agosto, en lugar de sentarse a hablar.

Hablando de los discursos duros en la sesión de investidura, ¿cómo les sentó a ustedes el discurso de Rafael Hernando (PP) y el hecho de que criticara a Ciudadanos?

Yo creo que al señor Hernando lo que le pasa es que es demasiado impulsivo y que no entendió el discurso del señor Albert Rivera. Al final, están tan acostumbrados a los discursos del 'y tú más', de la confrontación y de meterse con el otro por meterse, que cuando uno hace un discurso constructivo, en seguida tienen que ver la versión que no es.

Albert Rivera lo que dijo fue que nosotros nos sentaríamos a hablar de una candidatura viable. No hablamos de líderes ni de personas, sino de escaños. De que, si el PP hace los deberes y trae los apoyos suficientes, nosotros nos sentaremos, veremos si revalidamos el acuerdo y se votará esa investidura. Lo que nosotros ya no nos vamos a prestar es a más investiduras fallidas ni a crear estos circos que los ciudadanos ya ni siquiera entienden.

El señor Hernando yo creo que malinterpretó todo el discurso, le salió la visceralidad de la que presume y que se le conoce, pero el desbloquear este país está por encima del señor Hernando. Y lo que sí ha demostrado Ciudadanos es que es fiel a lo que firma, nosotros nos comprometimos en ese acuerdo a votar 'sí' en esa investidura y lo votamos pese a las palabras del señor Hernando porque España y los españoles están muy por encima de él.

Melisa Rodríguez y Albert Rivera durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy/ Foto: Ciudadanos

Usted fue una de las negociadoras del pacto con el PP, no del acuerdo con el PSOE, pero ¿con qué partido diría que fue más fácil llegar a un acuerdo?

Bueno, uno era un acuerdo de Gobierno y otro fue un acuerdo de investidura. Son diferentes, son equipos diferentes, objetivos diferentes y extensiones y concreciones de documento diferentes. Sí que es cierto que con el PP fue complicado, hubo momentos muy complejos. Por ejemplo, cuando el señor Girauta salió y dijo que estaba consternado, algunos nos preguntaban si era una broma. Y no, era en serio. Es que ese día fue un 'no' reiterativo a todas las propuestas que se pusieron sobre la mesa.

El acuerdo no se acabó de sellar y no acabamos de llegar un texto común hasta el sábado por la noche, hasta ese ultimátum de las 48 horas. Hasta ese momento estuvimos negociando e intentando llegar a un acuerdo. Y hubo momentos muy tensos, momentos de discusión. También, después de la tormenta llega la calma e intentábamos que la situación fuese distendida. Pero lo que está claro es que hubo asuntos muy espinosos que costó sacar adelante. En materia de lucha contra la corrupción, en materia de regeneración, no se fue tan suave como quizás se debería haber ido desde un inicio. Fueron los días del no, no, no, no y no. Y hubo otros temas muy concretos en los que también hubo más intensidad.

Pero, al final, yo creo que lo que hay que quedarse es con que hubo capacidad de acuerdo y de diálogo; con que supimos de qué estábamos hablando, que era de un acuerdo de investidura y con que dos equipos con proyectos diferentes pudieron ponerse de acuerdo para desbloquear este país.

También pasó con el PSOE. Y hemos conseguido que haya 100 puntos en común. Por eso decimos que no son tan diferentes, no están tan lejos. Y si tenemos que ser nosotros, como cuando éramos pequeños, quien se siente para que los que se enfadaron y dejaron de respirar vuelvan a hablarse, entonces estaremos ahí intentando acercar posiciones.

Es curioso, pero nosotros somos los que hablan con los que no se hablan y ahora tenemos que intentar que se hablen. No por ellos, sino por todos los ciudadanos de este país, que ya no lo entienden.

A lo largo de las dos últimas campañas, llegasteis a decir que no votaríais ni a Sánchez ni a Rajoy. ¿Tenemos que asumir que este tipo de promesas de campaña luego no se cumplen?

Nosotros lo que decíamos en campaña respecto al señor Rajoy era que no era el candidato más adecuado para encabezar un proceso de regeneración o de lucha anticorrupción. Pero, básicamente porque no lo ha sabido hacer en su casa y porque fíjate que hasta último momento intentan meter a alguien en algún puesto. No es el candidato adecuado pero es el candidato que ha elegido su partido, nosotros no les vamos a hacer las primarias, que se las arreglen ellos como puedan o como quieran con sus pugnas internas o externas.

No era nuestro candidato y no era nuestro proyecto y, de hecho, sigue sin ser nuestro proyecto, el del PP, y sigue sin ser nuestro candidato el señor Mariano Rajoy. Pero los ciudadanos lo eligieron. Los ciudadanos decidieron que fuese el PP el que subiese en las elecciones y ganase. Podemos hacer dos cosas: o nos sentamos y vemos cómo pasa el tiempo hasta el 31 de octubre (fecha límite para evitar elecciones) o decidimos hacer una Ejecutiva, que es lo que hicimos, sentarnos y valorar. Podríamos sentirnos importantes, pero preferimos ser útiles y decidimos sentarnos a intentar desbloquear este país porque la ciudadanía -incluso nuestros votantes- ya no entenderían un 'no' sistemático sin intentar dar soluciones.

El final del discurso de Albert (en la sesión de investidura) yo creo que fue realmente conmovedor y le llegó a muchísima gente. Los políticos no estamos aquí para dar problemas a la gente, tenemos que darles soluciones. Tenemos que resolver cosas, no dificultarlas, por eso les hemos pedido perdón, aunque nosotros creamos que somos los menos culpables porque nos hemos intentado sentar con los dos grandes partidos en las dos legislaturas para desbloquear este país. Quizás ellos se lo tienen que hacer mirar. Y el pedir perdón no siempre es malo, no es un signo de debilidad, es un signo de responsabilidad. A lo mejor deberían empezar por hacer examen de conciencia y por pedir perdón, por lo actos no cometidos, por las negociaciones no hechas o por no pensar primero en los intereses del país y luego en sus egos personales o en los intereses de sus partidos.

Precisamente, uno de los argumentos de quienes defienden pedir la abstención de Ciudadanos para facilitar un acuerdo de PSOE y Podemos es que ya habéis cambiado de opinión para no bloquear...

Sí, pero ¿no bloquear a qué precio? Una cosa es que podamos llegar a acuerdos con partidos constitucionalistas y otra cosa es que podamos llegar a acuerdos con 48 partidos, que son muy diferentes entre ellos y muchos ni se hablan entre ellos.

El otro día tuve un debate con la señora Nagua (Alba), de Podemos, y me dijo: 'por responsabilidad, ustedes deberían abstenerse'. Ese argumento se lo podían haber aplicado ellos mismos en la pasada legislatura, por responsabilidad que se hubieran abstenido y no hubiéramos tenido segundas elecciones. ¿O aquí la responsabilidad solamente viene cuando le interesa a uno y no cuando le interesa al otro? Aquí o se es responsable o no se es.

Nosotros en eso sí que no hemos mentido: con Podemos podemos llegar a acuerdos puntuales, pero nunca podremos estar en una hoja de ruta de Gobierno común porque tenemos proyectos de España totalmente diferentes. Quien defiende la candidatura de Otegi no puede defender la unidad de este país. Hay unos mínimos y hay unas leyes que hay que cumplir, y nosotros preferimos estar del lado de los constitucionalistas. Y lo bueno que tiene el centro es que se puede hablar a la izquierda y a la derecha- Todavía hay gente que no lo ha entendido. Con lo que no nos vamos a poner de acuerdo es con los extremos. Podemos está situado en la extrema izquierda, y más después de su unión con Izquierda Unida, aunque parece que no lo han asumido.

Lo que no puede ser es que sean tan demagogos como para pedirnos responsabilidad. Responsabilidad la de ellos, si son tan resposables ellos, que se abstengan, que permitan un Gobierno en minoría y que luego se arremanguen, hagan una oposición constructiva y legislemos desde la oposición. Eso es responsabilidad. Yo creo que ni siquiera se han dado cuenta del poder que puede tener una oposición con capacidad legislativa.

La diputada Melisa Rodríguez en un acto de Ciudadanos por el día de la mujer/ Foto: Ciudadanos

Pero, ¿por qué entonces ustedes dicen que el PSOE tiene buscar los puntos en común con el PP, por responsabilidad de Estado, y Ciudadanos y Podemos no hacen lo propio?

Porque nuestras posiciones son totalmente antagónicas y entre el PP y el PSOE nosotros hemos conseguido que haya 100 puntos en común. Hay una hoja de ruta y un proyecto de España en común, hay una visión de España dentro de Europa y de política exterior que es común, hay una política territorial que es común. Todos esos ejes, como el principio de igualdad entre españoles o de igualdad territorial, Podemos no lo tiene. Si empezamos con que el concepto básico no es común, ¿cómo vamos a poder llegar a un acuerdo para poder llegar a un Gobierno?

El PSOE lo que está intentando es extrapolar o enviarnos a nosotros la presión del acuerdo. No nos necesitan, ya tuvieron 180 votos en contra de la candidatura de Mariano Rajoy. Pues que los busquen, y si quieren pactar con Bildu, pues que pacten con Bildu. La responsabilidad no es nuestra. Nosotros tenemos sólo 32 escaños, nos hubiese encantado tener más y poder decidir mucho más, pero con nuestros 32 escaños hemos hecho mucho más que uno con 85 y el otro con 71. De calle.

Y si lo que el PSOE plantea es un Gobierno sin Podemos, un Gobierno en minoría, como comentaba antes, ¿lo contemplaríais al menos?

Pero si dicen que un Gobierno con 137 no es viable, ¿cómo va a ser viable un Gobierno con 85? Es su propio argumento. Es que no es razonable.

Rivera ha repetido mucho en estos días que en política hay que decidir entre lo malo y lo peor. Si os ponen en la tesitura de elegir entre absteneros ante un pacto PSOE-Unidos Podemos o terceras elecciones, ¿qué sería lo malo y qué sería lo peor?

A nosotros no nos van a poner en esa tesitura, otra cosa es que quieran venderlo mediáticamente. La tesitura será que los grandes partidos no se sienten a hablar. Esa es la presión y eso es lo que no entienden los ciudadanos de este país. Todo el mundo tiene muy claro que Podemos y Ciudadanos no tiene nada que hacer juntos para una hoja de ruta de Gobierno, eso lo entiende todo el mundo. Menos el PSOE, parece.

Pero, repito, no nos necesitan: tienen 180 votos para poder llegar a un acuerdo. Nosotros con los partidos constitucionalistas sí nos vamos a sentar a hablar, con el PSOE y con el PP. Pero que no vengan con híbridos extraños, con Frankenstein de 50 o 60 partidos para crear una coalición de Gobierno, porque a ver cómo lo van a gestionar.

Aquí, no porque uno hable de responsabilidad es responsable. No porque PSOE y Podemos hablen de responsabiliad, son ellos responsables. A la primera oportunidad que tuvieron de negociar con el PSOE en la pasada legislatura, lo primero que hicieron fue dejar de lado todos sus principios. Sus principios que venían del 15-M, de la defensa de los derechos sociales, de ese rescate social del que solo hablaban en campaña. Porque, a la primera oportunidad que tuvieron, fue la de pedir todos los puestos de poder que no tenían nada que ver con políticas sociales. Yo entiendo que esa posición es difícil de asumir para ellos, porque no fueron responsables y no fueron consecuentes. Está muy bien intentar manipular el mensaje de los demás, está muy bien, pero el camino se hace andando y con los hechos vamos hablando y vamos demostrando.

Nosotros hemos demostrado que nos hemos sentado para hablar con la derecha y con la izquierda, aunque no sea sobre nuestro proyecto, pero los españoles están por encima de los partidos políticos. Lo que no vamos a entrar en circos ni en candidaturas que no son viables. Y nadie nos va a poner esa presión, aquí quien tiene la presión, le guste o no, es el PSOE.

En esta legislatura, usted ha sido nombrada como parte de la dirección del grupo parlamentario ¿cómo afronta el reto?

Con mucha responsabilidad y con mucho orgullo porque hayan pensado en mi. Cuando me lo dijeron me sorprendió porque no me lo esperaba, pero no le voy a negar que ha sido como un chute de energía, de responsabilidad también y con muchas ganas de seguir trabajando y hacerlo muy bien.

¿Ha valido la pena dar el paso a la política, y en concreto a la política nacional, en una situación tan extraña?

Bueno, es una situación extraña y lo que vimos en la legislatura pasa es que hasta los que llevaban 50 años aquí estaban desubicados. Estamos todos aprendiendo, con lo cual en la legislatura anterior no hubo esa diferenciación que debería existir entre los que llevan mucho tiempo y los nuevos porque todos estábamos en una situación nueva. Una situación que el reglamento ni siquiera recogía en muchas de las cosas. Pero, ¿merecer la pena? Sí, porque cada iniciativa que haces, que trabajas, que estudias y que consigues que se vote unánimemente o que salga adelante es trabajo que estás haciendo para todos aquellos que confiaron en ti. Y porque hay que valorar enormemente la gente que confía en ti para que tú trabajes. Yo, por responsabilidad, voy a dar lo mejor de mi mientras los ciudadanos quieran que esté aquí. Cuando no quieran que esté aquí, pues volveré a mi vida normal, a mi vida anterior y a seguir como estaba antes de entrar en política.

Ya sé que no quieren pensar ahora mismo en las terceras elecciones, pero si continúa el bloqueo, ¿cree que exite algún riesgo de volver al modelo anterior, al modelo del bipartidismo?

Yo es que a mi lo del modelo del miedo no me va, la gente no tiene que tener miedo a votar lo que quiera. Pero nosotros no estamos pensando en terceras elecciones. Hay hasta el 31 de octubre para llegar a un acuerdo, son dos meses, y yo creo y confío en que en dos meses se llegará a un acuerdo y a una investidura fructífera que saque del bloqueo a este país.

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