Feria de Albacete: repaso de Rubén Pinar, con tres orejas y gran toreo, a las figuras

Si en la Fiesta hubiera un mínimo de justicia, aparte de ser un milagro, una utopía, Rubén Pinar iba a estar muy arriba en el escalafón, porque es capaz con todo tipo de divisas y en todo tipo de carteles. Lo volvió a demostrar este sábado cascabeleando su tauromaquia frente a los de su lote. Con mayor mérito ante el quinto, único ejemplar encastado y cumplidor en el penco, cuya codicia y ganas de comerse la muleta pedían por encima de todo firmeza y mando.

Las dos armas le aplicó Pinar, a las que unió algo tan propio de la escuela albacetense que inauguraron Pedrés y Dámaso González: temple y ligazón. Como es lógico, no faltó la ortodoxia en redondos y naturales extraídos a 'Niñero', que humillaba dócilmente como el más arrepeentido pecador merced al poderío del coletudo, de cuya inspiración brotatron varios adornos finales. Aunque luego, tras esta faena que es la más maciza y completa del serial porque la realizó anto un bicorne exigente, la tizona se le fuera a los bajos, lo que no impidió al presidente Coy otorgarle el doble trofeo.

De similar guisa obró el paisano ante el anovillado, escurrido y muy flojo segundo, con el que también se lució con el percal en majestuosas verónicas y un quite con la mezcolanza de moda: chicuelinas y tafalleras. Nuevamente en un rodalico de terreno, Pinar le toreó de salón, pero con menor emoción, por ambos pitones debido a la escasa presencia del bicho, arrancando un trofeo. Pinar, anunciado, junto a otro albacetesne, Sergio Serrano -que confirmará alternativa- este próximo domingo 25 en Las Ventas pide paso. Y en la cátedra debe refrendarlo.

A López Simón también le correspodió un torete en primer lugar con el que anduvo fácil y clásico con su toreo vertical que cerró con alardes teóricamente temerarios ante el novillo. El número uno del escalafón actual buscaba ante el sexto una nueva puerta grande en Albacete y en su currículum, pero el burel, con el que comenzó de rodillas en el platillo, se quedbaa corto, se defendía y se rajó, por lo que el coletudo abrevió pronto.

También El Juli, indultador las dos anteriores campañas de toros de esta una de sus divisas favoritas, pretendía reeditar una nueva salida a hombros, incluso iniciando igualmente de hinojos su primera faena -o lo que fuera aquello-, pero su toreo industrial de mucha cantidad y mucho pico ni siquiera caló entre el cotarro.Y tampoco su embarullada y vulgarota labor frente al cuarto dijo casi nada.

No podemos concluir la crónica sin la referencia a un bochornoso incidente al término de la primera faena de El Juli y ya con el segundo toro en la plaza, cuando un buen y joven aficionado, Alberto Garrido, que llevaba en la camisa una chapa de la Asociación El Toro y expresaba en los tendidos de sol educadamente su opinión, fue agredido por miembros de la seguridad de la plaza, que le empujaron hacéndole rodar entre el público y, con la ayuda policial le expulsaron. Ahora no sólo insultan a quienes exigen la pureza de la Fiesta; ahora le pegan. Todo un feo borrón para quien diera la orden y para Albacete. El gran Antonio Lorca lleva razón: esto es una mafia... y olé.

FICHA

Toros de DANIEL RUIZ, justos de presencia, con 2º y 3º chicos; muy justos de fuerzas y nobles, con 5º encastado. EL JULI: silencio tras aviso; ovación. RUBÉN PINAR: oreja; dos orejas. Salió a hombros. LÓPEZ SIMÓN: oreja; palmas. Plaza de Albacete, 17 de septiembre. 10ª y última de feria. Lleno de 'no hay billetes'

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